Capítulo 15

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Sed. Tenía mucha sed. Mi cuerpo me pedía a gritos que me levantara por un vaso con agua, pero el dolor punzante de mi cabeza me lo impedía, apenas abrí los ojos los cerré inmediatamente debido al brillo de la luz.

Tenía resaca. Una de las peores en mi corta vida.

No tenía ni puta idea de que carajos había pasado anoche, lo último que recuerdo es llegar a la discoteca donde era la fiesta. Por más que intento recordar, no puedo, el exceso de alcohol borró todo de mi memoria. Pero tenía un superpoder, no importa que tan borracha me ponga, cuanto alcohol u otra sustancia ingiera; yo siempre, siempre, me acuerdo de todo.

Solo le tenía que dar tiempo a mi cerebro para desintoxicarse, eventualmente los recuerdos vendrían a mí.

Con un profundo suspiro me animo a abrir los ojos nuevamente, me cubro con una mano para disminuir la intensidad de la luz. ¿Dónde estaba? No tenía idea.

Bien Sofía, concéntrate. Me toma unos segundos enfocar mi mirada, estaba en una cama, tenía a dos chicas semi desnudas a los lados, Daniel estaba en un extremo de la cama, se veía acabado, pero no perdía su encanto. En el otro extremo estaba Verstappen... el si había perdido su encanto.

Joder, ¿habré estado en alguna orgía o trío y no lo recuerdo? Odio cuando esto me pasa.

Me levanté con cuidado, me arrastré sobre una chica y Max y me senté en la orilla. Miré a mi alrededor examinando la habitación. No, no conozco este lugar. Entré al bañó para lavarme la cara, casi se me escapa un grito al ver mi reflejo en el espejo. Madre mía, parecía que me pasó un camión encima.

Se me había corrido la máscara de pestañas, mi cabello estaba hecho un desastre, mis labios estaban hinchados y adoloridos, y ni hablar de los moretones en mi cuello.

¿Qué carajos pasó ayer?

Por el rabillo veo algo moverse en la bañera, doy un brinco al ver a dos chicas adentro durmiendo encimadas. A una se le estaba saliendo un pecho de la blusa así que la tapé con una toalla. Esto no pintaba nada bien.

Salgo del baño y suspiro aliviada al ver mi bolsa en una esquina. Corro hasta donde esta y la recojo, mi vestido, zapatos y teléfono estaban ahí gracias a Dios. Reviso mis notificaciones y veo varios mensajes de los chicos. Los leeré después, me meto a la aplicación de Uber y pido uno para regresar a mi hotel. Al checar el mapa noto que no estoy muy lejos, pero no estoy en condiciones para caminar hasta allá.

Me detengo a observar la ropa que traigo puesta y sonrió orgullosa al ver que traía puesta mi pijama. Borracha pero buena muchacha.

A lado de mi bolsa había unas gafas de sol, no eran mías, pero las necesitaba, espero que su dueño no las extrañe. Debajo de la cama alcancé a ver una sudadera holgada, olía a Max. Mmm, no le he robado ropa a Max, una más para la colección.

Salgo de la recámara y camino con cuidado por la pequeña sala, había personas en el piso y en los sillones. Si no fuera porque me veía igual de derrotada que ellos, pensaría que son cadáveres.

El tamaño y apariencia del cuarto indicaban que era un hotel, ¿quién era el dueño de la habitación y cómo había acabado ahí? Solo Dios sabrá.

Tomo el ascensor y me recargo en una de las paredes hasta que llego a la planta baja. La cabeza me está matando, me duele el cuerpo y estoy muy cansada. Tenía bastante tiempo que no me encontraba en una situación así, joder no sé cómo podía hacerlo cada semana, al perder la práctica he perdido el aguante. Bruno estaría muy decepcionado de mí.

A paso apresurado crucé la recepción hasta llegar a la salida, no quería que nadie me viera en estas condiciones. Reviso mi aplicación y analizo las placas de los coches frente a mi hasta encontrar el auto que pedí.

McLaren's Best Kept SecretDonde viven las historias. Descúbrelo ahora