¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
"the music store"
La casa al fin se encontraba en orden, bastante decente para su aspecto anterior, pero al mismo tiempo también carente de cosas aún.
Angie era una chica sencilla. Le gustaba el café con dos de azúcar y leche en las mañanas al despertar, leía religiosamente los libros de Edgar Allan Poe cuando ya no tenía nada más que leer dentro de su colección, veía caricaturas todos los domingos por la mañana mientras desayunaba, amaba la pizza con queso y las alitas picantes. Su color favorito era el morado y le gustaba coleccionar cristales. Veía casos de asesinos seriales reales en la televisión de su habitación mientras se maquillaba y ponía películas de terror cuando quería dormir, algo normal en una chica adolescente.
Ella era hija única, nacida en el seno de una familia inestable en un pequeño pueblo al norte de Estados Unidos casi llegando a la frontera con Canadá. Angie no hablaba de su madre, consideraba que no había razón para hacerlo, su mera existencia era irrelevante en su vida y preferiría que se quedara así. Desde los 7 años solo eran ella y su papá, Bob, un noble hombre que ahora trabaja en la planta de energía del pueblo al que recién habían llegado.
- ¿Qué le pasa a esta cosa? - Gruñó el hombre al aire, sus mano izquierda le daba golpes a una lámpara mientras la derecha sostenía un destornillador.
- ¿Qué pasa? -
- Esta mierda no esta funcionando, creo que es toda la instalación eléctrica de la casa - Guardo el destornillador dentro de una caja de herramientas - El fin de semana tendré que revisar todos los cables -
- Bueno, al menos ya sabemos por qué la casa estaba por debajo del precio en el mercado cuando la compramos - Tomó un último sorbo de su café y camino hasta su papá - Iré al centro a ver en que gasto mis últimos dólares, te traeré algo -
- ¿Quieres que te de un aventon y regrese por ti más tarde? -
- No, esta bien. Voy a caminar, eso me ayudará a memorizar el camino a casa - Un pequeña despedida después y ella ya se encontraba fuera.
La mudanza sin duda había puesto dudas en la cabeza de Angie, le preocupaba como llevaría su estilo de vida en un lugar diferente, pues a pesar de que estaba acostumbrada a vivir en lugares tranquilos Hawkins tenía una pinta, un aura oscura que ella pudo percibir, muy diferente a lo que conocía anteriormente. Le dolió dejar a las pocas amistades que tenía, pero prometió mantenerse en contacto con todos por llamadas telefónicas una vez que logrará instalarse.
Era domingo en verano, y a pesar de que el sol estaba en uno de sus puntos más altos, podías ver las calles del pueblo repletas de jóvenes divirtiéndose. La heladería estaba llena, todos buscaban refugiarse en el aire acondicionado a como diera lugar.
Deseaba un cono de helado de chocolate con todas sus fuerzas, un mangar tan dulce que el hecho de tener que hacer fila solo para probarlo ni siquiera la molestaba.
Pero el destino tenía otros planes.
"¡Únete a nuestro equipo de trabajo! Estamos contratando" decía aquel cartel pegado en la ventana de una tienda de discos. Era solo una hoja de papel con letras escritas con un rotulador rojo. Abrió la puerta y hecho un vistazo dentro por mera curiosidad.
Ha simple vista no era un lugar muy grande, pero si lo suficiente para durar horas ahí adentro viendo cada disco que estaban sobre los anaqueles. Entró y deambulo un rato en un intento para tomar valor y preguntar por el puesto. Había un Vinilo en uno de los apartados que llamó su atención, era la banda sonora de "Star Wars", de portada negra y con letras blancas sin relleno. Un diseño bastante simple. Sonrió pensando que sería un buen regalo para su papá y camino hacia la caja para pagarlo.
Hizo sonar la campanita unas tres veces antes de que una voz se escuchara, de lo que parecia ser, una especie de almacén.
- ¡Un momento! - Angie miro hacia todas partes, hasta que escucho de nuevo la misma voz - ¡Gareth tienes clientes y yo no voy a... - Un chico alto, cabello alborotado y múltiples accesorios paró frente a sus ojos. Tan pronto como la vio cerró la boca y se quedó estático en un su lugar, simplemente viendo.
- Hola - Dijo Angie sumamente incomoda por aquel momento tan raro - Me gustaría pagar esto - Señaló el vinilo, abrió su bolsita con dinero y sacó la cantidad correspondiente que indicaba. Pero el no dijo nada, solo se quedó ahí estático.
- ¡Deja de hablarme así cuando hay clientes! - Otro chico, que tenia aspecto de que si trabajaba ahí por el uniforme que portaba apareció en escena - A un lado, Edward - Soltó un bufido haciendo a un lado el cuerpo de su amigo - Buenas tardes y bienvenida a "Stanley's", ¿Encontraste todo lo que necesitabas? - La pelinegra asintió con la cabeza y le tendió los billetes.
- ¿Aún siguen contratando? - El muchacho movio la cabeza en aprobación y pronto se vieron envueltos en una conversación donde el otro muchacho solo miraba sin decir nada, Angie se olvidó de que estaba allí.
- No es un trabajo difícil. Solo es atender clientes, acomodar algunos discos, limpiar y todo eso - Saco unas hojas - Si estas interesada puedes llenar esta forma y entregarla otro día - Angie sonrió y toma la hoja. Era básicamente una solicitud de empleo.
- Lo haré, gracias... - Miro el gafete con nombre que portaba el muchacho - Gareth - Sonrío.
- Vuelve pronto - Dijo viendo como la chica desaparecía del lugar - Oye, se te está saliendo la baba -
- Cierra la boca - Bufo molesto la tercera presencia. Gareth soltó una risa y negó con la cabeza.
Al final del día Angie tenía un, muy posible, empleo nuevo y un helado de chocolate con chispas.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
