Cadenas de fuego (BORRADOR)

18.-El Pakhan de la Bratva

El Pakhan de la Bratva

Lilith.

Hace unas horas Aamon entro agitado a la sala de música donde me encontró en un rincón con mi cuadernillo de notas donde Sidra se encontraba enrollada en mi pierna distrayéndome de todo lo que acababa de pasar con Paimon. Trate de hacer los ejercicios de control para poder distraer mi mente ¿yoga? ¿Ejercicios de respiración? ¿Pintura? Eso no es lo mío.

En cambio trato de elegir una canción aleatoria en mi oscura y nublada mente, comienzo a imaginar las notas de como sonaría solamente en violín siguiendo un patrón imaginario hasta que esa adrenalina que mi cuerpo pide ser liberada baja poco a poco.

Una vez que lo hice me cuestione algo que hizo eco ¿Aamon realmente me mantiene aquí por lastima?

La puerta se abrió bruscamente sorprendiéndome antes de decirme.

Exigirme.

—Muévete tengo unos asuntos pendientes en Francia.

Y bueno aquí estamos a punto de aterrizar, los pequeños pero ya casi ligeros espasmos en mi mano derecha disminuyen. Lo cual es buena señal, la adrenalina está saliendo poco a poco de mí.

Por lo general estos episodios si es que puedo llamarles así, duran media hora como máximo pero por una extraña razón aun zumba en mi cuerpo.

Observo por la ventanilla del jet privado de los Levard el gran puerto de Marsella, si mi memoria no me falla y recuerdo las notas de Paimon, aquí es donde se encuentra La Unione Corse una de las ciento de sociedades secretas y organizaciones criminales al igual que cualquier mafia italiana, solamente que está se encuentra operando a las afuera de Córcega y Marsella en Francia.

Al aterrizar como es de costumbre una fila de Cadillac negros y blindados nos rodean por seguridad guiándonos hasta el lugar en el que nos hospedaremos.

Aamon se mantiene a mi lado sentado recargando su peso en un brazo sobre la ventana aun tenso por la discusión con Paimon, el aun no me ha mirado ni hablado desde entonces.

Una vez que bajo del auto espero que Aamon llegue a mi lado por lo que no puedo evitar voltear detrás de mí cuando alguien pasa cerca enviándome una torrente de electricidad por mi cuerpo.

Llevo mi mano al collar sujetándolo con fuerza ganándome una mirada de Aamon.

Niego restándole importancia.

Una vez que entramos a nuestra habitación del hotel me giro chocando con su gran cuerpo.

—Estas a salvo Lilith, ellos no pueden entrar a este territorio, aun no son lo suficientemente fuertes y poderosos para lograrlo—sujeta con fuerza mis hombros.

—¿Qué tal si algun día lo hacen? —mi voz tiembla ligeramente y me odio por sonar así.

—Ellos ya no estarán vivos para contarlo.

—¿Nos quedaremos aquí?—miro a mi alrededor cambiando de tema.

Necesito hablar de otra cosa, mi mente necesita una distracción no agregar más complicaciones.

—Sabes que odio los hoteles—murmura apartándose—, solo nos alistaremos para acudir a la reunión en dos horas.

Asiento caminando a mi habitación conociendo el protocolo.

Al entrar no me sorprende ver varias bolsas en la cama de Versace, Dolce Gabbana, Dior e incluso una bolsa negra con letras grande LP. La perla una de las tiendas de lencería de lujo más caras de casi todo el mundo.