Teagan
Hemos vuelto a pelear.
Y no es sorpresa para nadie, porque solemos hacerlo con frecuencia, de hecho, más de lo que quisiéramos admitir. Mamá ya ni siquiera se molesta en saber las razones, en este punto solo se prepara para vernos resolver nuestros problemas.
Asher siempre es un dolor de culo, en especial cuando se trata de su afición por el futbol americano. Joder, él hablaba hasta por los codos de dicho deporte, y nunca me molestó que me hablara de el, de hecho, lo disfrutaba, pero esta vez no pude aguantar escucharlo decir que consideraba entrar al equipo de la preparatoria.
Él sabía perfectamente lo que eso conllevaba, se lo conté en mi primer año, luego de ver a un chico de mi grado ser el esclavo del capitán del equipo por un mes completo.
Era un idiota por considerarlo, y se lo hice saber, fue así como nuestra pelea comenzó.
Me acusó de no apoyarlo en lo importante que esto era para él, y finalmente terminamos golpeándonos hasta que nos vimos siendo detenidos y castigados por nuestras respectivas madres.
—No me puedo creer que se hayan golpeado. —habla mamá mientras me sutura la ceja una vez hemos llegado a casa. —Son amigos, por Dios.
Gruño al sentir como presiona intencionalmente la herida en mi ceja.
—¿Se puede saber porque se golpearon?
Tomo aire por la boca.
—Solo por una tontería. —respondo.
—¿Por una tontería?
Asiento.
—Pues a mí me parece que fue más que eso, nunca habían llegado a esto, no desde que tenían diez años. —comienza a guardar el material que ha utilizado para mis pocas heridas dentro del botequín. —¿No se han dado cuenta que han crecido y que su fuerza es mayor que la que tenían a los diez años?
No, no lo habíamos notado hasta que él me rompió la ceja y yo le rompí labio.
—¿Puedo irme a mi habitación? —pregunto con cansancio sin responder a su pregunta.
El cabello castaño lo lleva en una coleta, haciéndola ver más joven de lo que es. Viste un vestido de verano color crema y unas zapatillas blancas, que fueron regalo de la hermana de Asher en la navidad pasada.
—Sera mejor que vayas directamente a dormir, porque si subo y te encuentro con los auriculares te castigare de por vida. —amenaza, mientras se pierde en el pasillo donde se encuentra el baño.
Me levanto del sillón y subo las escaleras en dirección a mi habitación, conforme avanzo siento dolor en mi pierna izquierda, la misma que Asher torció cuando yo hice lo mismo con la suya.
Una vez estoy dentro de mi cuarto me quito la ropa y me tumbo en la cama solo en calzoncillos. Paso algunos segundos observando mi colección de discos de vinilo, para luego pasar a los posters de diferentes bandas que hay en las paredes.
—Hola, Marie. —escucho decir a mamá, seguramente al teléfono. —¿Qué tal se encuentra Asher? ¿Está bien?
Agudizo mi atención ante la conversación, completamente interesado en su respuesta.
Por más discusiones que tengamos no creo que jamás me deje de importar su estado, aún más cuando yo tenía que ver con ello, era mi mejor amigo desde que tenía memoria y eso nunca cambiaría por nada.
—¿Solo el labio? —silencio. —Me alegro de que se encuentre bien, menos mal que no fue tan grave... Él está bien, solo un corte en la ceja que seguramente dejara marca... No te disculpes, ya se arreglarán ellos.
Escuchar la respuesta positiva me hace soltar el aire que sin darme cuenta contenía, segundos después me envuelvo en las sábanas.
—Que descansen, hasta luego. —se despide.
Esa noche por más que lo intento no logro consolar el sueño, y así seguiría siendo por un largo mes.
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Stay With You [Español] (Próximamente)
Fiksi RemajaOdio el pueblo en donde vivo. Odio que a las personas se les haga tan fácil juzgar. Pero, sobre todo, odio haberme enamorado de la persona incorrecta, y peor aún, que haya sido de mi mejor amigo. Asher Lehmman tenía los ojos más fascinantes que algu...