Cuando aplicó para el trabajo como guardaespaldas, no imaginó que su vida daría un giro de 180° al conocer a ese chico risueño e inquieto que vivía poniendo su mundo de cabeza.
No imaginó tampoco, que se enamoraría de ese mismo chico que tanto se es...
-Canción: Total Eclipse Of The Heart, Bonnie Tyler / Traducción literal: Eclipse total del corazón/ Traducción contextual: Eclipse total del corazón.
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- ¿Cuánto es lo más pronto que puede enviarlos?
Minho lo observó con el ceño fruncido, esperando impaciente por una explicación de parte de su guardaespaldas. Podía ver a Chris frotar levemente alrededor de la zona donde acababa de añadir un dibujo a su colección, por lo que el pelinegro se perdía hipnotizado en los movimientos circulares de sus largos dedos.
- No me parece que me haya reconocido, pero un auto gris nos siguió todo el camino hasta aquí y las placas coinciden.
'¿Un auto los había seguido?'
En verdad no se había dado cuenta de nada, y es que por más que quisiera, nunca podría acostumbrarse a ese tipo de situaciones que sucedían de improviso y se esperaba que reaccionara acorde. Chris siempre se encargaba de mantenerlo aceptablemente tranquilo, pero la paranoia era inevitable, mucho más tomando en cuenta la manera tan extraña en que había fallecido su hermano mayor.
- Claro, señor, pero... - el castaño frunció el ceño denotando molestia sin dedicarle una mirada a su acompañante -. Sí señor, aquí lo espero.
Colgó por fin y le sonrió débilmente a Minho.
- ¿A quién esperas? - inquirió sin saber qué otra cosa preguntar para terminar con esa extraña sensación en la boca de su estómago.
- Tu padre, llamé al encargado de seguridad pero estaban juntos y lo escuchó todo.
- Maldito seas Kim Seungmin - susurró Minho apretando los ojos y jalándose los cabellos desesperado -. ¿Qué le vamos a decir a papá?
¿Cómo explicarle a su jefe que había llevado a su hijo de dieciocho años por algún rincón perdido de la ciudad para tatuarse y finalmente terminar en un bar?
Se quedaron en silencio tratando de encontrar una manera de justificar su ubicación y la hora; pero lo único que Chris podía pensar era en lo tonto que había sido por dejarse llevar por sus sentimientos y poner en peligro a ese chico por el que se preocupaba tanto. Había sido algo egoísta y se sentía tremendamente culpable.
- No es tu culpa, es de esos bastardos que no nos dejan en paz - aseguró Minho leyendo sus pensamientos y apoyando su mano en el hombro de su guardaespaldas.
- Sigue siendo mi responsabilidad protegerte, no puedo cambiar lo que hacen los demás pero debo mantener la cabeza fría para que estés a salvo - dijo sin ser muy consciente de lo que había dicho y mordiéndose la lengua frustrado.
- Pero estoy a salvo...
- Me pagan por protegerte Minho, no debí haberte llevado. Lo siento.
El chico se quedó congelado un momento sin entender muy bien por qué se sentía tan frustrado en ese momento. Y antes de que pudiera controlarse, soltó algo que llevaba guardando un tiempo.
- ¿Así como no debiste llamarme esa noche? - reclamó herido, escondiendo más que una llamada perdida en las estrellas.
- Minho...
- Siempre que intento conocerte un poco me dices lo mucho que te arrepientes y yo lo sé, sé perfectamente que esto es solo un trabajo, pero no puedo evitar querer saber de ti, así como tú lo sabes todo de mí. Me gustaría que no te arrepintieras de salir conmigo para variar - reclamó liberando su enojo, sin imaginar que el otro llevaba tanto tiempo guardando esa misma frustración en su interior.
- Minho eso no es...
- Ya sé que te parezco un niño rico y mimado, pero todo este tiempo en verdad he sentido que tú eras diferente a mis otros guardaespaldas y creí que me sentiría menos solo contigo; pero prefiero mil veces la soledad a tu indiferencia.
El alterado pelinegro intentó huir escaleras arriba hacia su habitación, pero un agarre sujetaba su antebrazo y se sorprendió siendo que Chris jamás intentaba detenerlo y evitaba el contacto físico entre ambos lo más posible.
- ¿Podrías dejar de saltar a conclusiones precipitadas? Ahora mismo...
El sonido del timbre interrumpió su alegato y se quedaron perdidos en los furiosos ojos del otro, el toque quemó sus pieles por varios segundos que se extendieron asegurándose de dejar su marca en el paso del tiempo.
Hasta que Minho levantó su muñeca aún apresada por el otro, obligándole a soltarlo.
- Sube a tu habitación, yo resolveré esto - susurró el guardaespaldas.
Minho sintió el irrefrenable deseo de ignorar sus órdenes, pero sabía que no le convenía enfrentarse a su padre estando tan nervioso. Probablemente terminaría diciendo algo comprometedor y no quería que Chris pensara que solo le causaba problemas.
Por lo que solo se retiró en silencio, tragándose los reclamos que alborotaban su interior por una razón que no terminaba de comprender del todo.
