3. Voluntad

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Hannibal siguió a Will hasta la terraza mientras lo admiraba en silencio, la luz de la luna se reflejaba en su rostro dividiéndolo en dos partes, haciendo una clara analogía a lo que Will estaba viviendo, a pesar de que la oscuridad lo reclamaba, ...

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Hannibal siguió a Will hasta la terraza mientras lo admiraba en silencio, la luz de la luna se reflejaba en su rostro dividiéndolo en dos partes, haciendo una clara analogía a lo que Will estaba viviendo, a pesar de que la oscuridad lo reclamaba, la poca luz que aún habitaba en su interior seguía luchando una batalla que sabía perfectamente no podía ganar.

Hannibal espero paciente por las palabras de Will mientras el ruido de las olas llenaba el silencio, parecía una estatua, con las manos hundidas en los bolsillos y la vista perdida en el mar, el contraste de las sombras destacaba aún más las facciones de su bonito rostro, que aun con par de cicatrices seguía luciendo como una escultura del renacimiento. Hannibal sonrió subconscientemente mientras pensaba en lo mucho que le hubiera gustado enseñarle Italia.

-La tercera habitación al final del pasillo, le pertenecía a Abigail, ¿no es así? - le pregunto sin apartar la vista del mar.

-Lamento mucho que tuvieras que ver eso, la gente encargada de la limpieza llegará temprano por la mañana.

-¿De verdad lo sientes? - volvió a preguntar, esta vez con tono acusador. Hannibal avanzó unos cuantos pasos mientras meditaba su respuesta.

-¿Recuerdas aquella sesión, donde te hablé de la taza rota? - Will asintió. - El ramo de flores es un recordatorio de tu decisión, y me sigue molestando el hecho de que no pudimos remediarlo. Mi compasión por ti también me acerco a ella, y si tu sufriste al verla morir, no fue tu mano la que sostuvo el cuchillo. - le confesó, Will ladeó la cabeza a la vez que comprendía lo que Hannibal quería decir. - Mis sentimientos no funcionan como los de la mayoría de las personas, pero toda la situación con Abigail fue algo que, justo como la taza, no me dio ningún tipo de satisfacción, porque las piezas no encajaron como yo hubiera querido.

-Y ahora ya no hay lugar para ella. - se lamentó Graham.

-Me temo que no, pero siempre habrá nuevas oportunidades. Cuando el tiempo sea perfecto, lo sabrás.

Will apenas y sonrió pero lo hizo de manera sincera, quizás, el destino lo había querido así.

-¿Qué estamos haciendo aquí? - quiso saber, cambiando drasticamente de tema - No es que me queje pero, ¿por qué Cuba?

-Alexander Vega es un hombre altamente poderoso aquí. Prácticamente intocable.

-Déjame adivinar. Tú eres Alexander Vega. - dijo volviéndose hacia él.

-En carne propia.

-¿Y quién soy yo? - preguntó con curiosidad.

-Rafael Estrada, mi más querido amigo. - Hannibal estudió los gestos de Will cuando pronunció la palabra "amigo". Había algo en su rostro que no se veía totalmente complacido con el nombramiento - ¿No te gusta? Rafael es uno de los cuatro pintores más famosos del renacimiento.

-No es eso, de hecho. - se apresuró a responder. - Rafael al igual que Alexander son nombres muy bonitos, elegantes, debo decir, pero mucho me temo que sigo prefiriendo Hannibal.

A pesar de que Will no era fanático del contacto visual, los ojos de Hannibal siempre habían sido la excepción.

-Y a mi me gusta más, Will. - dijo repasando nuevamente su rostro.

-Es un nombre muy común. - se burló de sí mismo, mientras se encogía de hombros para restarle importancia.

-En América significa voluntad. - comenzó a explicar. - Aunque por otro lado, su procedencia es de origen germánico. Su equivalente en alemán es Willhem, que significa protector voluntarioso. - Will sonrió una vez más porque para él, Hannibal siempre había sido como una enciclopedia. - Se necesita de mucha voluntad para tomar las decisiones que hoy te trajeron aquí.

-Pero no soy un protector.

-¿Por qué piensas eso? - le preguntó con voz serena a pesar de mostrarse incrédulo.

-No se siente como un adjetivo para personas como tú y como yo.

Hannibal continuó avanzando hasta sentir el soplo de la respiración inquieta de Will sobre su propio rostro.

-Cuando un león, que es considerado un depredador por naturaleza, defiende a sus crías de las hienas ¿acaso no se convierte en un protector?

-¿Ahora somos leones? - balbuceo nervioso, esquivando la mirada de Hannibal.

-Leones en un mundo de ovejas. Si. - declaró con todas sus letras, como si fuera una verdad absoluta, sin apartar por un momento los ojos de Will.- Solo tienes que encontrar algo que desees proteger.

Las personas que Will había intentado proteger en el pasado habían terminado sufriendo de alguna u otra manera, Alana por ejemplo tuvo una fuerte lesión en las piernas, el útero de Margot había sido extirpado y Abigail, bueno... Abigail había terminado muerta, eso sin sumar el fuerte sentimiento de abandono que dejó en Molly y en su hijo. Por mucho tiempo, Will había intentado entender el porqué todas esas relaciones habían fallado, y aunque lo más sencillo hubiera sido culpar a otra persona, el verdadero motivo se hallaba nada más y nada menos que en su propio nombre. Voluntad.

Lo cierto era que Will nunca había puesto el cien por ciento de su empeño en esas relaciones, la moral y sus incontables demonios habían interrumpido toda clase de conexión, pero con Hannibal, las cosas eran completamente diferentes, porque con él podía expresar lo que su mente realmente pensaba sin sonar como un loco, sin recibir esa mirada de incomodidad que usualmente causaba en las personas, pero sobre todo sin el temor de sentirse juzgado.

¿Y acaso, no es eso de lo que se trata el amor? Que te amen y te acepten, a pesar de lo que eres.

Will echó un rápido vistazo a los ojos de Hannibal que no dejaban de observarlo.

-¿Qué significa tu nombre? - El doctor lo miró de un modo que le llegaba a las entrañas, pero al cabo de un rato se apartó de él devolviéndole su espacio para respirar.

-Hannibal, era otra forma de llamar al Dios Baal en la mitología Cananea. - dijo mientras sonreía. - Aunque si buscas en otros libros, también es el nombre de un demonio. - declaró todavía más orgulloso.

Sin darle tiempo a responder, Hannibal se dio la media vuelta y se alejó, adentrándose una vez más en la oscuridad de la mansión.

Nota del autor:

¡Estamos de regreso! Después de mucho tiempo y gracias a que Amazon Primevideo a traído de vuelta la serie, me siento llena de inspiración para poder continuar con esta historia 😍
Gracias a todos los que aún siguen aquí. ~

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