Shen Qiao reposaba en el pecho desnudo de su amante dibujando distraídamente círculos con su dedo. Había perdido ya la cuenta de las veces que lo habían hecho esa noche y estaba realmente agotado. Pero había un pensamiento en su cabeza al que llevaba varios días dándole vueltas.
Shen Qiao: "Reflexioné sobre lo que dijiste de mis discípulos. Creo que tienes razón. Debo dejarles un tiempo solos para que ellos actúen por su cuenta y aprendan a desenvolverse fuera del Templo Xuandu. A pesar de que no están aislados en la montaña, como lo estuve yo, no tienen el suficiente contacto con el exterior. He pensado en dejarles libertad para ir donde quieran."
Yan Wushi: "..."
Shen Qiao: "También yo iré a hacer mi camino por el Sur, como ya te he dicho alguna vez. No sé si Yan-zonghzu querría acompañarme en este viaje."
Yan Wushi: "Por supuesto, este venerable irá".
Así abrazados, durmieron profundamente toda la noche.
Pocos días después partieron en su viaje. Caminaron sin prisa durante varios días, como si no hubiera nada más en el mundo que el basto horizonte que se vislumbraba a lo lejos, cruzando caminos y dejando atrás hermosos campos salpicados de flores, hasta que finalmente llegaron a la ciudad. Allí buscaron una posada y reservaron una habitación para los dos. Era espaciosa y se veía lujosa. Ciertamente había sido algo cara, pero Yan Wushi jamás había escatimado con el dinero, y menos cuando aquella noche sería la primera en más de una semana que dormían bajo techo. La cama era bastante grande, incluso para dos personas. Separado de la cama había una bañera también de buen tamaño y también una mesa con algunas sillas. Todos los muebles se veían costosos.
Pidieron agua caliente para bañarse. Sus cuerpos no habían tocado el agua en una semana, y estaban cubiertos de sudor y polvo del camino. Yan Wushi entró primero y tardó un buen rato en salir. Shen Qiao sabía que Yan Wushi dedicaba mucho tiempo a sí mismo, y no salió hasta que estuvo realmente perfecto, aunque su cabello aún estaba mojado y goteaba. Después fue Shen Qiao quien se dispuso a entrar a la bañera, pero antes de entrar, notó detrás de él unas manos, que afanosamente, desabrochaban su cinturón y muy despacio iban quitándole la túnica. Aquellas manos también retiraron la camisa interior, dejando al descubierto una piel blanca y suave. Al tiempo que retiraba la ropa, los dedos de Yan Wushi iban rozando suavemente sus brazos, provocándole un cosquilleo a Sen Qiao que le hizo sonreír. Después continuó con la parte de abajo. De igual manera, muy despacio fue retirando capa a capa, todas las prendas que Shen Qiao llevaba puestas. Por último, soltó su cabello, y dejó que sus dedos se enredaran entre las suaves hebras negras, que ya caían desordenadas por toda su espalda.
Shen Qiao entró a la bañera y al momento Yan Wushi ya frotaba su espalda y lo limpiaba suavemente. Cerró los ojos y dejó que aquellas hábiles manos, limpiaran diligentemente todo su cuerpo. Yan Wushi disfrutaba en secreto de cuidar y consentir a Shen Qiao de esta manera. Tomó el jabón y lavó (con mucho cuidado de no enredarlo demasiado) el pelo de Shen Qiao, masajeando con mucho cuidado su cabeza. Lo envolvió en una bata limpia y le ayudó a salir de la bañera. Una vez fuera, le acercó una silla y se dispuso a peinar y desenredar su largo cabello. El peine se deslizaba suavemente hacia abajo, acariciando su espalda a su paso. Esto hacía cosquillas y le hacía estremecerse.
Yan Wushi dejó el peine a un lado, y abrazó a Shen Qiao por detrás. "Mi querido A-Qiao, no creo que hoy pueda contenerme, después de una semana sin poder tocarte, ni olerte... ni siquiera me has dejado que me acerque para besarte... ¡Oh A-Qiao! ¿Por qué eres tan cruel conmigo?"
Shen Qiao: "..."
Yan Wushi apartó a un lado el cabello húmedo de Shen Qiao y comenzó a besar y morder su cuello. Le desabrochó la bata, dejando al descubierto su pecho, y con sus ardientes manos, comenzó a acariciar, sin dejar ni un solo centímetro de piel.
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Historia de Mil Otoños. De lo que pasó después de que me besaste en el callejón.
Fanfic¿Qué ocurrió aquel día después del besarse apasionadamente en aquel escondido callejón? Aquella noche, los sentimientos se desbordaron al fin, y dieron paso a la lujuria y al placer. Historias de su vida cotidiana, incluyendo los momentos más íntimo...