Capitulo 9

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—¡Josie Saltzman! ¡Cuéntame qué es lo que está pasando!

—¡Lizzie Saltzman! ¡No sé de qué estás hablando, pero devuélveme mis galletitas! —Josie intentó coger la caja llena de su comida favorita, pero la rubia negó.

-—Los he comprado yo! —gritó su hermana alzando la caja.

—¡Pero son para mí! —intentó Josie una vez más, pero no lo consiguió debido a que Lizzie le puso la mano en la cara mientras sujetaba la caja con la otra y le puso esa cara de "cómo lo intentes una vez más, los tiraré a la basura".

—¿Hace falta que te lo vuelva a repetir? —preguntó su hermana dejando la caja en la mesa y Josie puso las manos en sus caderas, dejando caer sus hombros en derrota—. Llegas siempre tarde a la habitación, dejándome tirada tres veces. Has descuidado un poco la escuela. Has cancelado dos noches de juegos. Mg y Jed me han contado que apenas estás con ellos, incluso has puesto varias excusas y en una de ellas has dicho que tenías que vacunar al perro cuando no tienes uno. ¡Además, Penélope Park me ha llamado a mí porque Mg le ha dado mi número ya que no paraba de insistir en encontrarte!

—Es verdad —admitió la hereje asintiendo a todo lo que decía con la cabeza—. No te voy a mentir, pero hay una buena excusa.

—Te escucho —miró con mala cara a la castaña que se mordía los labios.

—He estado intentando arreglar las cosas... con Hope —susurró sentándose en el taburete junto a Josie.

—Oh... Eso tiene sentido —razonó la hermana mayor suavizando el tono, recordando algunos rumores donde Josie entraba por la habitación de la cobriza—. Y...

—Estoy en ello todavía, ¿vale? Creo que voy bien. No me digas nada más ni quiero que me preguntes qué está pasando, por favor —pidió al ver a su hermana dispuesta a interrumpir—. Solo lo estoy intentando y por eso he estado más pendiente a otros asuntos.

—Está bien...—susurró la rubia, entregando las galletas—. Pero no te olvides que tienes una escuela en la cuál estar al pendiente y que nosotros también existimos.

—Lo sé...

Lizzie se despidió de su hermana después de una charla agradable sobre el trabajo y Mg. Nada más irse por la puerta, inmediatamente se cambió de ropa. Fue hacia la habitación de la cobriza cómo hacía casi siempre estas últimas semanas. No la visitaba todos los días ya que no quería agobiar a la tri-hibrida ni echar a perder todo este sin sentido. Pero llevaba una semana sin saber de ella porque se marchó a un viaje de reclutamiento y, Dios... la echaba mucho de menos.

Entro silenciosamente notando que la ventana estaba cerrada. Observó que las luces estaban apagadas y escaneó la zona. No había rastro de Hope. Supuso que cuando llego, Hope se dirigió directamente hacia la oficina de su papá así que espero.

Llegó en cuestión de segundos sin notar su presencia . Allí estaba Hope, con un te en mano cómo muchas veces hacía. La cobriza, por puro instinto, asomó su cabeza y miró como Saltzman estaba al otro lado del cristal. Saludó con la mano al igual que ella, pero Hope frunció el ceño preguntándose qué era lo que pasaba. Así que cogió el té y se dirigió hacia la ventana.

—¿Ha ocurrido algo? —preguntó Hope nada más abrir la ventana ya que estaba cerrada por el viaje.

—Hum... No, en realidad no —balbuceó nerviosa y luego respiró hondo, controlando sus nervios mientras apretaba los puños y se cruzaba de brazos—. Solo quería asegurarme de que estabas bien, nada más. Había venido hace un rato pensando en que te encontraría aquí, pero me di cuenta de que posiblemente estabas con papá y bueno... Yo, solo... eso... —hizo una mueca para no sonar tan desesperada.

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