Las Reglas De La Mafia (Jungkook)

Capitulo 12: Corazón roto

No habia salido en horas de mi habitación, estaba tan conmocionada por todo lo que necesitaba digerir. Jungkook estaba vivo, otra vez... solo que es aquel hombre frío que genera una pesadez muy fuerte a mi cuerpo.

Queria vengarlo, quería vergarlo tanto y me juré a mi misma después de salir de aquel escondite que lo haría, escondite donde protegí a mi corazón con rencor, rencor que también lo involucraba a el, rencor por morir y por el dolor que me ha causado, pero ahora el volvió y representa un peligro, peligro para mí.

Estaba muy conmocionada que no podía dejar de pensar en la aterradora forma en la que me miraba, el no recordaba nada de mí y según lo que me dijeron, tal vez no lo haga por que el no querrá hacerlo. No sé si seré capaz de volver a hacer algo para recuperarlo, mentalmente estoy cansada de él; creo que ya sufrí suficiente debido a el...

Miraba por la gran ventana de aquella habitación en esta nueva casa, no sabía donde estábamos pero sabía que era muy lejos. Estábamos en una mansión sobre las montañas, tal vez estábamos en Seul ahora; si era así estábamos lejos de la venganza. Había aceptado ser la mujer del mafioso más violento de Corea y vengarlo; algo en mí se rompió él día que tome aquel título, sin embargo se perfectamente lo que haré con esas ratas. Ya mate y no tengo miedo de volver a hacerlo, el problema ahora es Jungkook, no estaba lista para volverlo a ver después de lo que paso, no entendía como ellos pudieron hacerme esto una segunda vez pero lo peor es que me tomaron de sorpresa en ambas por lo que debía asimilar todo.

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Miraba aun por la ventana, con mi cabeza en alto y sin una lágrima en mi rostro, volví a ser fuerte pero mi corazón dolía. Escuche como sonaron pequeños golpes en la puerta; me giré y miré bajo de esta lo que se veía como una sombra.

-Les dije que no me molesten.-Dije mirando aquellos pies, tenía la puerta con seguro para que nadie entrara. Volvieron a insistir y de mala gana camine a la puerta y abrí bruscamente.

-Déjenme en paz.-Dije enojada y baje mis expresiones. Era el.

-Si, eres como Tae te describió.-Dijo serio y baje mis hombros, aquella pesadez. Lo miré con miedo directo a los ojos y este me miro confundido. No emití ningún sonido o respuesta a sus palabras, solo lo mire con dolor y sentí como mis piernas se debilitaban.

-¿No me dirás nada?.-Dijo y baje mi mirada algo agitada.-Es el T/N.- Este estaba serio y entró sin permiso a mi habitación.-Cierra la puerta.-Dijo una vez llego a la ventana donde yo antes me encontraba. Cerré la puerta e insegura me acerqué a él.-Así que de esclava pasaste a ser la mujer de la mafia.-Suspiro mirando el panorama.-Solo recuerdo que tenía a tantas mujeres.-Dijo en voz baja pero lo escuché.

-¿Qué?.-Dije y me miró.

-¿Te enoja?.-Dijo serio girando su cuerpo frente al mío.-Hay tantas cosas en blanco que no logró encajar por mucho que me lo recuerden. Por eso esto aquí.-Se fue acercando a mi y lo miré sin decir nada más. El solo me miraba a pocos centímetros de mi y me detallaba como yo a él. Moría de ganas de abrazarlo, deseaba tanto llorar en sus brazos mientras sentía me desahogaba y le contaba cuanto lo extrañe, quería que me dijera a la cara lo que me dijo en esa llamada y vengarnos juntos pero solo dijo...-A partir de hoy, yo me haré cargo de mis negocios y tu, puedes ir a casa.

-¿Que dices?.-Logre emitir de mi dolorosa garganta, la cual era tapada con una enorme bola. El me miró ofendido, de la nada tomó ambos de mis hombros y caminó manipulando mi cuerpo hasta pegarme a la pared con brusquedad.

-Baja tu voz ante mí y no me mires de esa manera, solo no me mires.-Dijo amenazante.-Ya no estamos juntos, ya no tienes nada que hacer acá, así que aprovecha que tienes a tantas personas a tu favor y sal viva de aquí.-Dijo separándose de mí con rudeza y eso fue una estaca a mi corazón.