Friends, Boyfriends And Brothers↬◤мιĸαyυυ◢ [Concluida]

Capítulo 25

Despertó.

Ahora todo su cuerpo dolía.

La coleta que usualmente sostenían sus largos cabellos, estaba deshecha. Sus cabellos estaban cubriendo casi toda su espalda desnuda.
Al parecer tiene cinta adhesiva en su boca, impidiendo que hable.
Y sí, se encuentra con el pecho contra el colchón.

Levantó sus párpados y vió su muñeca derecha esposada a un barrote de la cama donde estaba acostado. Giró a ver su lado izquierdo y también su otra muñeca está esposada.
Sentía algo de frío en sus piernas. Su trasero estaba cubierto por una sábana o cobija.
Soltó un suspiro.
La cabeza le dolía y no de una manera agradable. Cerró sus ojos. Para dormir un poco, pero un tacto sobre su cintura le dio el impedimento de descansar.
Se quedó quieto sin abrir los ojos. Aquella mano subió hasta su cuello, quitando los cabellos que lo cubrían.
Soltó un quejido en cuanto sintió una mordida en su hombro.

-Oh, lo siento. ¿Te dolió, amor? -el pelilargo quedó en shock.

-Ese no es Crowley. Ese no es Crowley. Ese no es Crowley. Ese no es Crowley -se repitió a si mismo en su mente - Es solo un tipo con una voz parecida a la de él, jajaja, a quién engaño. Estoy frito -piensa.

-Oye, sé que estás despierto -rió. Ferid quería imaginar que era una pesadilla, pero parecía que no lo era -. ¿No quieres divertirte un rato?

-Me divertiré... ¡Solo si me sueltas y dejas que me largué de aquí! -pensó, tenía mucho miedo.

❤

Entonces... Urd tenía razón. Oh Dios... ¿Qué hago? ¿Qué hago? Mi familia debe estar preocupada.

💙

-¿Dónde está mi papá? -pregunté, se me hace raro que Crowley nos haya dicho que él llevaría a mi padre a la veterinaria.

-¿No confías en Crowley-San? -me pregunta Yuu-Chan.

-Así que digamos que confío ciegamente en él, pues no. Desde que lo conocí no me dio buena espina.

-Yo también siento lo mismo -dice en voz baja.

-¿Es normal que me dé una corazonada? Osea, estoy embarazada y eso. Pero... Siento como si algo malo estuviera pasando, y Ferid esté ahí... ¡Carajo! -tomó el teléfono.

-Mamá -regañó Yuu-Chan.

-Tu también dices groserías, déjame ser. Voy a llamarle a Goshi -presionó varias teclas en el teléfono de la casa y colocó el mismo cerca de su oído -. Goshi, sé que no debo preocuparme, pero, esto es urgente. Ferid no aparece, ¿podrías ir a la veterinaria a ver si se encuentra ahí, por favor?

-Iré, te llamo en cuanto llegué y averigüe que le pasó.

-Gracias -colgó.

Siento como mi interior se retuerce. Odio está sensación. No me gusta.

-Mika, tranquilo -Yuu-Chan me abrazó, le correspondí.

💝

El pelirrojo y peli plata estaban peleando, pero Ferid perdió la batalla. Su cuerpo estaba débil y lo sentía pesado.
No quería rendirse, no ahora que había logrado tener la familia que tanto deseo.

-Oh, vamos Ferid. Deja de resistirte. Nos hicimos uno muchas veces mientras estabas dormido. Bien que te gustó, gemías pidiendo más. Bueno no lo decías, pero yo te daba más.

-¡Carajo! ¡Déjame ir! -trató de zafar sus muñecas del agarre del pelirrojo, pero no lo logró -. Déjame ir... Por favor -suplicó con lágrimas en sus ojos.

-No -sonrió -. Por fin estamos juntos. Solo faltan tus hijastros y el que viene en camino. Debes rendirte Ferid, ya no tienes escapatoria conmigo. Estamos algo lejos de Tokio, así que no podrás huir de aquí. Ni sabrás a qué dirección ir -aquellas gotas de agua descendían por sus mejillas rojas de tanto coraje -. No, mi amor, no llores por favor. Lo hago por nuestro bien y amor -besó con suavidad las mejillas del pelilargo.

💚

-¡No está! Le pregunté a la chica y dice que ni él ni Crowley, fueron -ay no -. ¡¿Krul no está escuchando esto verdad?!

-No, está dormida. Yuu-Chan y yo somos los que estamos escuchando.

-Oh... Me alegra... Si no ahora estuviera muy preocupada. Prepararé la alerta de desaparición, necesitaré una foto de él y de Crowley -dijo el tío Goshi.

-Sí, sí. Hay varias de ellos. Ya las busco, ah y gracias Goshi-San -habla Mika.

-No hay de que, Mikaela -Mika me dio el teléfono y fue a buscar las fotografías -. ¿Tu...? Eh...

-Sí, ya se fue -dije -. Hablaré con mi mamá de esto.

-Gracias, Yuu -colgó.

💙//💚

Estaba sentado en la cama, abrazaba sus rodillas. Sus ojos rubíes miraban un lugar inexacto.

No escuchaba las risas del televisor. Tenía puesta una camisa grande y holgada de color gris.

Parpadeó varias veces al ver un pasador en la repisa donde estaba la televisión.
Bajó sus pies de la cama y se acercó a la repisa. Tomó aquel objeto y desencadenó su tobillo. Sí, Crowley salió y lo encadenó a una de las patas de la cama.

Al ser libre, buscó sus pantalones y ropa interior. Se colocó esas prendas y vio un pañuelo, lo tomó y guardo entre sus pantalones y bóxers. También guardo el pasador por si llegara a necesitarlo.

Buscó la manera de escapar y su teléfono.

Fue a la cocina, tenía el presentimiento de que estuviera ahí, cuando lo encontró vio la hora, tenía el 70% de batería pero no tenía señal. Lo más extraño es que tenía internet, se metió a la aplicación de los mapas y le apareció donde se encontraba.
Dio doble clic sobre su ubicación y al ver en qué sitio se encontraba, abrió sus ojos con sorpresa.

-Estoy... En la cabaña de Kureto... -pensó, salió de la aplicación y busco What's Up (la parodia del wasa) pero no la encontró.

Revisó sus contactos y no había ninguno, solo el de Crowley.

-Mierda -murmuró entre dientes. Quitó el internet y apagó el móvil.

Escuchó la puerta abrirse y con sigilo tomó un jarrón de vidrio con un tamaño considerable.

-Ferid~ Ya volví -anunció. El aludido pasó saliva y sudaba frío -. Amor, ¿Dónde estás? -escuchó un arma cargarse. Tembló fuertemente y su respiración empezó a ser irregular -. Si no hablas voy a disparar... Mejor no lo hago, no quiero asustarte -Ferid se armó de valor para poder atacar a Crowley.

Salió de su escondite. Iba a romperle el vaso en la cabeza al pelirojo, pero este se giró y le apuntó a la cabeza.
Golpeó la mano del contrario con el jarrón y una bala atravesó su pierna izquierda. Seguido golpeó el rostro del pelirojo y rompió el jarrón en su cabeza.

Crowley cayó al suelo inconsciente, sacó el pañuelo y lo ato en la zona dañada de su extremidad.
Encendió las luces y buscó el teléfono. Al encontrarlo, revisó que no estuviera desconectado del internet, fue una suerte para él que el aparato no estuviera sin línea. Presionó los botones y llamó a la policía.

-Hola, ¿puedo ayudarle en algo? -hablo el rubio por el otro lado de la línea.

-¡Goshi! -gritó aliviado.

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Actualización: 09 de abril de 2020

Tardé, perdón ;-;

Espero y les haya gustado :3

Perdonen mis errores ortográficos (• ▽ •;)

Nos leemos luego
Chaito! ;3*