3.- Promesa

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GRACIAS AL INTERÉS MOSTRADO POR ESTA NUEVA NOVELA, AQUÍ LES TRAIGO UN NUEVO CAPÍTULO.

AGRADEZCO MUCHO SUS COMENTARIOS POSITIVOS, LOS CUALES ME ANIMAN A ESCRIBIR MÁS RÁPIDAMENTE LOS CAPÍTULOS.

DISFRUTEN DE ESTE CAPÍTULO Y NO OLVIDEN DEJAR SUS COMENTARIOS PARA APOYAR ESTA HISTORIA.
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¡ESCÁPATE CONMIGO, ARIEL! ¡HUYAMOS JUNTOS DE ESTE PUEBLO!

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¡ESCÁPATE CONMIGO, ARIEL! ¡HUYAMOS JUNTOS DE ESTE PUEBLO!

Esa era la propuesta que Sebastián Robles le hizo a Ariel, quien soltando sus manos de las del muchacho, respondió con fuerza: ¿cómo te atreves a proponerme algo así? ¿qué clase de doncel crees que soy?

Intentando justificar su proposición, el varón explicó: no, Ariel, no te ofendas, por favor... yo sé que eres un doncel decente, un señorito distinguido y con clase... pero si me atrevo a pedirte esto es porque estoy desesperado, entiende que no encuentro otra salida... tú mismo has dicho que tus padres jamás cambiarán de opinión y te obligarán a casarte con el Conde de Salvatierra... yo ya no sé qué más hacer, pero no estoy dispuesto a perderte...

Ariel: pero es que huyendo como si fuéramos dos delincuentes no es la solución... mis padres nunca me lo perdonarían y yo no quiero eso para mí...

Sebastián: lo sé... sé que tú te mereces lo mejor y lo tendrás... te juro que a mi lado no te faltará nada, trabajaré día y noche para mantenerte como un príncipe... nos iremos de este pueblo y una vez que estemos lejos nos casaremos... voy hacerte mi esposo, Ariel... créeme que mi propósito no es deshonrarte, solo soy un hombre enamorado...

El doncel le dio la espalda al joven, al tiempo de decir con lágrimas en los ojos: es que yo no quiero esto... no quiero que las cosas sean así...

El muchacho sujetó del brazo al ojiverde y le dio la vuelta con brusquedad para obligarlo a mirarlo de frente: entonces, ¿qué quieres Ariel?... ¿quieres que me manche las manos? ¿quieres que mate al Conde de Salvatierra para evitar esa boda? ¿no entiendes que no puedo soportar la idea de que vas a pertenecerle a otro hombre?

Llorando, Ariel replicó: no, Sebastián, no digas eso... tú no eres un asesino, tú eres bueno... por favor, no quiero escucharte decir eso nunca más...

Sebastián: entonces, prométeme que vas a pensar en mi propuesta... entiende que es la única salida para nosotros... aunque tus padres quieran casarte con ese hombre, tú eres libre de tomar una decisión hasta el momento que estés AL PIE DEL ALTAR... mientras el sacerdote no les haya dado la bendición, tú no aún no eres el doncel del Conde de Salvatierra... promete que lo pensarás...

Al pie del AltarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora