Después de tomar nuestro almuerzo decidimos darnos un baño ya que baños era lo que sobraba, uno por cada habitación así que por ende salí primero. Me senté en la sala y a lo lejos vi otra habitación que conducía a un gran salón, me adentre y terminé parado frente a un gran piano de color negro, un negro reflejante pase un par de segundos observandolo hasta que alguien me interrumpió
¿Le gusta señorito? - dijo con una voz tranquila -
¿Eh? - no sabía que responder -
Que ¿si le gusta el piano? - volvió a mencionar aquella persona -
¿Ujum? - hice una ligera pausa - y emmm ¿tú eres?
Antes de una repuesta llego mi padre miró a aquella mujer que aparentaba unos... ¿sesenta años? Rápidamente la saludo y comenzó a explicar
Hijo ella es Marcela es la que ayuda en la casa - hizo una pausa y siguió - verás no te diste cuenta de que ella estaba aquí ya que el día de ayer ella tuvo su día libre, debido a todo lo que pasó ya sabes - vaciló - el caso Marcela el es mi hijo Mauro - me miró - hijo ella es Marcela la encargada de casa y amiga mía
La señora solo asintió tras su explicación acto seguido ella extendió su mano hacia mí
Un gusto joven - sonrió -
Un gusto señora - dude y tome su mano -
Ella rio, negó con la cabeza y se alejo un paso de mi para luego poner sus mano hacia atrás en un tipo de posición de descanso
No sea tan formal joven Mauro, solo dígame Marce, claro si gusta - aclaró segundos después -
Solo asentí y mire a ambos por un momento después de ello Marcela se encaminó a la puerta mencionó si necesitabamos algo y tras haber negado una petición ella salió sin más. Por el contrario mi padre se quedó mirandome, sonrió y luego se acomodo en el asiento frente al piano; hizo una seña para que me sentará a su lado y este comenzó a tocar un poco, era una melodía un tanto nostálgica
¿Porqué? - dije sin más -
¿Porqué qué? - dijo sin dejar de tocar -
¿Porque tienes tantas habitaciones?, ¿porque tenemos una sirvienta?, no entiendo nada...
Como puedes ver la casa es lo suficientemente grande para que puedan vivir solo un par de personas - mencionó lo más obvio -
Es lo que pregunté - solté sin más -
Tras seguir tocando y un largo suspiro de mi padre este comenzó a hablar, aunque su voz era muy baja casi apenas audible
Cuando tenía mi grupo o bien cuando todos estábamos vivíamos aquí - hizo referencia a su grupo de amigos - cada habitación le pertenecía a un integrante del grupo, pero poco a poco se fueron y fui comprando la parte de la casa de cada quien, no quería tener extraños inquilinos en cada parte de la casa - explicó y tras un pequeño silencio - y bueno Marcela en un inicio fue como dices tu nuestra sirvienta pero tanto año a lado de nosotros nos hizo verla como una amiga más o como la madre de todos - se encogió de hombros - y al final también se quedó aquí como ama de llaves
Entiendo ahora todo tiene sentido - comente sin dejar de ver cada tecla que pulsava él - entonces espero no ser una carga más para esta casa - solté sin pensar -
Claro que no - dejo de tocar - Mauro tu no eres una carga, ni ahora, ni nunca - me miro con atención -
Pero cuando estaba pequeño si - se me escapó nuevamente -
Este solo negó con la cabeza y trató de acomodarse para quedar mirandome
Tampoco - soltó en un susurro - tampoco fuiste una carga nunca lo has sido solo
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DULCE SABOR VAINILLA
Teen Fiction¿Sabes? Siempre me han encantado los postres sabor vainilla, son deliciosos a mi madre y a mi nos encantaba prepararlos, pasar horas ahí en la cocina con ella, aprendiendo cada una de aquellas famosas recetas... Recetas de mi chef favorita... ¿Sabes...