Peter pan

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Fui a abrir la puerta, eran las chicas. Iban guapísimas, Bea llevaba el traje nuevo e Isa un top y una falda apretada roja. 

-¿Qué hacéis aquí?-les pregunté.

-Íbamos las dos hacia mi casa para cogernos unos zapatos cómodos cuando nos hemos encontrado con...Drew-explicó Bea.

-¿Y...?

-Me ha dicho que iba hacia mi casa para entregarme esta carta.-dijo sacándose el papel del bolso.

-¿La has abierto?-pregunté.

-Quería abrirla con vosotras...

-¡Ábrela!-chillé.

Se sentaron en un mini sofá de mi habitación mientras yo me maquillaba.

-Bueno, la carta dice:

Querida Bea;

Sé que lo nuestro no ha acabado bien, pero quiero arreglarlo, de verdad.

Fue algo de lo que me arrepiento, en serio. No te lo he dicho en persona porque no me dejarías hablar, que te conozco.

Si quieres hablar quedamos esta noche en el puente de Brooklyn.

Firmado: Drew.

Isa yo nos miramos mientras Bea releía la carta una y otra vez.

-Bea-la llamó Isa.

-Dime-dijo aún mirando el papel.

-¿Vas a salir con nosotras o con él?-le pregunté.

Se quedó pensando un tiempo, pero al final habló.

-Pues...no lo sé. A ver, esto si lo dice Drew es que es verdad. O sea que me sigue queriendo.

Dejé la brocha en mi estuche de pinturas y miré la escena que se había formado detrás de mi. 

-SABES QUE LAS AMIGAS VAN PRIMERO SIEMPRE ¿NO?-chillaba Isa.

-Si, pero...

-BEAAAA

-Vale, vale. ¿Tú qué opinas Ella?

-Tienes que pasar de Drew. Si no te supo valorar en su momento, ahora que no se ande con tonterías.

Dicho esto cogí a las chicas de la mano y nos fuimos a cenar.

Fuimos a un restaurante de un amigo de mis padres. Tiene dos estrellas michelín, pero sinceramente, me gusta mucho más cómo cocina mi padre. Mientras hablábamos me di cuenta de que mi móvil vibraba. De primeras pensé que era Lucas hablándome del viaje pero me llevé una sorpresa cuando vi que era mi hermana pequeña.

Chloe: Te necesito AHORA.

Nada más ver el mensaje me llamó.

-ELLAAAAAA 

-Dime-respondí serena.

-John la ha liado con Mia.

-¿Y quién es Mia?

-Es muy largo de contar, Ella. ¿Mañana te veo en casa sobre las 11?

-Vale.

Colgué bajo la atenta mirada del camarero.

-Señorita, usted quiere postre ¿no?

-Si, una espiral de chocolate por favor-dije algo nerviosa.

Una vez acabamos de cenar nos dirigimos a un pub que había cerca. Era una noche tranquila, no había mucha gente. Miré a Bea que estaba sumergida en sus pensamientos, tenía que devolverla al mundo real.

Atrapada en ParísDonde viven las historias. Descúbrelo ahora