Arreglando las cosas.

(6)

Sexto capitulo: La gente supersticiosa del pasado hace sus suposiciones, la protagonista no puede evitar pensar en lo creativa (y riesgosa) que se ha vuelto esta situación.

La escuela ha sido muy mala conmigo y ni me acordaba que este capitulo ya lo tenía listo y en espera por ser publicado.

A-Die muestra quien tiene el control, y protegerá a sus cachorros con uñas y dientes. (la autora dice: no hay suficientes fotos de este hombre que me satisfagan, hora de dejar la tarea y dibujar).

Wei Ying esta convirtiéndose en un simp, y Wei Xing tiene la peor mala suerte del mundo.

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—¿Cómo esta él?

—No se que fue lo que vio, pero es grave— los dos hombres permanecen en silencio por un momento, luego FengMian continua —ChangZe, tu hija podría ser...

—No lo digas, por favor.

—...

—Lo sé, CangSe heredo la sangre inmortal de su maestro, cuando quedo embarazada, la posibilidad de la herencia fue una idea en nuestras mentes.

—Seria beneficioso si así fuera el caso.

—También muy peligroso— contraataco —No quiero que mis hijos sean perseguidos y usados como armas de guerra.

—Sabes que eso no pasaría si se quedaran en la secta, yo podria cuidarlos— insistió, Wei ChangZe se mordió la lengua.

—Lo consultare con mi esposa, me iré ahora— se despidió y dirigió a los dormitorios.

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Se despertó sobresaltada, había tenido un sueño horrible y, nuevamente, sus padres y ese perro demoníaco estaban en el. Se calmo cuando sintió un pequeño peso sobre su pecho, viendo a su dulce didi recostado sobre ella no pudo controlar una sonrisa enternecida en su semblante. Levanto su mano y acaricio su cabeza.

—¿Jie... jie?— pregunto adormilado.

—Estoy aquí, YingYing— beso su frente y el niño le correspondió con un pico inocente en la boca.

—Jiejie estuvo durmiendo mucho tiempo ¿Qué te paso?

Ante aquella interrogante los recuerdos de lo que había pasado el día anterior llegaron a la mente de Wei Xing, calmo las preocupaciones de su hermano al estrujarlo fuerte contra su pecho.

—No paso nada— susurro —Solo me dieron una medicina que sabia muy mal— hizo una mueca de asco mientras hablaba. Wei Ying hizo un puchero.

—¡Hmp, que malos! ¡Tranquila, Jiejie, no dejare que te den medicina fea de nuevo!

Permanecieron de esa forma, abrazándose y besándose el rostro entre risas.

—Oh, ya están despierto, que bien— una niña entro a la habitación con una sonrisa serena en el rostro.

<"¿Jiang YanLi...? ¿Por que esta ella aquí?"> se cuestiono.

—Jiejie, mira, ella es la A-jie de Jiang Cheng— el pequeño azabache señala a la niña desde su lugar —los conocí mientras no estabas, me dieron dulces y jugamos con los cachorros de Jiang Cheng.

—¿Jiang Cheng?

<"¿Él también?">

—Si, ese soy yo— el pequeño con el ceño fruncido sale de detrás de su hermana —Si ya están despiertos dense prisa, los esperan en el salón.