La otra Komori (Diabolik lovers Y Tu)

Cap 13

Unos pasos se oían acercándose a la habitación y la puerta se abrió mostrando a Subaru

—Ven, te esperan abajo— habló con la mirada pegada al suelo

Solo lo seguí sin mencionar ni una sola palabra, no tenía humor para hacerlo.

Al llegar abajo, la mirada de todos se posó en mí pero yo solo miré a Karlheinz esperando que hablara

—Un gusto volver a verte, _______ Komori— sonrió de lado

—Quisiera poder decir lo mismo,— dije —¿para qué me llamó, señor?

—He decido que, a partir de hoy, te mudarás con los Mukami— dijo señalando a los antes mencionados —y perderás todo contacto con los Sakamaki, al menos por un largo tiempo

Solo asentí pero luego algo me hizo reaccionar así que alcé la mirada

—¿Perderé contacto con los Sakamaki por completo?— alcé una ceja

—Sí, cambiarán de escuela, incluso de país y se irán a otro lugar alejado al menos hasta que estés lista— habló

—¿Lista?— fruncí el ceño pero luego negué intentando concentrarme

—¿Qué pasa? Pareció no alegrarte la noticia— continuó diciendo —y eso que ninguno de ellos te agrada al parecer

—De hecho sí hay uno que me agrada— interrumpí —¿Aún podré...?

—No, lo lamento por tí pero no podrás ver a Subaru tampoco— abrí los ojos con sorpresa

—¿Cómo lo sabe?— pregunté

Solo se encogió de hombros con la misma sonrisa de siempre y se giró hacia los demás.

—Las cosas de la chica ya fueron llevadas al nuevo lugar donde se alojarán y muy pronto también las suyas— miró a los Mukami

Y siguió hablando, pero yo no lo oía.

Su voz solo era como algo que estaba en segundo plano para mí en estos momentos.

¿Ya no vería a Subaru?

Y había dicho que en un largo tiempo

Mi mirada, sin poder controlarlo, se posó en el albino quien me miró de reojo y un sonrojo se formó en su rostro.

Era mi único amigo y ahora, ¿solo se iba y ya?

Mi corazón latía rápidamente, no entendía lo que pasaba y tampoco quería entender mucho, solo sabía que quería seguir viendo a Subaru y teniendo nuestras platicas habituales, comer juntos en el almuerzo y que él me diera una de sus rosas todos los días.

—______,— al oír mi nombre me giré con la persona —vé a tu habitación y alista lo que quieras porque te vas en veinte minutos

No dije ni transmití nada, mis pies solo se movieron rumbo al lugar donde me habían mencionado antes y comencé a guardar mis cosas de manera automática, mi mente aún no terminaba de procesar todo lo que estaba pasando en un solo día.

Unos pasos se escucharon acercándose pero yo aún seguía con la mirada en mi maleta y mis cosas, ordenando todo sin prestar atención a lo demás como si de una máquina se tratase.

Unas manos se posaron sobre las mías con la fuerza suficiente para que me detenga pero yo aún seguía con la mirada perdida

—______...— habló

—¿Qué mierda esta pasando, Subaru?— pregunté —No entiendo todo lo que esta pasando, solo quiero volver a mi casa, que Yui y su padre me molesten— sentí lágrimas comenzando a bajar por mis mejillas —y ver a esa mujer de cabello blanco que cuidaba de mí. Ya no quiero lo que sea que sea esto, solo quiero volver y olvidar que todo esto pasó.

Me rodeó dándome un abrazo que correspondí y comencé a llorar aún más sintiéndome horrible.

Solo quería volver a ser una persona normal que no sabía de la existencia de los vampiros y mucho menos vivir con ellos o más bien, intentando sobrevivir de ellos.

—Te prometo que estarás bien,— aseguró acariciando mi cabello de manera delicada, quizá como si fuese tan frágil tal cual cristal delgado —haré que los idiotas de los Mukami te lleven a un buen lugar donde podrás retomar tus estudios en las mañanas, visitarás muchos lugares lindos y podrás tener la habitación que quieras y quizá en poco tiempo todo vuelva a la normalidad en tu vida— aseguró

Yo comencé a calmarme un poco y alcé la mirada encontrándome con sus ojos rojos observándome atentamente

—¿Pero y tú?— cuestioné

—Yo antes no pertenecía a tu vida— apartó los cabellos que tenía en el rostro

—En dado caso, los Mukami tampoco y aún así te prefiero a tí— admito, sintiendo el calor invadir mis mejillas

—Quisiera que fuese tan fácil como lo dices— una muy ligera sonrisa se formó en sus labios

Dí un paso, acercándome más a él y Subaru también comenzó a inclinar de a poco su rostro hacia mí. Llegamos a un punto donde nuestras respiraciones comenzaban a mezclarse y sentía una de sus frías manos tomar con delicadeza mi mejilla

—______.

Escuchamos una voz haciéndome  sobresaltar y al girar nos dimos cuenta que era Azusa, aunque ya lo había esperado al escuchar el tono en el que dijo mi nombre

—¿Ya tienes tus cosas? Es hora de irnos— advirtió

—Es que yo no...

—Sí,— me interrumpió el albino antes de que pudiera decir cualquier cosa —ella ya esta preparada para irse

—¿Qué?— fruncí el ceño

Ruki apareció en la puerta de la habitación pues al parecer también venía por mí pero yo me giré a ver al único Sakamaki en la habitación

—Subaru escúchame— intenté hablar

—Ruki,— le dió una mirada que al parecer el otro supo entender ignorando por completo mis palabras —llévatela ya

Ruki solo asintió antes de tomar mi mano y transportarnos fuera de la mansión, dejándome frente a la limusina

—Mierda Ruki, no— intenté liberarme de su agarre pero me fue imposible, él era muy fuerte y no cedería

Yuma subió mis pertenencias y Kou abrió la puerta para nosotros mientras que podía ver a los Sakamaki desde las ventanas de la mansión, observándonos fijamente pero ninguno de ellos me importó cuando ví a Subaru en la puerta de entrada

—¡SUBARU!— grité desesperada —¡SUBARU!

El se acercó con un ramo de rosas blancas en sus manos que después me entregó con cuidado en la única mano que tenía libre pues del otro brazo me estaba tomando Ruki.

Cuando pensé que me iba a decir algo, solo inclinó un poco su cabeza y dejó un beso en mi frente para después volver a entrar a la mansión

—¡SUBARU!

Quizá parecía loca pero es que estaba desesperada, no tenía idea de cuánto era "mucho tiempo" para ellos y tampoco sabía a dónde iríamos.

Tenía miedo de todo esto.

Pero en ningún momento él se volvió a girar, solo entró a la mansión y no lo pude ver más porque a mí me hicieron entrar a la limusina.