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Era un sábado por la tarde, las copas de los árboles se movían al compás del viento de un día de verano. El otoño estaba cerca y la familia Park organizaba una reunión con sus amigos y socios más cercanos.

Park Gwang después de su retiro había empleado dos años en viajar con su esposa por el mundo, también había tomado clases en un campo de tiro y por petición de su hijo menor, un curso de crochet. Cuando se aburrió lo suficiente como para querer volver a trabajar empezó a organizar este tipo de reuniones, con inversionistas, amigos, familia, o con conocidos del mismo círculo social. Así mataba dos pájaros de un tiro, su aburrimiento era menor y sus contactos aumentaban.

Hoy habían hecho una reunión solo con amigos de la familia, algo muy íntimo, donde no debían de aparentar más de lo común. Su esposa, Jia, tomaba una limonada con amigas del club. Su conversación se basaba en presumir a sus hijos, ver quien era madre del alfa más fuerte o del omega más hermoso, él creía que su esposa ganaba con creces. Su hijo mayor, Namjoon, el segundo alfa al mando en la familia, hablaba con algunos amigos e hijos de inversionistas, riendo y tomando un whisky.

Gwang se dirigió al patio donde más personas disfrutaban el aire fresco, se sentó junto algunos amigos también ya retirados, estos alabaron su nombre como si hubieran pasado décadas sin verse.

Platicaron por lo que pareció media hora hasta que unas risas los interrumpieron. Cuatro omegas sentados en el pasto reían a carcajadas a una distancia cercana. Gwang sonrió levemente pues uno de esos omegas era su hijo menor, Jimin.

—¿Ese es el pequeño Minie? — Hayun, un amigo de la familia que no había visto desde hace 2 años pues él y su familia habían pasado todo ese tiempo en Canadá, preguntó.

—Si, ha crecido tanto en todo este tiempo, ya rebasó a Jia en estatura. — Dijo mirando como su hijo daba pequeñas risas y se secreteaba con sus amigos.

­—¿Cuántos años tiene? — Preguntó otro alfa.

­—Tiene 17, en dos meses más o menos cumplirá la mayoría de edad. — Hizo una mueca, esa noticia no era mucho de su agrado.

Darse cuenta que su bebé ya no iba a ser más su pequeño le revolvía las entrañas; no era un sentimiento nuevo, cuando Namjoon se había graduado de la universidad tuvo el mismo sentimiento.

—Pronto será presentado, ¿Ya tienes en mente algún alfa? Mi Jake sería perfecto para Jimin.

—Por favor Sung, tu hijo es un vago. — El alfa refutó. —En cambio, Yion ya está por terminar la especialidad de medicina, es un gran alfa.

Los hombres empezaron a discutir, enseñándose los colmillos cada que presumían a sus hijos, cada vez aumentaban alfas a la ligera discusión. Gwang no sabía si reírse o esconderse.

—Calma hombres — Dijo al fin cuando dos de sus amigos se levantaron de sus asientos. —Aun no pienso en ningún candidato, debemos discutirlo como familia, al final de cuentas la última decisión está en Jimin, pero tomaré en cuenta sus propuestas. — Calmó a los demás hombres.

—No pierdas tiempo Park, mírame a mí, Seokjin lleva ya 4 años presentado y aún no consigue pareja, tendré que hacerme cargo si después de este año no llega con un alfa a casa. — Kim, un alfa de la familia mencionó disgustado.

—No digas eso viejo

—Si lo digo, estoy a un mes más de vendérselo al viejo Lee. — Todos rieron por la pequeña broma mientras Gwang se quedaba viendo su bebida y los hielos nadar en el whisky.

Vender un omega.

Esa oración le daba unas grandes ganas de vomitar, no, nunca caería en tales medidas extremas, pero ahora que lo pensaba bien existía la probabilidad de que Jimin escogiera al primer alfa que le quisiera cortejar, o que escogiera al peor candidato o a una cara bonita, o algo aún peor, que no consiguiera pareja.

Eso le causó escalofríos.

No había peor humillación para una familia que un omega soltero. Ahora que hacía memoria no recordaba que su hijo presentara algún interés por algún alfa. Y se preguntó si ese omega gentil y regalón pensaba hacerles pasar por tal situación en la que decidía que él no quería ser partícipe de tal tradición como muchas veces había sucedido en el pasado.

Sabía que muchos alfas estaban interesados en su bebé, y muchos otros querían que ese omega fuera el esposo de sus hijos; podía aprovechar esa situación para conseguir al mejor alfa.

Y ya tenía la idea perfecta de cómo hacerlo.

Angel baby ✧ KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora