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El corazón de ambos latía desbocado, parecía todo aquello un mal sueño, ni siquiera podían recordar bien cómo ocurrió todo, parecía que era un día como cualquiera y ahora se encontraban escapando de la familia Kim, que estaba dispuesta a todo cont...

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El corazón de ambos latía desbocado, parecía todo aquello un mal sueño, ni siquiera podían recordar bien cómo ocurrió todo, parecía que era un día como cualquiera y ahora se encontraban escapando de la familia Kim, que estaba dispuesta a todo contra ellos, en especial con el joven castaño, al que no conocían y aún de haberlo hecho y visto que era un buen joven seguirán deseandole lo peor, porque al final para ellos, su hijo nunca haría esas cosas, no les fallaría, llevaban años sin notar aquel comportamiento.

La cabina donde iban era privada y tenía llave por lo que no tenían miedo de aferrarse a sus manos temblorosas.

—Tae ¿Y si nos encuentran? ellos... ¿Me mataran?

—No nos encontrarán jamás y de hacerlo te protegería con mi vida, no debes preocuparte, llegaremos pronto a la ciudad de Florencia, nos iremos a París, no necesitamos cambiar nuestros planes, solo imagina que nos adelantamos un día.

Taehyung trataba de no temblar ni llorar, estaba asustado, no podía negarlo, iba pegado a la ventana con el miedo de ver a sus padres por fuera, muy en el fondo quisiera que fuera todo tan fácil como se lo decía a Jeon, conocía a sus padres y no quedarían contentos hasta tenerlo de vuelta en casa y a su acompañante muerto.

Restaban quince minutos de viaje en el tren que salía desde el pueblo a la ciudad por lo que en cuanto llegaran debían dirigirse a París si querían estar lo más lejos posible.

Los chicos, quienes habían aferrado sus maletas a sus manos libres corrieron hasta la puerta más cercana del vagón y esperaron que el tren se detuviera por completo, cuando volvieron a tocar tierra corrieron lo más rápido que pudieron hacia la taquilla, ellos no esperaban que el encargado ya hubiera sido notificado con no venderle a dos jóvenes de apellidos Jeon y Kim, con una simple seña que hizo tras el cristal hizo que dos policías se acercaron hasta ellos para detenerlos.

—Suélteme, me está lastimando —Jungkook aulló al momento en que sus brazos fueron llevados a su espalda con brusquedad.

—¡Suéltalo maldito cerdo! —Taehyung lanzó un golpe a la mandíbula del hombre, haciendo que este soltara al menor, Tae había logrado que el policía detrás de él le dejara en paz, permitiéndoles avanzar un par de pasos hasta que un policía más grande y gordo llegó con un bastón de fierro y golpeó la cabeza del pelinegro dejándole tirado sangrando.

—¿Tú también quieres que te golpee mariquita?

Con eso entendió todo, los padres de Tae habían dicho que ellos eran homosexuales o probablemente que solo él lo era, con ello no vio más motivo de correr pues los policías de la estación se amontonaban, cayó sobre sus rodillas tratando de auxiliar la herida chorreante de Taehyung, quien seguía inconsciente, sin aviso, un golpe también le dejó inconsciente a él.

Taehyung despertó después de un rato, su cabeza dolía y seguía sangrando, se encontraba en un tipo de oficina de policía de la estación, se dio cuenta que no estaba esposado a diferencia de su amante, quien lucía un horrible golpe en el costado derecho de su cabeza, sus muñecas estaban rojas por el contorno de las esposas que estaban más apretadas de lo que debían, intentó levantarse para llegar hasta él y saber si estaba bien, dentro del cuarto no había nadie más, por lo que ni siquiera podía pedir ayuda.

Hasta que acabe el verano.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora