Friends, Boyfriends And Brothers↬◤мιĸαyυυ◢ [Concluida]

Capítulo 18

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-¡¿Qué ella y tú qué?! -gritó.

-Shhhh, Ferid baja la voz, estamos en una cafetería. Y lo más probable es que ya sabes quién esté aquí, espiandonos -Horn me lo dijo, puede que Urd esté siguiendo a Ferid y a mí.

Mentiremos sobre la fecha de la boda. No quiero que ese imbécil haga un atentado y llegué a matar a Mika y secuestrar a Yuu.

Si la madre y el padre de Yuu no hubieran muerto, todo esto no estaría pasando.
Pero de todas formas, esto igual sucedería.

-Pero... -le interrumpí, sentí la mirada penetrante de Urd, giré levemente mi cabeza y él estaba ahí. Sentado en una de las mesas del rincón.

-Mejor hablemos de la boda, ¿No crees? -le pregunté mientras me volvía a girar para ver a Ferid y este asintió. Horn me dijo que habría una boda dentro de una semana.

Sé que Urd recuerda que yo llevo las cosas con calma, aunque me estreso, pero las llevo con calma. Que irónico, nadie me conoce tan bien como Yuu y Midori.

Hay algo que nadie conoce de mi, ni siquiera Urd. La única persona que lo sabe es Midori. Y ese pequeño secreto es que yo soy demasiado astuta, además de que trabajo para la policía.
Me visto diferente, mi pelo es corto, no es el largo que aparento tener, aparte me hago risos en el cabello y se ve más rosado. Uso pupilentes azules y mi voz la hago más aguda.

-¿Por qué no mejor adelantamos la fecha de la boda para la próxima semana? -le pregunté y le guiñe el ojo derecho, pronto captó lo que quise decir.

-Oh, claro querida. Mientras más pronto mejor -sonrió y nos tomamos de las manos.

✨

-¿La adelantarán? Bueno, no estoy perdiendo nada con atentar contra Mikaela la otra semana -pensó Urd.

-Será el miércoles, cariño -dijo la pelirosa, la conversación era escuchada por un micrófono oculto en aquella mesa.

-Claro, solo hay que hablar con el sacerdote -la voz del pelilargo se escuchaba alegre.

-Digan a que hora carajo -pensó nuevamente, el rubio comenzaba a irritarse.

-¿A las tres y media de la tarde te parece bien? -cuestionó la mujer.

-A la hora que tú quieras, querida.

-Bueno, entonces será a esa hora -dijo entusiasta.

-¡Sí! Ahora nada podrá detenerme -cortó la transmisión del micrófono y salió del establecimiento, no sin antes pagar la cuenta.

La pelirosa giró levemente su cabeza para ver si el rubio había salido del establecimiento, y vio que este agradecía por el servicio y se colocaba su sombrero negro y salía del estacionamiento.

-Al fin se fue -soltó las manos del pelilargo y las suyas las deslizó por debajo de la mesa para buscar el micrófono.

Al hallarlo, lo arrancó de la mesa y al tenerlo en sus manos, decidió guardarlo para que después lo colocará en las llantas traseras del automóvil de Ferid, y al momento de avanzar hacia atrás una de las llantas destruya el aparato.

-¿Era aquel sujeto de la esquina con un periódico en manos? -cuestionó el peli plata.

-Sí -responde la peli rosa.

-Es malísimo para disimular. Es más, nunca fue bueno para disimular.

-Si, lo sé -tomó su taza de café y dio un sorbo, saboreando el amargo sabor de este.