CAPITULO IV/Puñales I /Èrica Hernández

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Cuando acabamos de desayunar en la cafetería nos levantamos de la masa y yo me dirigí al interior para despedirme de mi amigo y buscar a Paula para que nos acompañara asta plaza Cataluña donde nos esperaba Berta, cuando salí de la cafetería fui a cogerme de la mano de Hugo y los tres empezamos a caminar, caminamos un buen tramo hasta que encontramos una parada de autobús, hasta llegar a la parada habíamos visto como todos los pequeños comercios habrían poco a poco sus tiendas, esperamos alrededor de 10 minutos hasta que llego el autobús de plaza Cataluña, cuando subimos el conductor, de aspecto osco y de pocos amigos, más viejo que la casa duran en Barcelona, nos pidió amargamente que le diéramos el dineros necesario para subir, mi amiga pago con la tarjeta igual que yo y que Hugo, después de pagar las puertas del bus se cerraron y este emprendió la marcha, los tres fuimos poco a poco hasta el fondo del bus donde había siempre, al menos 3 asientos, cuando llegamos Paula se situó en el asiento más pegado a la pared interior, yo en el centro de los tres asientos y luego Hugo que se sentó al lado de la ventana, primero dirigió una mirada apenada por la ventana, tuvo que percibir que lo miraba angustiada y se giró hacia mí y me dirigió su mejor sonrisa y se volvió a girar a la vez que me apretaba más fuerte la mano, seguramente Paula se había dado cuenta porque me dijo en susurros

- ¿Y si lo invitamos a que se venga con nosotras? – Me gire hacia ella con una expresión en la cara que le dejaba bien claro que no me parecía una buena idea. -Pero... Es que se le be muy triste, necesita animarse, venga va, anímate tú también. -No sé, pero me deje convencer

- Si, pero le pregunto yo. -Le susurre, e instante seguido me gira hacia Hugo y le roce la mano delicadamente

- ¿Hugo? -Le pregunte y espere a que se dirigiera a mi

- ¿Qué? -Me respondió

- ¿Si no tienes nada que hacer te apetecería venirte con nosotras? -Cuando termine de formular la pregunta se le dibujo una bonita sonrisa

- ¿Si no molesto?, me encantaría ir con vosotras. -Entonces, en ese preciso instante, algo me recorrió por dentro y me impuso a darle un beso en la mejilla Derecha.

Luego me separe de él y protegimos todo el trayecto hasta plaza Cataluña cogidos el uno del otro, en algún momento me acurruque junto a él y deje que el calor de su pecho espantase el frío de mi cuerpo, cuando divisamos Plaza Cataluña nos levantamos de los asientos, mi amiga pulso el botón de parada y en cuanto el autobús estuvo al lado de la parada, paro, se inclinó y abrió las puertas, fuera el frio era impactante. Junto a la parada estaba Berta con el móvil en la mano, la primera en bajar fue Paula que fue corriendo hasta su amiga y la abrazo con fuerza, luego Hugo y yo bajamos cogidos de la mano, al salir tuve que ponerme la americana negra para protegerme del frio.

Cuando me acerque asta mi amiga Berta sé quedo mirándonos, como si fuera la cosa más extraordinaria del mundo que los dos fuésemos cogidos de la mano

- A ver si el incordio a qui vamos a ser yo y la Paula ¿he? -La muy estúpida se pensaba que me había olvidado de Axel, tenía pensada quedar con él al día siguiente, Hugo estaba allí conmigo por petición propia.

- No seas estúpida solo somos amigos. -Le conteste molesta

- Si, ya, y yo soy la reina de Noruega, ¿Venga hombre? Todos sabemos que...-En ese momento Paula le tapó la boca y la miro fijamente, con aquella mirada se lo había dejado todo explicado. - ¿Bueno que?, ¿Vamos? -Claramente Hugo se quedó desconcertado.

- ¿Alguien me explica que vamos a hacer? -Se me había pasado explicarle que íbamos hacer, cuando iba a explicárselo intervino Berta

- Vamos a comprar un vestido, para ella, para esta noche, una noche de chicas. -Se giro para mirarme. - ¿Recuerdas? -Mierda, iba a probarme los vestidos más...mas...sexys por así decir, si Hugo estaba delante cuando me los probara iba ponerme más roja...

Dilema de amores- El dilema de ÈricaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora