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SE SUPONÍA QUE JUNE DEBÍA PENSAR EN LO QUE IBA A HACER EN LAS PRÓXIMAS HORAS, sin embargo, lo único que hizo gran parte de su tiempo fuera de clases fue escapar de un muchacho que parecía decidido a quitarle un gran conejo de peluche azul llamado "Señor Pom Pom" ─el cuál no recordaba haber comprado en lo absoluto─ porque, según él, era más bonito que el suyo.
Aunque esto solamente había sido un tonto sueño, por supuesto, no logró comprender su significado exacto y mucho menos intentar encontrarle uno, pues Gorya se escabulló dentro de la enfermería en el momento que ella se incorporó en la cama.
La pelinegra se aseguró de ponerle seguro a la puerta y June se percató inmediatamente de lo preocupada que lucía así que, deseando que no fuera por una mala razón ─aunque probablemente lo era─, decidió preguntarle el porqué se encontraba así.
─Algunos chicos vienen hacia aquí ─dijo ella, finalmente mirándola─. Creo que Thyme los envió por ti.
─¿Qué...? ─murmuró June, entre incrédula y confundida. Realmente quería soltar un "¿qué mierda?", pero apenas y podía procesar lo que estaba diciendo. ─¿Qué hora es? ─quiso saber y tomó su celular, entonces comprendió el porqué esos chicos estaban yendo a buscarla: la hora del almuerzo había sido horas atrás.
─Es hora de que nos marchemos de aquí ─anunció Gorya antes de dirigirse hacia la ventana, siendo seguida por la mirada de June, quien tenía una expresión divertida─. ¿Qué estás esperando?
─¿Quieres que nos escapemos? ─cuestionó ella, frunciendo el ceño. Su amiga no tardó en soltar un "obviamente", ocasionando que una leve risa escapase de la boca de June: ─Gorya, ¿si recuerdas que detesto huir de mis problemas, verdad?
─Lo recuerdo perfectamente, pero en este momento no estás en condiciones de patearle el trasero a alguien ─señaló la chica, refiriéndose a la intravenosa que parecía haber sido retirada minutos atrás. ─Además, también le prometiste a tu mamá que no te meterías en problemas, ¿no es así?
June apartó la mirada conteniendo un bufido, derrotada ya que Gorya tenía razón. Había comenzado sus estudios en Köcher High School recientemente, no podía solo buscar problemas y romper la promesa que había hecho. Aunque realmente quisiera golpear a cualquier idiota que se atreviera ponerle una mano encima, tenía que demostrar que podía ser mejor que cualquiera de esos niños mimados que lo único que hacían era obedecer a un cabeza hueca, pues parecía que eran lo suficientemente cobardes para no tener pensamientos propios.
