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["Sé que mi alma se congela, el infierno está caliente por una buena razón." ]

No existes y jamás existirá nada.
No te quiero ver, escuchar ni siquiera tocarte más.
No quiero compartir el mismo espacio contigo.
No quiero escuchar tu nombre, tu opinión y comentarios.
No quiero que me sonrías nuevamente, que me mires fijamente, que me prestes atención.
No quiero que te preocupes por mi futuro ni educación.
En dónde, cuándo y con quién estoy.
Nada de ti me importa, tu felicidad no me regocija y tu desgracia tampoco me entristece.
Tu súplica me aburre y tu enojo me da gracia.

" Tú y nadie más es el culpable de lo vació que ahora estás, de lo mucho que te cuesta aceptar que ya no estaré para ti. Se acabó, no me busques, me tienes harta ya. Recuerda, haz memoria de tus palabras.

"No puedes amarme. No me quieras de más. Esto no tiene futuro. Solamente puedo ofrecerte una aventura y nada más. Lo único que puedes sentir por mi es deseo" pues bien, ya no puedo ni quererte, no pienso en ti con ningún sentimiento agradable de por medio. 

Paso de la frustración a la melancolía y acto seguido siento desdén y desapego total a lo ocurrido. Si nuestras miradas se cruzaran sentirías el frío de mis palabras amables y el picor de mi ironía, una distancia emocional abismal y hueca con diminutos ecos de recelo.

En mi afán de ser un poco condescendiente contigo he tratado una gruesa barda evasiva, no conforme con ello insistes en mantener el contacto y frecuentar con cualquier pretexto ridículo y vacilante.

Te encuentras solo al fin y sin el motivo real por el cuál nunca tuviste el coraje suficiente, la osadía y carácter de acabar con tu carga emocional llena de culpa y resignación. Dame por muerta, no te querré ni un el millón de disculpas y reproches a tu persona. No existo para ti, soy una completa desconocida."

"Cartas sin destinatario."Donde viven las historias. Descúbrelo ahora