Full Moon| KSJ| BTS [COMPLETADA] ✔

𝒞𝒶𝓅í𝓉𝓊𝓁𝑜 𝟦𝟣

Ella y yo caminando juntos mientras nos tomamos de la mano, su cabeza recostada en mi hombro con una sonrisa, mi brazo rodeando su cintura, ¿podía ser esto más perfecto? No lo creía, me sentía muy feliz, no sólo por este momento, sino también por el anterior.

Besé a Kim SooJi de nuevo, no podía creerme eso, lo mejor de todo es que no fue un sólo beso, ¡fueron tres! Me sentía en el cielo cuando la tenía a mi lado.

Estoy encantado de conocerte, Kim SooJi. Por favor no te vayas de mi lado, ¿es muy egoísta de mi parte querer ser la única persona que te proteja? La única persona que cuidará de tu hermosa sonrisa y el único dueño de tu corazón ¿Estoy pasándome de la raya?

Tal vez, tal vez desde el primer momento en que la vi debí ignorarla y seguir con mi camino. Pero en ese momento no pude evitar seguirla con la mirada hasta que despareciera de mi campo de visión. Luego el destino nos volvió a unir y terminé llevando a una extraña a un lugar sagrado sólo por que un niñito quería que alguien lo acompañara cuando nosotros no estuviéramos. Juré que no me preocuparía por ella y que sólo sería responsabilidad de Jungkook, pero aquí me tienen.

—Jin...ya no estás enojado, ¿verdad?—rompió el silencio sacándome de mis pensamientos.

"¿Enojado?"

—No, no estoy enojado—negué.

—Es que estabas muy callado—murmuró.

—¿En serio?—asintió alzando su mirada, no pude evitar sonreír por la ternura que emanaba SooJi.

—¿Por qué te ríes?—frunció el ceño.

—Primero te quejas de que estoy muy callado y ahora por que sonrío, ¿quién te entiende Kim?

—¿Tu...?

"Me iba a matar, definitivamente esta chica me iba a matar"

—Claro, yo te entiendo—apreté su mejilla.

Su sonrisa se expandió por todo su rostro.

—Doctor Kim—una voz muy conocida nos interrumpió. SooJi de inmediato cambió su expresión a una un poco apenada.

—Directora—hice una reverencia.

—¿Podríamos hablar un momento?—sonrió un poco la mujer, miré de reojo a Pitufina esperando su próximo movimiento.

—Te veo en el carro—dejó un pequeño beso en mi mandíbula pues era muy pequeña como para siquiera alcanzar mi mejilla.

—Por aquí—señaló el pasillo con su brazo, obedecí y caminé detrás de ella en dirección a su oficina—. Tome asiento—dijo cuando llegamos. Me senté en el primer lugar que vi y esperé pacientemente a que tomara asiento enfrente de mi.

—¿De qué desea hablar conmigo?—interrumpí el incómodo silencio que se había formado entre nosotros.

—Con algunos de tus superiores estábamos hablando y planeábamos cambiar un poco tu horario—dice mientras toma su taza de té.