Memorias de un sacrificio

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Disclaimer: Ni Evangelion ni sus personajes me pertenecen.

Memorias de un sacrificio

Hubo un tiempo, hacía mucho atrás, donde ella fue una chica ordinaria y común que, ni remotamente, imaginó que vivirá lo suficiente para ver el mundo caer tres veces y levantarse de sus cenizas. Asimismo, en esa "primera vida", como a Mari le gustaba llamarla, ella tuvo un hogar que compartió con sus padres, a los cuales, dudando de la veracidad de su existencia, trágicamente no podía recordar.

A medida que continuaba viviendo, ganando experiencias nuevas con el pasar de los años, sus evocaciones más antiguas, borrándose, una tras otra, para darle espacio a las que estaban por venir, causaban que su propio pasado y origen fuese un total misterio para Mari. De su niñez, por más que lo intentaba, no recordaba absolutamente nada. Tal época, habiendo sido borrada, la perdió para siempre.

De aquella primera vida, para su fortuna, tratándose de un momento muy valioso para ella, todavía conservaba los recuerdos de sus días como estudiante universitaria. Fue allí, en la Universidad de Kioto, donde acabó por conocer a las personas que la moldearon para las siguientes etapas que, tanto para bien como para mal, Mari fue superando conforme su destino se iba materializando al avanzar.

Si bien los actos crueles y atroces de Gendo Ikari le impidieron seguirla hasta su "tercera vida", teniendo la seguridad que esta era la última, a Mari le hubiese encantado que él y Yui estuviesen ahí con ella, para ver, los tres juntos, lo que acontecía en el presente. Shinji, el hijo de ambos, quien era la mezcla perfecta de los rasgos inconfundibles de sus padres, lucía muy feliz y lleno de felicidad al contraer matrimonio.

Conociendo la forma de ser de Yui, Mari, imaginándola llorar inconsolable de la alegría, también suponía que Gendo escondería su orgullo por Shinji bajo su usual fachada amargada. Por desgracia, más allá de no estar físicamente en la boda, Shinji no guardaba memoria alguna de ninguno de los dos al ser ese el precio que Gendo y Yui, al asumir sus culpas, pagaron muy caro por darle a Shinji un comienzo nuevo.

No obstante, manteniéndolos con ella en su corazón, Mari, sin apartar sus ojos de Shinji y su esposa, podía jurar que, al verlo, la silueta de Gendo, regresándola a su remembranza más vieja, la hizo sentirse como su yo original antes que todo comenzara. La Mari de hoy, siguiendo sus propios pasos, se vio a sí misma escudriñando en los alrededores de la cafetería de la Universidad de Kioto buscándolo a él.

¡Otra vez sentado en la esquina más lejana de la cafetería! Si no fuera porque es tan fácil encontrarte aquí, trataría que te sentaras en otro lugar.

¿Por qué insistes en molestarme? –ni siquiera tomándose la molestia de girarse para encararla, Gendo, acabándose el café que ordenó para él hacía unos minutos, le preguntó con voz áspera y antipática–que hayamos tenido que trabajar juntos para un proyecto de investigación, no significa que tengas que seguirme a donde sea que vaya. Presentamos ese proyecto en la clase del Profesor Fuyutsuki hace semanas, ya deja de perseguirme.

¿Por qué siempre eres tan grosero conmigo? –Sin importarle que Gendo no quisiese su compañía, Mari, sentándose frente a él en la misma mesa, le regresó la pregunta–deberías estar feliz por tener una amiga como yo que te aprecia, no todos pueden decir lo mismo.

No somos amigos; no quiero amigos–no teniendo el humor para soportar más tonterías de Mari, Gendo, sin que pudiese terminar de comerse el platillo ante él, se dispuso a recoger sus pertenencias para marcharse–eres peor que una plaga, no quiero volver a ver tu rostro jamás. Deja de buscarme...

¡Espera, no te vayas! –Apresurándose en actuar, extendiendo sus manos para tomar las de Gendo, Mari le sonrió con aquella sonrisa en particular que siempre sacará de quicio a quienes estuvieran con ella–sé que puedo ser muy fastidiosa en ocasiones, no es mi intención ser una molestia para ti, solamente quiero que nos conozcamos mejor.

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