Faltaba solo media hora para que mi turno acabara.
Me encontraba realmente cansada, con las piernas adoloridas y los brazos de la misma forma.
Pero si había una cosa que no se sentía cansada era mi mente. No dejaba de pensar en cierto hombre que me había dejado hecha papilla solo con un toque de sus dedos en mi rostro.
Las señas que me hizo una de las chicas de la barra me sacó de mi ensoñación y me puso en marcha hacia ella. Mis ojos se encontraron con el movimiento de sus labios y entendí a la perfección lo que quería decir.
—VIP —y levantó dos de sus dedos para indicar que era el número dos.
Asintiendo tomé la bandeja y mordí mi labio inferior sintiéndome levemente emocionada.
Bien, el hombre era un desconocido que solo había visto dos veces. Pero su voz, la forma en la que me miraba y el como me había hecho bajar mis barreras por unos minutos mientras lo veía masturbarse aquella vez, me impulsaba hacia él de una forma poco elocuente.
Y si me lo cuestionaban, no, no pretendía resistirme. Había pasado tanto tiempo sintiéndome poco atractiva a nivel sexual que no quería soltar la forma en la que ese hombre me hacía sentir.
Al estar frente a la entrada respiré profundo y me adentré en la habitación iluminada por una tenue luz roja que me permitía verlo sentado en el mismo sofá en el que estuvo cuando entré a servir la primera botella.
Lentamente me acerqué a la mesa y repuse la botella mientras me percataba de que solo él estaba aquí. No estaban los otros hombres con los que lo había visto y no sabía si eso me emocionaba o me colocaba un poco más nerviosa de lo que ya estaba.
Sintiendo su mirada puesta profundamente en mí me animé a servirle un trago en un vaso fresco y me coloqué de cuclillas delante de él para tomar el que estaba entre sus dedos y tenderle el otro.
Él lo tomó y se inclinó hacia adelante mientras escaneaba mi rostro sin decir una sola palabra. Y ahora que estaba más cerca de él pude notar que los piercings en la ceja y la boca estaban inversos. Había jurado que el piercing estaba en su ceja izquierda, pero ahora lo veía en la derecha.
Pero claramente el error había sido mío.
—Creo que de rodilla estaría más cómoda.
Su voz grave y masculina hizo que un torbellino se creara en mi interior y no pude evitar lamer mis labios mientras me arrodillaba frente a él para terminar sentada sobre mis piernas.
No sabía por qué seguía ahí, en pleno silencio frente a él cuando todo lo que tenía que hacer era recoger la botella vacía y volver de regreso a mi zona de trabajo.
En vez de eso estaba frente a este hombre esperando encarecidamente que me pidiera ayudarlo con su estrés tal y como había hecho la anterior vez. Solo quería sentirme deseada como me había sentido esa noche mientras sus ojos recorrían mi cuerpo sin perderse un solo detalle, aun cuando ni siquiera había estado desnuda.
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RED LIGHT
RandomÉl me tomó y me destruyó. Él empujó cada límite que tenía hasta destrozarme, me hizo hacer cosas que nunca creí posible que pudiese hacer y luego de barrer los cimientos de mi antigua yo, construyó una nueva versión de mí. Y una vez renací en una c...