El sueño

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Y fue entonces que desperté, realmente no sabría decir si fue un sueño, una pesadilla o simplemente un descanso mental. Es de esas veces que casi no tienes conciencia de ti mismo ni de tus alrededores, ese estado entre dormido y despierto, vivo y muerto, ese momento de vulnerabilidad que más que miedo o intranquilidad te produce una paz impresionante.

Por acá por mis tierras todo sigue igual, los animales haciendo cosas de animales, los humanos haciendo cosas de humanos, el viento soplando, las olas del mar rompiendo contra la costa y el acantilado, la luna y el sol tomando turnos para salir a lucirse. Es muy cierto que llevo mucho tiempo aquí, también es cierto que las cosas llevan tiempo sin cambiar, pero aún así siguen maravillándome, el esplendor del sol, la elegancia de la luna, la versatilidad de las olas y el viento, el comportamiento de los seres vivos, todo aún me fascina, me llena de un sentimiento completamente indescriptible, ese sentamiento que te hace pensar en lo increíble que es estar en el aquí y en el ahora, viviendo la vida como esta quiere ser vivida, dejándola fluir como si de un rio se tratase, y sobre todo, disfrutándola como es debido.

También es verdad que no todos los días se ve el sol, no todos los días se siente la armonía en el ambiente, pero si lo vemos desde un panorama más amplio, de eso se trata la armonía, que todos los elementos coexistan de una forma así de perfecta, que los días buenos complementen a los días malos y viceversa, pues si no fuese así, no habría nada.

Si veo hacia el pasado, me doy cuenta de que todo lo que hemos vivido en el pasado tú y yo nos ha traído a donde estamos ahora, todas nuestras decisiones nos han hecho quienes somos, y sobre todo, todo eso ha hecho que nos hayamos encontrado.

Sé que quizás tengas muchas preguntas, sobre el mundo que nos rodea, sobre mi, sobre ti, pero yo desafortunadamente no puedo responderlas ya. Ha llegado ese momento, ese momento en el que cada quien tome su propio camino, siguiendo a su mente y a su corazón. Sé que después de que acabe hoy, tú te irás por tu lado, y yo por el mío aunque el mío sea quedarme aquí. Quiero agradecerte por quedarte a escuchar las historias de este viejo faro, gracias por hacerme sentir la emoción del poder compartir todo esto con alguien, gracias por hacerme compañía durante este hermoso tiempo. Cielos, que maravillosa es la vida.

¿Cómo sé que es hora de irme?

¿Por qué debo irme?

¿Qué pasará conmigo después de esto?

¿Nos volveremos a ver?

Bueno pues no lo sé.

Yo simplemente soy un faro.












Esta historia ha sido escrita como forma de expresar mis sentimientos.

Le agradezco mucho a quienes han apoyado este proyecto.

Gracias a ti también por leerlo. 

Cuentos de un faroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora