Cuando aplicó para el trabajo como guardaespaldas, no imaginó que su vida daría un giro de 180° al conocer a ese chico risueño e inquieto que vivía poniendo su mundo de cabeza.
No imaginó tampoco, que se enamoraría de ese mismo chico que tanto se es...
-Canción: Here Always, Seungmin of Stray Kids / Traducción literal: Aquí siempre / Traducción contextual: Aquí, siempre.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
- ¿Chris? - preguntó Minho ansioso por retomar su relación, dándose cuenta de lo mucho que había extrañado hablar a diario con quien consideraba su mejor amigo. Aunque este actuara como si no le importara.
- Dime.
Iban en el auto camino a casa, Hwang había anunciado que se quedaría para solucionar algunos problemas prometiendo alcanzarlos, por lo que era su primer encuentro a solas en una semana y permanecían en un silencio no demasiado incómodo.
- ¿Qué te dijo Jieun hace un rato? - preguntó sin darse cuenta de que acababa de delatar que lo había escuchado todo.
- Debí imaginarlo, esas escaleras no ayudan en lo absoluto - respondió Chris ignorando la pregunta por un momento, sopesando si debía decirle o no.
Minho no insistió con la intención de no tensar las cosas entre ellos y sencillamente se quedó tranquilo en el asiento trasero observando la carretera extenderse frente a sus ojos, fingiendo que no se daba cuenta de las miradas compartidas por el espejo retrovisor, desviando de inmediato los ojos como si hubiera sido casualidad.
- Me dijo que Irene estaba interesada en ti primero, pero el director Lee se negó - confesó sin darse cuenta de en qué momento decidió soltar la verdad.
- ¿Quién es Irene?
- A veces pienso que no puedes ser más denso y siempre me demuestras que no tienes límites - respondió Chan conteniendo una sonrisa al ver que el otro le sacaba la lengua -. Tu nueva madrastra.
- Que bruja. Sí papá se enterara de esto, me acusaría de haberla seducido o algo así - susurró Minho exponiendo sus pensamientos en voz alta.
Por más que Chan quisiera decirle que no era verdad, no podía hacerlo. Porque sabía que el señor Lee le tenía nula paciencia a su tercer hijo y que si la mujer era lo suficientemente descarada como para coquetearle a Minho, probablemente era buena fingiendo inocencia.
- Eres casi un niño a comparación de ella - respondió Chris sintiéndose nuevamente asqueado -. Sé que no tienes intención de meterte con esa mujer, pero si en algún momento se acerca más, llama a Hyunjin de inmediato y nunca la acompañes a ningún lugar ¿entiendes?
- No me digas entiendes, como si fuera tonto.
Así le decía su padre y no quería que el castaño le hablara de ese modo también, por más denso que Chan pensara que fuera. Aunque realmente no podía negarlo, era pésimo para captar indirectas.
- Lo siento.
- Y no te disculpes conmigo, ya lo sabes - dijo esta vez retomando su conflicto eterno.
Chris se disculpaba por absolutamente todo y metido en un sistema como el de la empresa de los Lee, hacía bien en hacerlo. Era una especie de instinto de autoconservación. Minho por otro lado odiaba las disculpas, sobre todo porque no sabía qué se suponía que tenía que hacer al respecto y casi nunca se disculpaba con nadie, por lo que no entendía por qué lo hacían con él.
- Estás muy mandón - rió Chan frenando suavemente en el último semáforo antes de llegar a casa.
- Chris... - susurró Minho bajando la mirada obteniendo un gesto confundido del otro -. ¿Por qué no puedo llamarte a ti?
- ¿A qué te refieres?
- Dijiste que si se acercaba más llamara a Hyunjin de inmediato ¿por qué no a ti?
Chan maldijo para sus adentros tragando duramente. Esa semana le había servido para decidir sobre varios asuntos pendientes y una de ellas era incluir a Hyunjin como parte del servicio oficial, además de un par de cosas que aún no se atrevía a confesar a Minho.
- Fue un decir, probablemente Hyunjin se una a nosotros de ahora en adelante y ya sabes que cuentas conmigo, no necesito decírtelo ¿cierto? - preguntó con culpabilidad.
Minho sonrió satisfecho hasta que vio una silueta esconderse en la entrada del estacionamiento del complejo de apartamentos donde vivían.
- ¿Chris? - musitó con miedo, encogiéndose sobre el asiento.
- También puedes llamarme si lo necesitas ¿está bien? - afirmó Chan concentrado en el semáforo.
- No... hay alguien ahí...
- ¿Qué? ¿Dónde? - preguntó el castaño aferrando el volante y recorriendo el perímetro velozmente, con el corazón latiendo fuertemente en su pecho.
- En el estacionamiento - susurró Minho entrecerrando los ojos para ver mejor a través de los vidrios polarizados, pero estaba seguro de lo que había visto.
- Agáchate - ordenó Chris gravemente.
Pasó de largo apretando la mandíbula asegurándose de revisar el espejo retrovisor cada tanto sabiendo que Minho nunca bromearía con algo como eso; cosa que no lo aliviaba en lo absoluto. Desvió la mirada para tratar de tranquilizar al menor sonriendo con dificultad y sintió su corazón romperse al notar el miedo oculto detrás de su gesto determinado.
Antes de llegar al siguiente cruce, un auto negro se atravesó en su camino haciendo que Chris perdiera el control del volante.
