Este trabajo, más que un libro o una serie de letras pegadas a páginas digitalizadas en blanco, son expresiones, sentimientos, sensaciones e ideas del individuo, de aquel que a través de las letras desnuda su alma, por eso, el único fin de este trab...
La pureza, tiene tantas aristas, tantas verdades como mentiras, métodos y métodos, religiones, ideas, dogmas. De alguna manera el ser humano a través de toda su historia, buscó la pureza. Algunos piensan que empezó al estar en el vientre y terminó al salir al mundo, otros dicen que simplemente los niños son puros, una cierta parte, denomina o califica a los individuos con alguna discapacidad o una diferencia marcada entre las personas. Buscamos, está necesidad de no sentirse sucio, de ser algo más que los demás, o poder tener aquella corona individual que muchos anhelan. Todo esto, simplifica en la búsqueda del ser humano, en permanecer, vivír y no morir. Pero haciendo un breve repaso de la historia de los seres humanos a grandes rasgos, sólo veo destrucción o muerte. Si, hay logros, avances, desarrollos y revoluciones, pero al final, es mísera- mente otro individuo el que da el derecho al otro. Estamos en un círculo vicioso, de vida y muerte, de estancamiento y avanze. Todo esto, es parte de la estadía efímera del ser humano, en la simple ocupación de la tierra. Al final, buscamos, lo que no tenemos, y encontramos lo que perdimos por descuidados. La intervención del hombre, es el factor corrosivo a la pureza, por eso, quitamos, cuando intentamos dar, ganamos cuando perdemos. Todo esto es parte de la intervención del hombre. El ser, del humano, nunca ha de ser puro, creo que aquello en lo que él hombre no ha intervenido, ahí está la verdadera pureza. En donde el hombre, no tiene el poder para controlar o modificar, sino que no le queda más que eliminar o dejar estar. Por eso, las hojas verdes de un árbol frondoso en medio de la ciudad, permanece puro, porque en medio de la intervención del hombre, se mantiene, no cambia, y sólo pueden hacer dos cosas, eliminar o dejar estar. Hay que aceptar esta falsa idealización del humano como salvador, muerte provocamos, y al final nuestras acciones son nuestro fin.
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