Historia #4

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Jose Julio es un chico bastante guapo de cara, delgado y con el cabello de color castaño claro, acababa de terminar la escuela y empezaba el Instituto, con la ayuda de su madre echó la solicitud de ingreso.

-Jose Julio, deja la consola, te dije que tenías que ir a echarte las fotos. -la madre abrió la puerta con dificultad y una pila de libros cayó al suelo, miró a su hijo con enfado, pero este prestaba más atención al videojuego-. ¿Me estás escuchando?

-Que sí mamá, que ahora voy... -dijo el chico sin dejar de jugar.

La madre entró y apagó la consola.

-¡Mamá! -se quejó Jose Julio.

-Ni mamá ni leches, ve antes de que cierren, ¡¡Vamos!! -la madre señaló la puerta a su hijo, que enfadado, se levantó de la cama y entró en el baño.

-Que pesada es... -Jose Julio se miró al espejo y con el peine se colocó bien el cabello, era un chico muy presumido, salió del baño y cogió el dinero de su escritorio para después salir de cada, pronto serían las dos de la tarde y no tenía mucho tiempo si quería llegar antes de que cerrasen.

El sol pegaba con mucha fuerza, corrió a toda velocidad hasta la tienda de fotos, un hombre, de mediana edad y bastante gordito comenzaba a bajar la persiana, ya estaba cerrando.

Jose Julio lo alcanzó sudando y con la respiración entre cortada.

-Espere, ¡Necesito unas fotos de carnet! -dijo con dificultad.

-Lo siento chico, esta cerrado. -dijo el hombre.

-No, por favor, mi madre me castigará, necesito esas fotos, ¡Por favor! -insistió el chico.

El hombre entonces se giró y miró con detenimiento a Jose Julio, que intentaba secarse el sudor de la cara con la camiseta, el hombre aprovechó y observó su estómago, su piel tostada por el sol, su ombligo, Jose Julio iba con pantalones cortos de color marrón oscuro, y una camiseta sin mangas de color blanca. Se ajustó las gafas y sonrió.

-Esta bien, pasa. -dijo de forma amable.

-¡Muchas gracias! -Jose Julio e agachó y entró, el hombre hizo lo propio y después bajó la persiana de metal, entró y cerró la puerta.

-Bueno, ponte cómodo, enseguida vuelvo. -el hombre soltó las llaves en el mostrador y entró en otra habitación

Jose Julio se sentó en el banco que había en la sala, observó con detenimiento mientras le volvía el aliento tras la carrera que tuvo que hacer para llegar a tiempo, divisó unas revistas de videojuegos y cogió una, empezó a mirarla con interés.

-Sí que tarda este hombre... -masculló.

En ese momento el hombre abrió la puerta y salió con una sonrisa en su cara.

-Adelante, pasa.

Jose Julio soltó la revista y caminó hasta el hombre, que apartándose a un lado le dejó pasar, al entrar, pudo ver una sala grande con un sofá de color blanco de tela en un lado, en frente, una silla era alumbrada por un gran foco de luz, debajo del foco había una cámara de pie.

-Pasa y toma asiento. -dijo el hombre.

El chico entró y tomó asiento, le costaba mantenerse sentado por la altura de la silla, el hombre se acercó a la cámara y comenzó a sacarle fotos, Jose Julio miraba con una sonrisa falsa, ya tenía ganas de seguir jugando al videojuego.

-Mmmm. -murmuró el hombre.

-¿Qué pasa? -preguntó Jose Julio.

-La camiseta, la tienes manchada de sudor, quítatela. -dijo tajante.

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