¿Cuando regresaria?

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Toda la noche me la pase acostada, enredada en mis cobijas, mirando la televisión y esas típicas películas de navidad, mi Mamá llamo por la mañana, pero yo de verdad me sentía muy sola, extrañaba tanto a Daniel, después dormí casi todo el día, aproximadamente hasta las 6 de la tarde, cuando de pronto sonó el timbre de mi casa, me asome y era Alejandro mi cuñado, parte de mi se puso feliz, porque tenía esperanzas de que tuviera noticias de Dani, corrí a la puerta y le abrí.

-¡Feliz Navidad Sofía! .

—Feliz navidad, respondí. Nos saludamos con un gran abrazo y un beso en la mejilla, traía una bolsa de regalo en sus manos, y me dijo. 

—Toma esto es para ti.

-¿Qué?, no gracias, de verdad no tenias porque. —ábrelo es algo muy sencillo.

Lo tome y lo abrí, era un libro se llamaba angel guardián.

—Espero te guste, me dijo. 

La verdad nunca lo había leído antes, pero me gustaban los libros.

—Claro, me encantan los libros gracias.

Lo invite a pasar y me contó que Daniel se comunico con él, y le pidió que me cuidara, sinceramente me sentía bien con la compañía de Alejandro, el era una persona muy divertida, aun que solo era un año más chico que yo pero no lo aparentaba, era muy divertido, gracioso y no le importaba nada lo que la de más gente opinara de él, ese día vimos una película de "terror" y encargo pizza, aun que yo no comí, el no me insistió, me sentía muy triste, pero trataba de disimularlo, platicamos toda la tarde, supe muchas cosas de Alejandro, me dijo que era un mujeriego y que jamás se había enamorado, decía que el amor era una pérdida de tiempo, yo le dije que estaba en lo incorrecto y que el día que se llegara a enamorar locamente de alguien pensaría diferente, y me dijo que cuando alguien me llegara a romper el corazón por primera vez también pensaría diferente, al fin dieron las 11 de la noche y él me dijo.

-Ponte un abrigó saldremos. -¿A dónde? Respondí. Ya casi son las 12 de la noche, estás loco.

-Si estoy loco, y ahora ve por tu abrigo. 

El tenia un poder impresionante en animarme hacer cosas, así que tome mi abrigó y me puse unas botas calientitas y una bufanda, el traía una chamarra enorme y también unas botas, subimos a su auto, e inmediatamente pensé "ojala no me haga conducir de nuevo", sinceramente me daba miedo estar atrás de un volante, pero para mi suerte no lo hizo, el manejo, nuestra primera parada fue en una cafetería.

-¿Qué quieres, un americano o cappuccino?, me preguntó. 

-Capuccino, le respondí.

-Espera aquí, no tardo Sofía.

Espere 15 minutos, el regreso con dos vasos grandes con café, yo solo pensaba "ahora que hará, este pequeño loco".

Manejo 1 hora más y llegamos a una colina, el condujo hasta lo más alto, solo se podían ver arboles y la única luz que se veía era la de el automóvil.

-¿Qué hacemos aquí?, pregunte preocupada.

-Te quiero mostrar mi lugar favorito.

-¿Una colina tenebrosa? 

-Aún no la has visto, no juzgues, las cosas por su portada.

Me dejo callada, muy al fondo siempre juzgaba todo, no podía creer que Alejandro me haya dicho eso.

Subimos mas, y estaciono el coche, abrió la cajuela del auto, saco una cobija y unas linternas, cerro el automóvil y de pronto no se veía nada, por un momento me asuste y el encendió una linterna, y me tomo de la chamarra y me jalo,- tienes que tener cuidado, pisa donde yo, no quiero accidentes.

¨Un día fuera de lo común¨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora