Como cada tarde Inés le llevaba a Jesús su vaso de limonada fresca pero hoy en los ojos del hombre no había ese brillo y júbilo de siempre.
Estaba podando las hortensias pero su mente parecía estar lejos.
Inés le tocó el hombro y el jardinero volteó a ver.-Perdón don Jesús,no quise asustarlo pero el sol está fuerte y pensé que tendría sed.
-gracias,perdóneme usted a mí,mi mente estaba lejos,dijo quitándose el sombrero,venga siéntese un rato conmigo.Ella accedió ya que sentía que Jesús no estaba del todo bien y a veces escuchar es una gran ayuda.
Ella lo miró detenidamente,mientras él con el vaso de limonada en la mano,miraba el suelo…-no sé si usted alguna vez estuvo enamorada soltó pero mi Luz,falleció hace unos meses en mis brazos,y hay días en que me pesa respirar,si usted supiera como con su sonrisa iluminaba el mundo,nos enamoramos a una edad en ya solo esperamos la llegada de la muerte,el mundo se volteaba a vernos con asco,dos viejitos enamorados,ella puso mi vida de cabeza,me regaló la dicha de formar parte de su familia y de a poco y sin quererlo me gané 3 hijos y una nieta,su enfermedad fue cruel pero ella siempre sonreía para todos y a nadie le negaba una caricia."tu eres mi príncipe azul"decía.
Luchó por que sus hijos pudieran estar juntos y veló por ellos hasta el final,y me amó hasta su último respiro y yo nunca dejaré de amarla,parezco loco pero me acostumbre a hablarle cuando llego a casa como si estuviera,porque está una parte de ella vive en mi….perdóneme doña Inés decía y se secaba las lágrimas.Ines hecha un mar de lágrimas,lo abrazó con ternura y susurro:
-ellos nunca nos abandonan y usted es un gran hombre.Luego del abrazo ella soltó su historia,por primera vez y no tuvo reparos,narró cada dolor y amor hasta hoy,con orgullo habló de sus hijas,de Emiliano y del amor de su vida…
-señora mía,cuánto ha vivido le diré que el amor es como una planta que se debe cuidar y por sus palabras usted y él aún conservan las semillas para hacer una planta nueva porque ellas son el amor que aún vive y si los dos están dispuestos a preparar la tierra que es el corazón las semillas darán fruto,creame.
Ines sorprendida:
-y si nosotros no tenemos un final feliz?
Jesús esbozó una leve sonrisa,-Yo lo he tenido,me casé con la mujer de mi vida y formé una familia y Dios me permitió acompañarla en su partida pero su amor sigue en mí,la planta la cuido yo por los dos.
-debemos empezar por su jardín interior señora,si usted me lo permite le ayudaré con su tierra,que fértil y tierna dará frutos.
Ines volvió a observarlo y asintió con la cabeza
-Es tiempo que me ocupe de limpiar mi jardín,por mi aunque él no llegue nunca.
-le confesarè que hace un rato pasaba por el pasillo para buscar la tijera y vi sin querer a un hombre enamorado que al mirar a la mujer que tenía enfrente suspiraba y la besó con una dulzura que derrite los polos.
-por favor no me entienda mal,no me quedé por chismoso,admiré la escena como la más bellas de todas y puedo asegurarle que él llegará.
Una Inés sonrojada reía cual niña con una travesura.
-mañana por la tarde la espero,póngase ropa cómoda.
Inés asintió y se despidió.