Prólogo

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Realmente los aventureros no suelen preocuparse mucho por el estado político en el que se encuentre el reino, poblado o ciudad en el que se encuentren. Desde que los ataques del rey demonio un sin fin de recursos se gastaron para equipar de la mejor manera a los ejércitos de las ciudades más importantes de los pocos reinos que se habían formado con los años.

Los habitantes que estaban más cerca del castillo del Rey Demonio inevitablemente sucumbieron ante sus ataques mientras que las ciudades más alejadas gozaban de una increíble tranquilidad. ¿Un ejemplo? La ciudad de Axel. Es una ciudad del Reino de Belzerg en donde la mayoría de sus residentes son aventureros. Esta ciudad es conocida como una de las más pacíficas y extraña ciudad de todo el Reino.

—Maldita sea!—Un adolescente gritaba con desesperación—.

El sujeto vestía un atuendo el cual consiste en un manto verde con adornos dorados, camisa blanca, pantalones y botas de cuero. Llevaba una katana corta con la leyenda "Chunchunmaru" grabada en el mango del arma.

De repente una espada le atravesó el pecho. Su cuerpo perdió su fuerza causando que su katana se saliera de sus manos, sus piernas temblaban y su respiración era cada vez más débil. La espada que le había atravesado el pecho eventualmente salió de manera rápida y al igual que su portador se terminó perdiendo en poco tiempo entre toda la multitud.

La primera vez que llegó a este mundo nunca se puso a pensar en que obviamente habría gente sedienta de poder y que haría cualquier cosa con tal de ganar. Una cruel invasión a la ciudad de Axel fue lanzada y habían tratado de repelerla desde el día anterior. Megumin fue posiblemente quien realizó más bajas enemigas durante las primeras horas, después de cada explosión podía ver claramente el arrepentimiento en su rostro...Claramente no estaba acostumbrada a matar.

—Maldita sea, solo espero que esa inútil me reviva más rápido que la última vez—dijo antes de dar su último suspiro-.

En otra parte de la ciudad varios soldados marchaban con intenciones de tomar el centro de la ciudad y posiblemente uno de los puntos más importantes. El gremio de aventureros.
Se encargaban de masacrar a cualquiera que se pusiera en su camino, el que claramente era el lider del batallón cabalgaba con orgullo en una posición estratégica, no era realmente difícil saber que el estaba a cargo. Vestía elegantes ropas de un material que parecía fino pero a la vez resistente y varias partes de una armadura dorada junto con pequeñas medallas que resaltaban su título como el jefe.

No muy lejos de ellos una mujer salía de una casa en ruinas, en sus brazos cargaba a un pequeño bebé y sujetaba con fuerza la mano de otro pequeño niño. Se detuvo en seco cuando los soldados pasaron frente a ella y sus dos hijos, esto era realmente malo, la mayor parte por no decir todas las invasiones tienen algo en común y eso es el sufrimiento de la población, es común que los soldados enemigos tomen a las mujeres jóvenes y se "diviertan" con ellas todo el tiempo posible y sus hijos seguramente serían vendidos como esclavos.

La mujer estaba apunto de salir corriendo, sus piernas estaban temblando de miedo por todas las cosas que repentinamente habían ocurrido dentro del reino.

Para su sorpresa los altos hombres de armadura pasaron a su lado sin prestarle la más mínima atención.

Los soldados finalmente llegaron al famoso gremio y se detuvieron a unos cuantos metros de este. Los aventureros restantes estaban organizados de manera estratégica para que los enemigos no entraran. No sirvió de nada...

Algunas horas después la ciudad había sido tomada casi en su totalidad por los enemigos y su bandera ondeaba con orgullo sobre los edificios más importantes de la ciudad.

En unas oscuras celdas un hombre joven caminaba con un destino específico. La luz de la luna se encargaba de iluminar los pasillos del calabozo al igual que las zonas donde la energía de las antorchas no llegaba a iluminar.

Finalmente llegó a una zelda la cual era custodiada por dos guardias.

—Se-se- señor—dijo el primer guardia haciendo un saludo militar—.

El segundo guardia también mostró respeto ante el hombre frente a ellos pero realmente no pudo hablar.

Ambos sujetos abrieron la puerta de la celda para que el hombre entrara.

Frente a el había un niña de aproximadamente 14 o 15 años. Era una adolescente de baja estatura, con el pelo corto y un fleco dejando mechones cortos delanteros hasta su mentón, y mechones largos traseros cayendo hasta su pecho. Tiene los ojos de un brillante color rojo que parecían brillar en la oscuridad. Lleva un vestido rojo con bordes amarillos y un cinturón. Usa guantes sin dedos en las mano. Usa una venda a lo largo de su pierna derecha y una media negra en la izquierda, calza unas botas de piel color marrón suave. Lleva un collar negro en el cuello.

Estaba encadenada a la pared con cadenas en ambos brazos y colgaba unos centímetros sobre el suelo. No sé había dado cuenta de la presencia de aquel hombre e intentaba desesperadamente salir de aquellas cadenas.

—Detente—el misterioso sujeto finalmente hablo-.

La chica se sobresaltó y soltó un pequeño grito de miedo mientras dejaba de hacer lo que sea que estaba haciendo. Frente a ella estaba un adolescente mayor que ella, vestía un elegante traje de la realeza y en su cintura descansaba una espada envainada. El su pecho se encontraba lo que parecía ser el símbolo de alguna familia real y justo al lado el nombre del sujeto "T/n".

Se acercó para quedar solo a unos centímetros de ella lo que en envio un escalofrío atraves del cuerpo de la maga.

—Con que Megumin ¿Verdad?—dijo escaneando con su mirada cada parte del cuerpo de megumin—No puedo creer que tu eliminarás a la mitad de mi ejercicio.

La chica se negaba a hablar, esta bien que puede llegar a ser bastante arrogante de vez en cuando pero incluso ella sabe cuando detenerse.

—Magia explosiva no es así?-megumin no puedo evitar asentir—.

Una pequeña sonrisa se formó en el rostro de T/n.

—En ese caso...—T/n comenzó a hacer un movimiento extraño—.

La chica solo lo miro confundida tanto así que megumin pensó que sacaría su espada y la decapitaria en ese momento. Que grande fue su sorpresa al saber que no era así.

—Por favor únete a mi ejercito!!!—Grito mientras hacia una reverencia un poco improvisada—.

—Espera ¡¿Que!?—Megumin finalmente había decidido hablar—.

—¡¿QUÉ!?—Gritaron ambos guardias los cuales había estado espiando toda la conversación—.

Definitivamente era algo que no se veía todos los días.

Una historia de Konosuba con un toque un poco más "serio" después de todo están en una época medieval no? Eso no quiere decir que dejaré de lado la comedia y todos de repente serán súper edgys xd solo trataré de equilibrar los temas más serie y la...

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Una historia de Konosuba con un toque un poco más "serio" después de todo están en una época medieval no? Eso no quiere decir que dejaré de lado la comedia y todos de repente serán súper edgys xd solo trataré de equilibrar los temas más serie y la comedia para que nada parezca realmente forzado.

Fallas de ortografía seguramente las corregire en un futuro pero eres libres de marcarlas.

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⏰ Última actualización: Jun 10, 2022 ⏰

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