Eres insoportable, amor

Túnica

Sirius humedeció sus resecos e hinchados labios, pasando la lengua por las marcas de mordidas que su novio le había dejado. Mentiría si dijera que no le gustaba el toque de agresividad que Severus incluía en su vida sexual, le daba un toque picante a todo e iba perfectamente de la mano con su personalidad calmada y silenciosa.

Faltaban 10 minutos para el desayuno, se supone que para ese momento él ya debería haberse ido hace un buen rato de las mazmorras, pero se le era imposible separarse del calorcito y comodidad que tenía en ese instante.

Snape se removió entre sueños, augurando su pronto despertar. Sirius se apresuró a fingir estar dormido, porque era grande la bronca que le armaría el slytherin si se enteraba que llevaba treinta minutos despierto y no se dignó a levantarlo para no llegar tarde.

-Hey... Black, hey -Contrario a cualquier otra pareja romántica que despertaría a su novio con besitos (O una mamada) el idiota de su amor prefería optar por golpear suavemente su cara hasta hacerlo reaccionar.

-¿Que carajos, Sev? -Se incorporó sobre sus codos para mirar al pelinegro que se levantó a la velocidad de la luz y empezó a vestirse.

-Se nos hizo tarde, debemos estar en el comedor en diez minutos.

Sirius dejó caer su cabeza de nuevo a la almohada, se desperezó y abandonó el cálido colchón rápidamente. Paseó un poco por la habitación, aún con su cuerpo desnudo, recogiendo su ropa con toda la paciencia del mundo.

-¿Qué haces? ¡Date prisa! -Le apuró Snape al verlo mirar fijamente su túnica sin hacer ademán de ponérsela.

-No me pondré esto.

Y antes de que Severus pudiera preguntar porqué, le dio la vuelta a la prenda, dejando el problema a la vista.

Líneas de un blanquecino y pegajoso líquido manchaban uno de sus costados. Sus mejillas, normalmente pálidas, enrojecieron como tomates al recordar los acontecimientos de la noche anterior.

-No, definitivamente no puedes- Analizó sus opciones por un segundo- Puedes no usar túnica hoy.

-Pero quiero hacerlo -Rebatió el ojiplata con un puchero. Una actitud terriblemente infantil considerando que rara vez usaba sus túnicas escolares- Y la Torre de Gryffindor esta tan lejos...

Tomó asiento a su lado en el borde de la cama, desparramándose hacia atrás de manera dramática.

-No me harás subir hasta allá solo para buscar otra ¿Verdad? -Batió las pestañas con insistencia, viéndose más adorable de lo común.

-Yo... ¿No? -Respondió totalmente embobado por el gesto.

-Entonces... ¿Qué vas a a hacer, Sev? -Ronroneó jaloneándolo por la corbata.

-¿Podrías tomar una de las mías? -La sonrisa macabra que nació en el rostro de su novio le hizo saber que había caído en algún tipo de trampa, solo que aún no descifraba cuál.

Lo supo veinte minutos después, al entrar al gran comedor, viendo cómo Sirius se dirigía muy sonriente a su mesa con su corbata roja y dorada y una túnica con el escudo de Slytherin. Fue justo ahí cuando recordó que hasta ese día se supone que tenían una relación "Secreta".