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Mara

- ¡Vamos, que no llegamos! - Empujo a mi mejor amiga hacia mi haciéndola correr sobre el asfalto.

- Mara... yo... no... puedo... ma...

- KATE VAMOS A LLEGAR TARDE AL PARTIDO, O ESPABILAS O TE QUEDAS SIN GOLOSINAS CUANDO LLEGUEMOS -Ella retoma la carrera sin decir ni una palabra.

Vamos en dirección al campo de fútbol donde mi hermano está a punto de empezar a jugar un partido, al que vamos a llegar tarde por culpa de Kate. Se ha empeñado en pasar por el bar de sus padres a comer, sin haber pensado en la hora que era.

Los padres de Kate tienen un restaurante muy cerca del campo donde juega mi hermano, así que gran parte de los días comemos allí.

Conseguimos llegar justo para el inicio. Encontramos unos sitios libres entre la multitud, y nos sentamos antes de que alguien se adelante a nosotras.

- Creo que hacía mucho tiempo que no corría de esa manera -Me dice mi mejor amiga mientras me arrebata la bolsa de golosinas de golpe de las manos. Automáticamente se mete un puñado de gominolas en la boca.

- Tranquila, te creo.

Kate no hace nada de deporte, su único hobbie, y por lo que sigue viviendo es la comida. De hecho, siempre que viene a mi casa arrasa con el cajón de las provisiones. Sin la comida, Kate, no sé cómo sería capaz de levantarse todas las mañanas.

Y creo que tampoco sé cómo la habría convencido para venir corriendo hasta aquí.

Miro a mi hermano, ya con el balón en los pies y muy cerca de la portería. La emoción se refleja en su cara, mientras que a mí me sube por el cuerpo un cosquilleo. Cam, es uno de los mejores jugadores de su equipo, y el causante de muchas de las victorias. Se empeña en entrenar duro, con tan solo ocho años. Le apasiona el mundo del fútbol, es prácticamente su vida.

Avanza muy concentrado, ignorando a la gente a su alrededor; solo están él y su balón. Ya está muy cerca de la portería contraria cuando veo a mi hermano volando y cayendo al césped. Siento que la bilis me sube por la garganta.

Salto al campo antes de que pueda darme cuenta, para encontrarme con un niño con la pierna totalmente destrozada. Se acercan muchos otros padres, a la vez que alguno llama a la ambulancia. Mientras, intento consolar a mi hermano pese al dolor que debe de estar sintiendo.

Una vez la ambulancia está aquí, lo suben a una camilla, y gracias a dios que me dejan subir con él. Le digo a Kate que avise a mi padre, y me despido de ella.

El trayecto es silencioso, aunque me esfuerzo por que el miedo que siento no se refleje en mi cara. A Cam le han dado un calmante, cosa que agradezco, y está muy sereno estirado en la camilla mientras sujeta mi mano con firmeza. Mientras papá me manda un mensaje cuando va con Kate de camino al hospital, donde nos encontraremos.

- ¿Es la primera vez? -el enfermero que nos atiende le pregunta a mi hermano mientras intenta buscar algún tipo de almohada para Cam - De haberte subido en una ambulancia digo.

Mi hermano asiente, y durante todo el viaje se dedican a conversar sobre fútbol, y sobre todo lo que conlleva esa lesión.

Al final del trayecto, y con Cam más calmado, me doy cuenta del tipo que estaba charlando con mi hermano.

Un chico moreno con ojos azules enfundado en un uniforme de enfermero nos había estado acompañando todo el trayecto, y sorprendentemente no me había dado cuenta. Había estado mirando todo el viaje los árboles pasando rápidamente a través de la ventana, aunque mirando de reojo a Cam de vez en cuando.

Diseñando las leyes de tu amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora