Ese era el pensamiento de Stanley Marsh, junto al ¨ético y moral¨ de su mejor amigo, Kyle Broflovski. Ninguno se dejaba engañar por las estúpidas historias que les contaban sus otros dos amigos, Kenneth y Eric, siempre que se juntaban en pijamadas, tanto el rubio como el castaño contaban absurdas ¨anécdotas¨ que pasaban junto a un tal vampiro, obviamente eran solo tonterías, tanto para el como para Kyle.
—Entonces el idiota de Kenny le dijo, ¨Vamos, dude¨ y le ofreció el cuello así como así, pero ¿Saben que fue lo más gracioso? ¡Que Butters lo rechazo por pobre! —Las carcajadas no se hicieron esperar para inundar la habitación, si bien los cuatro estaban riendo, dos de los presentes estaban molestos, aunque por diferentes motivos.
—No seas malo, gordo⁓⁓ Bien sabes que el pequeñito de Leo me dio toda una explicación de porque no lo haría, no tiene nada que ver el que sea pobre. —lloriqueó el beta rubio mientras hacia un mohín con su rostro y se cruzaba de brazos, no era que le importara mucho pero no quería que Eric hiciera quedar mal al dichoso vampiro frente a sus amigos que no han tenido la gratificante oportunidad para verlo.
—¿Y entonces por qué relacionó tu falta de peso a la falta de alimentación y de capital? ¿No es esa una insinuación, acaso? —El omega se burló a diestra y siniestra, sin tapujo alguno y eso solo hizo que recibiera a un divertido Kenneth intentando subir encima de el para golpearlo, iniciando así una típica pelea de ellos, nada grave, pensó Kyle.
Mas sin embargo, había alguien quien no estaba armonioso al ambiente a diferencia de los demás, cierto alfa de ojos azules estaba molesto porque siempre eran las mismas tonterías con sus amigos y estaba harto, quizas exageraba un poco ¿No?
—Ugh... ¿Cuánto tiempo más van a seguir con eso del vampiro? Ya van dos semanas enteras. —cuestiona de forma acusatoria, como si los estuviera regañando, aunque esas palabras podrían importarle menos a Eric y a Kenneth.
Su amigo se había vuelto muy cínico últimamente, debido a su aparente ¨Ascendencia a la madurez de su alfa¨aunque ni siquiera sabían lo que significaba pero eso mencionó la madre del azabache. Ambos chicos se miraron y arrugaron el rostro, ellos también estaban molestos por su comportamiento, ¿Qué le costaba creerles? Al momento una bombilla aparentemente inexistente se encendió sobre la cabeza del castaño, quien iluminó su rostro con una sonrisa de índole felino y tomó a su mejor amigo del cuello de su pijama para acercarlo a el y así poder hablar mejor cerca de su oído.
—Escucha, Kinny... Creo que debemos...
—Ahora, ¿Qué rayos hacen? —pregunta interrogante el joven Marsh, aun sin dar tregua a su semblante molesto. ¿Por qué estaban cuchicheando entre ellos? ¿Que planeaban ahora?
—Stan tiene razón chicos, deben dejar estas ridículas historias, admito que son graciosas pero me preocupa que pierdan la cordura por sus ridiculeces, bueno... Si es que aun la conservan. —Kyle hizo acto de aparición a un lado de su mejor amigo, no lo dejaría solo, era cierto que el pelirrojo también estaba algo cansado de las ridículas historias del gordo y el pobre, pero no tanto como lo estaba Marsh, el olor a cacao que desprendía el alfa azabache se estaba comenzando a espesar y amargar, haciendo que este llegue a un olor asqueroso al punto de asfixiar a todos los presentes, a excepción de Kenneth ¨Quizás estaba en su época de celo.¨, pensó el judío mientras arrugaba el ceño, odiaba cuando su amigo se ponía así, por lo que lo abandonaba injustificadamente hasta que se calmara.
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Una mordida
Fantasi✩~ Leopold "Butters" Stotch, un pequeño vampiro que ha estado toda su vida encerrado sin tener la oportunidad de ver el mundo exterior, gracias a un deslicé de sus amigos termina conociendo a un alfa azabache de ojos azules que con el tiempo se conv...