“Tienes que estar bromeando.” Dijo Zoe con incredulidad al día siguiente, después de contarles lo ocurrido.
“Desearía estar haciéndolo.”
Hundí mi rostro entre mis manos mientras un suspiro escapaba de mis labios. Cuando alce la mirada, las otras dos chicas me miraban. Lucy empezó a dar vueltas en la silla de mi escritorio, por su cara se podía decir que estaba pensando algo distraídamente.
“Bueno, ¿Qué vas a hacer?” Pregunto Zoe.
Ella estaba sentada a mi lado en la cama, con nuestras espaldas pegadas a la cabecera.
“No hay mucho que pueda hacer, sabe donde vivo.”
La puerta de mi habitación se abrió para dar paso a Charlotte quien venía jadeando. Se agacho, desabrochando los cordones de sus zapatos antes de quitárselos. Apartó el cabello que cubría su cara con sus manos, intentando peinar un poco sus rizos salvajes.
“Perdón por la tardanza, ¿Qué me perdí?”
Tiro su bolso al piso antes de subir a la cama y cruzar las piernas. Me miro expectante, pero Lucy hablo primero.
“Bo está siendo acosada por un chico muy guapo pero intimidante, la siguió a casa, la vio en ropa interior y después apareció en su cocina al día siguiente y ahora es algo así como… mejor amigo de su madre.” Dijo Lucy rápidamente.
Los ojos de Charlotte se abrieron como platos con la sorpresa, su mirada divagaba por nuestros rostros.
“Ahh! y tiene una cita con el hoy en la noche.” Termino Lucy
“Qu…qué?”
Su cabeza se sacudió un poco mientras intentaba comprender todo. Hubo silencio por unos pocos segundos.
“¿Harry te siguió a casa? ¡Sabia que teníamos que habernos quedado contigo esa noche!” Dijo Charlotte mientras subía los brazos dramáticamente.
“¿No pudiste decirle simplemente que no?” Preguntó Zoe.
“Pero sabe donde vivo y ahora mi mamá cree que él es lo mejor que hay en el mundo. Debiste haberla escuchado ayer, estaba tan feliz. Y además, todas conocemos su reputación. No quiero que las personas que me importan salgan lastimadas.”
Lucy puso los pies en el piso después de escuchar mis palabras, interrumpiendo así sus vueltas nerviosas en la silla.
“Bueno, ¿Y qué tal el hecho de que tu puedes salir lastimada?” Dijo, hablando en un tono bajo.
Puse mi mano sobre mis ojos, deseando nunca haber conocido a Harry. Esto no podía ser peor de ninguna manera. Mi mente se puso a vagar, aun no tenía ni idea de a donde me llevaría hoy para nuestra “cita”. Usaba el término “cita” vagamente, puesto que no deseaba pasar una tarde con él, sabiendo previamente que solo era una oportunidad para que el me toqueteara. Me recargue en el hombro de Zoe y ella me abrazo.
“Todo va a salir bien.” Dijo, tratando de tranquilizarme, pero algo en su tono de voz me hizo pensar que ni ella estaba convencida de sus propias palabras.
Estaba distraída viendo Tumblr en mi laptop, acostada boca abajo en mi pecho y con mis tobillos cruzados en el aire. Una ola de ansiedad se apodero de mi cuerpo cuando mire el reloj de mi mesita de noche. No faltaba mucho para que comenzara la tortura de ver a Harry. Pase mis dedos por mi cabello, que estaba aun un poco mojado por el baño que acababa de tomar.
“¿Bo?.” Pregunto mi madre del otro lado de la puerta.
“Pasa.”
Abrió la puerta con una sonrisa en los labios, pero esta desapareció cuando me vio acostada en la cama.
“¿Por qué aun no te arreglas? Harry va a estar aquí pronto.”
Sentí el impulso de dejar los ojos en blanco pero me contuve, si solo mi mamá supiera como es él verdaderamente. Comenzó a caminar hacia mi armario, pero la detuve rápidamente. Me pare de la cama, dando un paso para impedirle caminar mas, quedando justo en frente de ella.
“Mamá, yo puedo hacerlo.” Dije resoplando.
“No tardes mucho.”
Una vez que cerró la puerta tras de sí, volví a caer en mi cama, maldiciendo por lo bajo. Mi cabeza se movió rápidamente el sentir que mi teléfono vibraba. Lo tome y abrí el mensaje de texto.
De: Harry.
“Te llevaré a cenar. Usa algo sexy. H x.”
No le conteste, solo avente al closet el edredón mientras abría las puertas de mi armario. Saque un top, al que la verdad, definiría mas como “lindo” que como “sexy”. Mis manos se dirigieron al dobladillo de mi blusa, pero me detuve antes de quitármela. Volteé a la ventana y cerré las cortinas. Me desvestí rápidamente, aventando mi ropa al piso antes de ponerme mis jeans ceñidos a mi cuerpo.
Mi cabello completamente largo caía por mis hombros en leves ondas cuando me miré al espejo. Me había colocado un poco de maquillaje y mis pestañas se veían más largas y oscuras. Llevaba puesto gloss claro en mis labios y un poco de rubor en mis mejillas. Inhalé profundamente aire para luego soltarlo en un suspiro.
“Mierda…”
Me sobresalté al escuchar mi teléfono vibrar de nuevo y me forcé a desvanecer el nudo que se había formado en mi garganta cuando mis manos tomaron el teléfono. Me alivié cuando leí que era solo un mensaje de Lucy.
De: Lucy.
“Ten cuidado, las chicas y yo estaremos pensando en ti xx.”
Una leve sonrisa apareció en mis labios al saber que mis amigas estaban ahí para mí. Puse el teléfono en mi bolso junto con las llaves y otras cosas necesarias. Observé el reloj y supe que Harry estaría aquí en diez minutos. Sentía que mi corazón se saldría por mi boca y odiaba esa sensación. Era como esperar en el consultorio del doctor, sabiendo que te colocarán una inyección.
Escuché el ruido de un carro detenerse afuera por lo que me acerqué a la ventana, eché un vistazo por detrás de las cortinas y observé a Harry bajando del coche. Tomé mi chaqueta del armario sin molestarme que el gancho hubiese caído al suelo. Me coloqué mis zapatos y abrí la puerta. Mientras más rápido terminara todo esto, muchísimo mejor.
“¡Bo! Harry ya está aquí”
“Muy bien” espeté.
No quería sonar tan dura con mi madre, pero toda esta situación realmente me estaba afectando. De mala gana, bajé las escaleras para encontrarme con mi madre en la sala esperando por mí.
“Te ves adorable” dijo mi madre sonriéndome.
“Gracias mamá”.
Nuestras miradas se desviaron hacia la puerta cuando escuchamos que tocaban. Ella me dio un beso en mi mejilla antes de darme un suave empujón hacia la puerta de la entrada. Desvié mi mirada hacia ella antes que desapareciera del lugar, dejándome sola ahí. Inhalé aire profundamente tratando de prepararme, aunque no fue de mucha ayuda. No creía que mucha “preparación” me hubiese ayudado de todos modos. Mi mano temblorosa tomó la manija de la puerta y la abrí para luego encontrarme con una figura alta y masculina, con una sonrisa y aquellos hoyuelos en sus mejillas.
“Hola hermosa”.