La historia del tirano y la doncella guerrera

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Notas:

Sí, sí, ya sé que no hacía falta un epílogo de Allá donde estés, querida mía; pero me dio la inspiración y decidí traerlo de todas formas.

Es más, ustedes deciden si quieren que forme parte del cannon de la historia o no para que no digan que lo arruiné con mis locuras jejejeje. Por eso lo puse aquí y no en el libro de la historia.

En fin.

¡A leer!

💓💓💓💓

Bajo la luz de un callejón
Se escucha la voz de un anciano
Contando la historia de un hombre que luchó por su libertad
Con su voz ronca y humilde
Contó la historia de un viejo señor
Que dominaba a los hombres sentando en un viejo sillón...
-El bastón del diablo, Tierra Santa.

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<<¿Recuerdas cuándo todo había comenzado...?>>


Hay una historia que me gustaría contarte...

La historia de un hombre terrible y una mujer con la Voluntad D.

No es una bonita historia. Es trágica y ridículamente cursi, y con el paso del tiempo hoy en día nadie cree que sea cierta, pero lo es.

Yo lo sé. Estuve ahí.

Fue hace tantos años, demasiados para que un anciano cenil como yo pueda recordarlo con exactitud. En una época que se conoce como la Gran Era Pirata, cuando decenas de barcos surcaban los mares en busca de libertad y un tesoro dejado por el primer Rey Pirata.

En aquellos turbulentos tiempos existió un país en Calm Belt llamado Amazon Lion. Una isla habitada únicamente por varones que se entrenaban casi desde que salían de la cuna para ser guerreros implacables. Al más fuerte, inteligente y poderoso de ellos se le ortorgaba el título de Emperador, pues se consideraba que un líder debía ser perfecto, sin ninguna falla ni defecto.

En la época en que esta historia se desarrolla, Amazon Lion era gobernada por el Emperador Boa Hankku, el soberano más cruel y despiadado del reino.

Y también el más apuesto y encantador. Tanto así que al verlo podías jurar que un aura brillante emanaba de él, su sonrisa, dulce y seductora, era a menudo comparada con el resplandor del sol, su elegante porte y forma de vestir, y sus impecables modales no dejaban lugar a dudas de que se trataba de un miembro de la realeza. Hankku El Despiadado, (como se le registró en la historia del país), pudo haber sido recordado de forma muy diferente si no hubiera poseído un corazón tan desagradable y egoísta, un alma despiadada que no diferencia amigos de enemigos y cuyos arranques de ira barrían con todo a su paso.

Porque el Emperador podía parecer un apuesto caballero en armadura blanca que doblegaba con una fácilidad admirable la voluntad del género opuesto y de sus semejantes, pero la verdad es que su maldad no tenía límites. Era un hombre mancillado, maltratado y torturado a niveles inhumanos por las descendientes de los creadores del mundo, un monstruo creado por las diosas que engatusaba a sus súbditos con la misma sonrisa con la que ordenaba descuartizarlos si osaban desobedecerle, ofenderle o molestarle. Su crueldad era bien conocida en los mares, su reputación de no dejar sobrevivientes en cada isla o barco que atacaba también, llegando al punto de ser el blanco de rumores siniestros por aquellos que conseguían verle aunque sea una vez.

Sus súbditos, por su parte, lo alababan con el mismo fervor con el que le temían, a menudo justificando sus atroces actos afirmando que eran necesarios para mantener el orden del país y la reputación de sus guerreros, engañados por el encanto y la falsa nobleza que Hankku les mostraba.

One Piece: Relatos de la Banda [Genderbender]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora