Cap 29

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Día tras día, noche tras noche, beso tras beso, cada momento lo pasé junto a ella, disfrutando, aprovechando, y no me arrepiento de esos momentos. Pero ahora quedan solo dos días, en los días que han pasado ningún medio nos ha dejado en paz, provocando que ambas nos escapemos para visitar distintos lugares de New york, le he mostrado muchas partes que conocía y ella por ahora no se ha quejado.

Lo nuestro no es oficial, ni siquiera somos novias, no tengo la intensión de pedírselo, no puedo, no puedo hacerlo cuando ella no conoce mi "yo" verdadero. Si por las circunstancias del destino en la cual es mejor definirlo como "SUERTE", ella me perdona y decide igual estar junto a mi, le pediré que sea mi novia, aunque pensar en ello me pone nerviosa, jamás he pedido ese tipo de proposición, yo lo he recibido, pero ser yo quien pregunte me incomoda, aunque a la vez se que debo hacerlo, si quiero que esto vaya enserio, como quiero que pase.

- Poché, ésta todo listo – veo como se acerca Alba a mí – ¿estás segura de esto? Ella te hará muchas preguntas.

- Muy segura, pero no tengo mucho tiempo y quiero que al menos conozca una parte de mí.

- Es muy arriesgado, pero tu mandas - susurró, ella se acerca a mi y se sienta a mi lado.

- Dos días es poco tiempo.

_ Tuviste muchos días junto a ella, tendrás los mejores recuerdos y ella también – puso su mano sobre mi hombro – ¿ya tienes una respuesta razonable para todo esto?

- Sí– susurré, giré mi rostro encarándola - estoy completamente enamorada de Calle, ¿es esa una respuesta razonable?

- Me alegro de que al fin puedas admitirlo – sonrió – te adoro, y cuando pase todo esto estaré junto a ti consolándote.- dijo mi mejor amiga con una gran sonrisa.

- Gracias por todo Alba eres como mi hermana – volvió a sonreír, despacio sacó su mano de mi hombro, levantándose de la cama.

-Hora de hacer lo que tengas que hacer.

- Calle termino?

-Sí, asi que ve antes de que se duerma

- Gracias – me levanté, antes de dar un paso para irme de mi habitación, le di una mirada a Alba– ¿enviaste el sobre a mi mamá?

- Sí lo hice.

- ¿Ha llamado hoy?

- Sí, pero como no le contestaste envió un mensaje.

- ¿Qué decía? – escuché un suspiro que salió de sus labios.

-Queria saber de ti y que te extraña.- solo asenti no queria ponerme sentimental.

Salí de mi cuarto dejando a Alba ahí sin responderle, no sabría que decirle, extraño a mi mamá pero luego tendré tiempo para hablar con ella. Me asomo por la puerta de Calle, dando unos tres golpes sobre ella, escuché a lo lejos su hermosa voz diciendo "pase", entré con cuidado observando cada rincón de la habitación, mis ojos se encuentran con ella, con su figura de espalda a mi, mientras se viste, giro de inmediato mientras me cubro mis ojos.

- Lo siento no sabía que te estabas vistiendo.

- No te preocupes, voltea, ya estoy vestida – giro de nuevo mientras bajo mi mano, me encuentro con Ella acercándose a mi – bien, ¿a dónde vamos?

- Conocerás una parte de mi, pero primero lo primero.

- Bien dime – sonríe, ella está a centímetros de mí, su mano acaricia mi mejilla, erizándome toda mi piel.

- Sin preguntas por favor – ella aleja su mano, parece meditarlo.

- Está bien – deja un casto beso sobre mis labios mientras toma mi mano.

***

Cierro la puerta detrás de nosotras, miro a Calle de reojo veo como su rostro parece confuso y la entiendo, estar en un lugar así, no debe ser de su agrado o mejor dicho no debe estar acostumbrada.

- ¿Qué es esto? – ella mira a su alrededor.

- Este es mi viejo apartamento el que tenía antes de que me conocieras.

- Es muy...

- Pequeño?, Viejo?, Raro?

- Sí, además de que es muy diferente a lo que yo creía que sería un departamento antiguo tuyo.

- ¿Por qué dices eso?

-Bueno seguro tu tia te hubiera dado un buen departamento.

- Dani, antes de todo esto, nunca dependí de ella, mis gastos venían de mi sueldo o del de Alba, nosotras nos manteníamos a nosotras mismas, el departamento es pequeño porque era lo máximo que podíamos llegar a pagar, pero al menos tuvimos un hogar durante unos años.

- Pero... no entiendo – me acerco a ella y paso mi mano por su cintura.

- Chiqui yo no tuve una vida fácil, lo que tengo ahora es porque luché para tenerlo, y gracias a ello valoro más esas cosas.

Ella quedó en silencio, se alejó de mi comenzando a recorrer cada rincón de este viejo apartamento, al menos este lugar tenía varias de nuestras cosas, además de estar limpio, me alegro de no haberme desecho de este lugar, a veces las corazonadas son por algo y fue mi mejor decisión hacerle caso esta vez.

- Gracias por ser sincera conmigo – dijo ella, paso mis manos por sus mejillas acariciándola suavemente.

- Esta es una parte de mi que quise compartirla contigo, y quiero que en el futuro conozcas más de mi, igual que yo de ti.

- Me encantaría eso – susurró, cerré los ojos, me aleje un poco de ella para tomar de mi bolsillo aquel viejo prendedor – ¿y eso?

- Cuando era una niña mi mamá me había regalado este prendedor, me contó que cuando estuvo en un cierto tiempo con mi papá el le dio esto – acerqué a ella el prendedor y lo coloqué sobre su mano – que este objeto representaba un sentimiento principal sobre el amor que sentía él por ella, nunca entendí a que se refería mi madre sobre eso, creo que este sería un objeto ridículo, pero por alguna razón lo conservo– con mi mano cerré la mano de ella para que entendiera que ahora ese prendedor le pertenecía – pero ahora lo entendí, ella me lo dio para que algún día se lo diera a alguien, ese alguien en cual pueda decir que tengo un sentimiento principal sobre el amor.

- ¿Cuál es? – susurró ella sin apartar su vista de la mía.

- Amor sincero, este prendedor es un símbolo de que mi amor hacia ti es sincero y quiero que nunca lo olvides, porque yo quiero conservar este amor que siento por ti para siempre y solo para ti, por favor nunca lo olvides.

- Jamás lo haré – la tomé de sus mejillas, la acerque a mi besándola, sus besos ahora son mi adicción y no quiero la cura para aquello.

Treinta días para enamorarla | Adaptación Caché | TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora