Dentro de una de las habitaciones de la enorme mansión del Conde de Salvatierra, Ariel Del Valle despertaba con el albor de un nuevo día... el doncel abrió sus bellos ojos verdes percatándose que se encontraba en un lugar ajeno a su hogar.
El pelicastaño se incorporó sin salir de la cama sintiendo un fuerte dolor en las caderas y fijándose que solo una bata cubría su desnudez... de golpe llegaron a él los recuerdos de los últimos días, así como todas las vejaciones a su cuerpo.
Profanaciones hechas por un hombre vengativo que no solo le robó la pureza al tierno doncel, sino también la dignidad, pues lo hizo víctima de sus más bajas pasiones.
Ariel comenzó a llorar abrazándose a sus propias piernas, mientras que en su mente se arremolinaban las imágenes de Gilberto saciando su voraz apetito sexual con ese frágil y delicioso cuerpo.
El doncel se limpió las lágrimas y con gran esfuerzo, se levantó de la cama sintiendo que las piernas le temblaban y costándole mucho dolor caminar.
En ese momento, la puerta del baño se abrió dando paso a Gilberto, quien salía recién bañado, envuelto solo con una toalla a la altura de la cintura.
ESTÁS LEYENDO
Al pie del Altar
Romance¿De qué serías capaz si te dejan plantado AL PIE DEL ALTAR? Ariel Del Valle es un hermoso y joven doncel comprado por Gilberto Manrique y Alvarado, Conde de Salvatierra, para convertirlo en su esposo. Pero el día de su boda, Ariel escapa dejando pla...