ROMANOFF [HIJA DE UNA ASESINA]

4. "Director Coulson"

-¿Qué es lo que acabas de decir?

-Mierda. -susurra tan bajo que apenas la oigo.

Antes de abrir la boca para hablar alguien me toca suavemente el hombro. Me llega un olor a pino y humo muy intenso.

-¿Interrumpo algo?

Li se coloca derecha y niega con agilidad la cabeza. El hombre que sigue tocándome el hombro es algo mayor. Tiene una gran calva en el centro de la cabeza y su cabello es blanco. Viste de traje y su mirada desprende confianza.

-Bien. Tú debes de ser Lillian. Soy el director Coulson.

-No entiendo que está pasando aquí.

-Lo comprendo. Creo que te debo una explicación. Iba a reunirme contigo mañana pero que te parece si hablamos ahora.

Me encojo levemente de hombros. No tengo fuerzas ni ánimos para una charla pero estoy demasiado confusa como para rechazarlo.

Nos despedimos de Li y recorremos unos largos pasillos hasta llegar a su despacho. Es igual de amplio que la planta baja de mi casa. Tiene un escritorio de madera pulida y todas las paredes son de cristal. La suave luz del anochecer dibuja sombras en el suelo de mármol.

Consigo sentarme en una de las sillas que están enfrente del gran escritorio antes de romper a llorar otra vez.

-Bebe.

El director Coulson me alarga una taza de chocolate caliente que no sé de donde la ha sacado. El líquido me quema en el interior pero me siento mucho más tranquila.

-Li ha dicho algo sobre mi madre-me tomo un segundo antes de seguir hablando-.Eso es imposible porque ella murió hace 15 años. Cuénteme lo que está pasando. Por favor.

-Tu madre no murió, Lillian. Ella está viva y llegará muy pronto.