Cap 11

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—A ver, es que piénsalo— el chico frente a mí me miró con el ceño fruncido —si tú fueras una manzana, ¿serías una manzana roja o una verde?

—¿Por qué haces preguntas tan raras?— me miró sin entender —¿Y qué tienen que ver las manzanas?— preguntó de nuevo

—No lo sé, solo responde— le dije

Solo suspiró para seguir mirando sus rosas

—Una manzana verde supongo— se encogió de hombros

—¿POR? Todos saben que las rojas son las más deliciosas— dí otra mordida a la manzana que justamente estaba comiendo

—Precisamente por eso, no quiero que me coman tan rápido— se encogió de hombros

—Tienes una mente visionaria Subaru— él rodó los ojos por lo que reí un poco y él solo sonrió un poco

Una figura se paró frente a nosotros por lo que ambos pusimos nuestras miradas en él

—Ven, rápido— ordenó el de cabellos rojizos con su mirada puesta en mí

Sin esperar nada más tomó mi mano para comenzar a jalarme de ella pero antes de seguir avanzando sentí como tomaron de mi otro brazo

—Ella estaba conmigo— le dijo el albino

—Exacto, estaba— recalcó la última palabra —. Ahora viene conmigo así que suéltala o pienso hacer fuerza incluso si tengo que arrancar su brazo y de paso golpearte

Sentí la mirada del albino sobre mí por lo que simplemente me solté de su agarre. No pensaba tener extremidades del cuerpo faltantes e incluso ocasionarle problemas a Subaru.

Al levantar la mirada pude notar sus ojos rojizos con algo de preocupación quizá pero no estaba segura.

Su mirada fue lo último que ví antes de que Ayato nos transportara a una habitación, según yo era la suya.

Apartó mi cabello y comenzó a acercarse para clavar sus afiliados colmillos y después comenzar a succionar mi sangre hasta que después de unos minutos intenté apartarlo pues me sentía cada vez más débil pero no funcionó y mi vista se nubló.

Al despertar, me encontraba en una habitación que aún no podía identificar bien

—Bebe ésto, te hará sentir mejor— oí una voz

Al alzar la mirada me encontré con una imagen un poco borrosa y distorsionada del albino que conocía bien y la verdad no pude diferenciar lo que me acababa de dar pero lo bebí y pude reconocer el sabor: jugo de arándanos.

—Yo...

Alcé la mirada cuando comenzó a hablar pero de inmediato guardó silencio cosa que me confundió. Su rostro se notaba algo decepcionado y triste pero seguía sin decir palabra alguna.

—Tengo que irme, quédate aquí hasta que regrese— se colocó un abrigo —. Dejé comida para tí además de bebidas, es enserio, no salgas hasta que vuelva— advirtió

Yo no tenía idea de lo que hablaba y me estaba preocupando por él, no eran muchas las ocasiones en las que lo veía de esa manera

—Subaru,— él me miró —¿es peligroso lo que harás?

—Solo tendré una conversación con alguien, es todo— se encogió de hombros a la vez que se acercaba un poco

—Volverás pronto, ¿verdad?— él me miró

—¿Por qué estas tan preocupada?— sus ojos rojizos tenían un contacto profundo con los míos

Quería decirlo, quería expresarme, es solo que no podía.

Nunca me enseñaron cómo así que me era difícil.

—Porque quizá...— pero el miedo me invadió, miedo a que me rechazara o peor aún, a perder la comunicación con él —Solo vuelve pronto— murmuré

Asintió antes de alejarse y salir.

No tenía muchas fuerzas pero enserio tenía hambre y me fastidiaba ese hecho puesto a que no podía levantarme con naturalidad y tomar los alimentos y demás bebidas porque mi cuerpo no daba para mucho.

Al parecer el albino no había tomado en cuenta las pocas fuerzas que tendría.

Minutos después, la puerta comenzó a abrirse mostrando una cabellera rubia

—No entiendo porqué Subaru se tomó la molestia de tenerte aquí, no es como que importes mucho— suspiré cansada

—Yui, justo ahora lo que menos quiero es pelear así que por favor, retírate de la habitación— pedí

Con muchas fuerzas e impulso, logré sentarme en la cama, estaba feliz puesto a que si seguía así o me estiraba un poco, podría alcanzar los alimentos.

—¿Crees que él siente algo por tí?— soltó de repente

—¿Eh?

Su pregunta me desorientó totalmente e incluso me distrajo de mi objetivo: tomar los alimentos y bebidas que había dejado Subaru.

—¿Que si crees que siente algo por tí?— repitió y se acercó a la pequeña mesa para tomar un pastelito de vainilla

Era lo que me quería comer primero...

Comenzó a comer el pastelito mientras me miraba e intenté hacer como que no me importaba porque quizá así dejaría de comer mis alimentos.

—Yo...— comencé a hablar

—Porque si piensas así estas muy equivocada— interrumpió para luego mostrarme algo

—¿De dónde sacaste eso?— cuestioné algo asustada, no por la respuesta, si no por lo que era capaz de hacer con el objeto

—¿Qué? ¿Mi daga?— asentí —Me la dió Subaru, hace mucho, cuando me invitó al jardín a hacer un picnic

—Pero si Subaru...— de nuevo, fui interrumpida

—Lamento decepcionarte— fingió tristeza —. Como sea, me tengo que ir, tengo cosas más interesantes que hacer que seguir hablando contigo, como ir a mi cita con Subaru, por ejemplo

—Subaru dijo que iba a tener una conversación con alguien— mi mirada se pegó en el suelo

—Exacto, en nuestra cita, vamos a conversar— se encogió de hombros —Me voy que ya se esta haciendo tarde

Luego se detuvo y se acercó a la mesa donde estaba la comida

—¿No te molestará que me lleve esto, verdad? Digo, lo podré comer en mi cena— sonrió

—No, espera no te lleves eso— le dije

Pero mis palabras obviamente no fueron escuchadas y solo me ignoró mientras tomaba las cosas.

Traté de estirarme para tomarlo e incluso me levanté pero mis piernas fallaron por la falta de fuerza y energía y caí al suelo.

Yui salió de mi habitación mientras reía y yo me quedé ahí.

Sentía una horrible sensación en el pecho y no solo por la comida que no pude tomar, si no que también por saber que Subaru había invitado a Yui a una cita o ella a él, no importaba, lo que importaba es que la iban a tener.

Ni siquiera me molestaba lo de la daga, lo habría entendido pero todo lo demás no. De ser así, me habría dicho que se iría con ella y ya, me habría dicho que quería estar con ella y no tendría que hacerme ilusiones.

Sentía mis lágrimas resbalar por mis mejillas y fue aún peor cuando recordé que no había podido comer nada y se sentía horrible.


La otra Komori (Diabolik lovers Y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora