Octava Cita: ¿?

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Max se encargó de arropar a los niños, seguidamente bajo para hacerle compañía a su aún esposo quien se mantenía frente a la mesa con más de media lata de cerveza terminada.

—No quería que Mew dejara su grupo, así que ...— Tul no prosiguió el diálogo, dado que Max lo abrazo completamente consiente del significado de aquella frase.

El menor se rompió ahí mismo, su tristeza iba en un punto donde no había más que lágrimas, no podía detenerlas.

—Es mi culpa— sincero Max arrepentido por el daño que había provocado, en verdad no sentía nada de empatía por chico idol, más Tul era otra historia, no soportaba ver al menor atormentarse con aquella situación.

—Pasaría tarde o temprano— confesó con el sentimiento en la garganta. Al ver qué su cerveza se había terminado tomo otra del refrigerador y así se mantuvo, hundiendo sus pesares en el alcohol mientras le contaba todo a Max, quien, al escuchar cada palabra, sintió como su alma era desgarrada a carne viva

Tul le contó con detalle, como conoció a Mew, también le hablo del fansing, su primer beso y hasta su primera vez, el moreno supo entonces que el karma existía por qué nunca antes un relato le había quemado de celos tanto como aquel, si soporto cada palabra fue por qué en verdad quería recuperar a su esposo.

La tortura de Max acabo a las cuatro de la mañana, que después de mucho llanto y confesiones, Tul apenas podía mantenerse de pie por lo tanto el corpulento subía las escaleras en dirección a la cama con el peli rosa entre sus brazos; la borrachera ya lo había dejado totalmente ajeno al mundo real.

—Max—susurro Tul mientras se aferraba al cuello del peli cobre.

—¿Sí?

—¿Podemos volver a intentarlo?

La realidad era que Tul le había mentido en todo a Mew, nunca hablo con Max sobre volver, únicamente se lo había dicho con la intensión de herir al menor tan hondamente al punto de que este terminara odiándolo y así, no finalizar su contrato como idol, prefería tener el rencor de Mew a qué el otro diera fin a una vida de sueños.

El corpulento sonrió —Fue lo que le dijiste ¿Cierto?

Tul se quejó mientras se frotaba la mejilla en el pecho contrario —Sí.

Max suspiro golpeado por esas palabras tan lúgubres —Sera mejor que lo hablemos cuando no estés ebrio.

El peli rosa solo asintió muy borracho para entender el significado de la frase, posteriormente Max no dijo más, así que recostó al menor sobre la cama

—Dijo que me amaba y lo herí—soltó de repente mientras Max lo acomodaba, este alzó la mirada afligido por la voz tan débil con la que Pakorn se expresaba.

—No querías que ese niño sufriera lo mismo que tú, no todas las personas son tan valientes para hacer algo como lo que hiciste Tul— comento Max ahora dirigiéndose a la sudadera del menor para quitársela.

Tul volvió a llorar culpable por el peso que conllevaba romper el corazón de una persona —Lo extraño—confeso poniéndose de lado para sufrir más a gusto.

Su esposo sintió hundirse en un vacío helado pocas veces había sentido un dolor interno tan punzante, pareció incluso, volver al tiempo que Tul amenazaba con no despertar más.

—Tul ¿Amas a ese chico? —interrogo dispuesto a terminar de morir ahí mismo, ya no podía perder más de lo que ya había pedido, era mejor terminar de clavarle la estaca.

El peli rosa se quedó un rato pensativo, después como todo un borracho, rio travieso —Sí, yo creo que sí— confesó dejando las lágrimas a un lado

Ocho Citas [MaxTul & MewTul]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora