Una vez que termino todo el extenso proceso de arreglarse, Kate se colocó frente a su espejo de cuerpo completo para apreciar su trabajo ya finalizado.
—No hay forma de que Yelena se resista a todo esto—Kate se dijo "humildemente" mientras se señalaba a sí misma— ¡Solo mira que irresistible soy! —al parecer su confianza no era afectada mientras Yelena no estuviese alado poniéndola nerviosa.
No faltaba mucho para las 09:30, hora en la que Yelena pasaría por ella, así que Kate decidió que lo mejor sería esperar a que la hora llegara en la sala de estar.
Ya en la sala de estar, Kate comenzó a ponerse ansiosa conforme el reloj avanzaba. Caminaba de un lado a otro en la sala de estar mientras alternaba su vista entre el reloj de su muñeca y el enorme reloj antiguo colgado en la sala de estar; el tiempo le parecía que avanzaba de una manera tan tortuosamente lento. Sentía que en cualquier momento iba a estallar de ansiedad.
—Tranquilízate, Kate—respira profundamente— solo respira—vuelve a hacer una respiración profunda. —Eso es...—dice un poco más calmada, solo un poco. Kate vuelve a voltear a ver ambos relojes para sabes la hora actual— Faltan diez minutos para la hora acordada, puedo resistir diez minutos más, claro que sí...—menciona tratando de guardar la calma mientras empieza nuevamente a recorrer toda la sala de estar.
Inclusive Lucky ya estaba fastidiado de la rutina de Kate, por lo cual el la veía pasar de un lado a otro desde la comodidad de su sofá favorito.
—No me mires así, Lucky The Pizza Dog—lo regaña Kate— ¡Estoy haciendo mi mejor esfuerzo para conseguirte otra madre y una hermana! —exclama— Ah sí, y también para conseguirte un primo gatuno—menciona al recordar que Yelena le conto sobre Liho. Por su parte Lucky le ladra en respuesta, como animándola a seguir— ¡Esa es la actitud, amigo! —exclama ahora más emocionada hasta que su mirada se desvía nuevamente hacía los relojes. —¡Maldita sea! ¡¿Por qué el tiempo no avanza más rápido?! —se queja mientras se deja caer en el sofá más cercano que tenía. Pero Kate al instante recuerda que está usando su precioso traje negro, por lo cual rápidamente se levanta del sofá para alisar las zonas que se vieron afectadas por la caída.
Kate seguía tratando de alisar su (ya nuevamente alisado) traje cuando el timbre de la puerta se escuchó. En ese instante el mundo se le detuvo por una fracción de segundos, en su mente solo estaba el pensamiento "Yelena ya está aquí".
—¡Ya llego! ¡Yelena ya está aquí! —exclama tanto emocionada como nerviosa—¿Ahora que debo hacer? —se pregunta así misma—¡Abrir la puerta, claro! —suspira en alivio por recordar que tenía que hacer— Gracias por tu ayuda, Lucky—dice sarcásticamente ganándose una mirada de confusión y pereza por parte de Lucky, como si el pobre tuviera la culpa de los nervios de su madre humana.
Kate comienza a caminar hacía la puerta de entrada, en el camino va tratando de calmar sus nervios al jugar con sus manos. Antes de abrir la puerta se detiene para hacer una profunda y larga exhalación e inhalación. Una vez que termina, procede a finalmente abrir la puerta de entrada, pero lo que la deja totalmente sin aliento.
Del otro lado de la puerta se encontraba Yelena vistiendo un precioso vestido dorado con detalles negros, se veía realmente hermosa.
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Pero Kate no fue la única que perdió el aliento, Yelena también quedo pasmada al ver a Kate vistiendo ese traje totalmente negro que hacía ver increíblemente sexy.
Tras varios segundos donde ambas se dedicaron únicamente a verse, Yelena fue la primera en romper el silencio.
—Wow... te ves muy bien, Kate Bishop—alago dirigiéndole una sonrisa a la mencionada, quien por su parte se sonrojo un poco, pero a la vez ese comentario por parte de Yelena le dio la seguridad y confianza para seguir adelante.
—Gracias, Yelena—le sonrió de vuelta—. Tú también te ves increíblemente hermosa—por un momento Kate temió haberse excedido al usar la palabra 'increíblemente' para referirse a su hermosura. Esas dudas quedan atrás cuando se da cuenta que Yelena desvía la mirada mientras suelta una involuntaria risita nerviosa, también ve como sus mejillas se tiñeron levemente de rojo. Kate sonríe ahora más relajada y confiada, no estaba equivocada al pensar que Yelena también gustaba de ella, o esa impresión al menos le daba.
Unos segundos después tras que Yelena recobrara la compostura, le tiende un paquete a Kate.
—Yo... te traje esto, Kate Bishop—Kate toma el paquete, al ver el contenido sube la mirada de nuevo para conectarla con la de Yelena. —No sé mucho del tema, pero he visto algunas películas estadounidenses donde antes de ir a una fiesta, le dan uno de estos ¿corsage? Sí, creo que así se llamaba. En fin, le dan un corsage a la chica cuando pasan por ella a su casa, así que pensé que bueno... q-que tal vez sería c-cool darte uno de esos y bueno... al parecer el morado es tu color favorito... así que o-opte por ese color, espero te guste, Kate Bishop—la mirada que Kate le daba era una mirada cargada de asombro, felicidad, ternura y sí, de amor.
—Yelena... es hermoso, no te hubieras molestado—le sonríe. "lo más hermoso es el detalle, no el corsage en sí", pensó Kate en su mente.
—No fue una molestia, quería hacerlo—le sonríe de vuelta y ambas se quedan así por un par de segundos. — ¿Te ayudo a colocártelo? Creo que va en la muñeca o algo así, no puse mucha atención en esa parte.
—Sí, el corsage va en la muñeca, pero... tal vez deberías usarlo tu—le responde Kate logrando confundir levemente a Yelena.
"Si dijo que le gusto, ¿por qué no lo quiere usar?", pensó Yelena.
Kate al ver la expresión de Yelena, entendió que tal vez sus palabras pudieron haber sido mal entendidas.
—No me mal entiendas, el corsage fue un lindo detalle, pero el problema es que ya traigo yo un boutonniere—señala el decorativo floral.
—Oh... entiendo, Kate Bishop, no hay ningún problema—responde Yelena con una media sonrisa.
—Aunque... —Kate detiene su hablar para quitarse su boutonniere con mucho cuidado para no dañarlo. Una vez que se lo quita, vuelve a hablar—. Listo, ¿podría ponértelo, Yelena?
—¿Qué? —inquiere Yelena confundida.
—Se me ocurrió que tal vez tu podrías usar mi boutonniere en tu vestido mientras que yo uso el corsage, así tu usas algo que yo te di y yo algo que tú me disté—Yelena sonríe ampliamente al escuchar la linda explicación de Kate— ¡Y mira! Son del mismo color, ¡iríamos perfectamente conjuntadas! —al parecer no se habían dado cuenta que sin darse cuenta iban combinadas. Kate con un pulcre traje negro y Yelena con un vestido dorado con detalles negros, tal vez el morado del boutinniere y del corsage no combinaba mucho, pero al menos seguirían viéndose como una pareja que iba combinada a un evento.
—Me parece una excelente idea, Kate Bishop—se sonríen.
—¿Puedo? —pregunta Kate mientras alza de nuevo el boutonniere, Yelena asiente en respuesta y deja que Kate le coloque su decorativo floral—. Listo, se te ve muy bien, Lena.
—Gracias, Kate Bishop—contesta un poco sonrojada, provocando nuevamente una sonrisa de triunfo en el rostro de Kate. —¿Puedo? —ahora es el turno de Yelena de preguntar si puede colocarle el corsage a Kate, la cual le responde con un suave "Sí" antes de tenderle la caja a Yelena; quien muy cuidadosamente se lo coloca en la muñeca—. El corsage definitivamente luce muy bien en ti, el morado en serio es tu color—le da un guiño juguetón a Kate—. Ahora sí, ¿nos vamos, Kate Bishop? —le tiende su brazo.
—Nos vamos—responde Kate. Rápidamente cierra la puerta no sin antes despedirse de Lucky —. Te veo más tarde amigo, te portas bien—ahora sí, Kate une su brazo con el de Yelena para comenzar a caminar hacía la salida del edificio.
La noche recién va comenzando, pero suena muy prometedora.
