Part. 1

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Cansada o más bien agotada se dejo caer pesadamente contra las suaves cobijas de su cama, casi parecía que le daban la bienvenida mientras un fuerte suspiro escapaba por sus labios carmesí a causa de su labial, más un tanto secos por su largo día, las estrellas junto a la gran luna eran los únicos testigos quienes iluminaban a la joven chica que se dejaba llevar por el sueño que yacía en su cuerpo.

—Al fin es viernes...— Alcanzo a comentar para si misma, su última frase para si misma mientras caía en un profundo sueño, a sabiendas que probablemente se sumergirá en algún mundo utópico producto de su mente tan creativa y diversa, acostumbrada ya a tener aquellos sueños que le hacían despertar pensando: ¿Qué acaba de pasar?

Esta vez se veía así misma en un valle, a pies descalzos podía sentir la tierra frus bajo sus pies, el césped acariciar su andar junto al viento que movía su salvaje cabello de su rostro, para asi permitirle observar el maravilloso paisaje frente a sus ojos curiosos, flores de diversos colores adornaban por doquier cuando sintió un ladrido que le hizo saltar en su lugar seguido de un pequeño perrito de tonos claros, específicamente blanco moviendo su colita a sus pies mientras se agachaba a acariciar su cabecita.
—¿Cuál es tu nombre? —Hablo suavemente mientras le veía a aquel can cerrar sus ojos causando la risa inocente de ella.
—¡Maeumi!—Un grito masculino le hizo saltar una vez más, alzando su vista al notar un chico casi corriendo en su dirección.
—Maeumi... así que así te llamas, que adorable. —Rio suavemente al sentir como aquella perrita ahora lamia su mejilla justamente cuando ese chico llegaba, tomando a la perra en sus brazos algo avergonzado.
—Yo... Dios, lo siento... lo siento. —Repitió aquel agachándose ligeramente en reiteradas ocasiones, más para la chica se le hacía adorable, tan solo asintiendo.
—No te preocupes, fue un lindo gesto, ¿Eres su dueño? —Ante su pregunta tan solo aquel chico asintió, ahora tomándose el tiempo de observarlo con mayor atención, más alto que ella, probablemente le ganaba por unos veinte centímetros, ojos tan únicos que no podía evitar recordar el gato de su abuela, ¡Oh! Y al sonreír un par de hoyuelos que sin duda le harían cualquiera suspirar, pero más que nada se preguntaba ¿Alguna vez lo había visto? Usualmente se cree que quien ve en sueños son personas que hayas visto, aunque claramente recordaría a alguien tan adorable.
—Gracias... gracias por cuidar de Maeumi, si no es molestia, ¿Cómo te llamas? —Oyó su voz que le hizo nuevamente perderse por breves instantes en aquel par de ojos tan brillantes cual estrella en el firmamento.
—Mi nombre es...—Alcanzo a decir cuando el sonido de su móvil le hizo despertar.

—Increíble, justo en el mejor momento. —Añadió a regañadientes tallando sus ojos mientras tomaba su móvil para contestar aquella llamada.
—¡Kate!— Oyó el grito característico de su mejor amiga tras la otra línea haciéndola suspirar notando aún era de madrugada, exactamente dos de la mañana.
—Si, ese es mi nombre Anna, ¿Qué pasa? —Su voz un tanto profunda y áspera al recién despertar acurrucándose en su cama de lado, justo en ese momento vino a su mente otra vez a aquel chico, ¿Dónde lo habrá visto? Era... tan lindo. Sonrió torpemente ante aquel pensar, raro en ella era siquiera mostrar interés en otro ser vivo.
—Si te pidiera hacerme un informe, ¿Cuánto me cobras?— Rio un tanto más fuerte de lo usual al oírla.
—¿Para eso me llamas? Diez dólares, aumenta a medida de lo difícil, ahora déjame dormir, sabes amo dormir. —Y sin más corto la llamada suspirando una vez más, un hábito un tanto melancólico, quizás.

Poco a poco se sentó en su cama quitando su abrigo de sus hombros, para así levantarse a colgar este tras su perchero, quitando posteriormente su blusa junto a sus pantalones formales dejando estos en su ropa sucia, sus tacones en algún sitio de su cuarto, sin duda era de vez en cuando incomodo ser estudiante de leyes, primer año y ya quería terminar.
—Quien me manda.-Se auto regaño mientras aquel pijama de ositos era puesto en su cuerpo, tomando asiento tras su escritorio en donde podía ver perfectamente la luna, luna llena justamente hoy pensó encendiendo una vela como usualmente hacia.
—Deja salir todo lo pasado, todo lo malo, y dale la bienvenida a lo bueno, a lo mejor.-Murmuro para si misma, un pequeño ritual que solía hacer.
—Luna, ¿Quién era aquel chico que vi?—Hablo una vez más viendo aquel astro en busca de alguna respuesta, aunque no sabia si esta llegaría.
—Sus ojos... eran muy lindos.—Poso sus manos en sus mejillas sintiendo el calor subir a estas mismas.
—¿De que estoy hablando?—Soltó una torpe risa soplando la vela posteriormente, nuevamente siendo iluminada tan solo por aquella luz que le proporcionaba la luna, usualmente parecía sus sueños solían darle mensajes, advertirle o cosas que vivía, pero en aquel momento aunque pensaba y pensara no encontraba respuesta a la creciente duda que aquel chico había presentado con su desconocida identidad.

MOONLIGHT ୨୧ YANG JUNGWON ࣪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora