capítulo 2

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     En la actualidad:

     El teléfono sonó; ring, ring.
     —¿Si?
     —¿Has dado con ella?
     —Si.
     —¿Y es o no?
     —Creo que si, pero no estoy segura cien por cien, me ha confirmado que hoy es su cumpleaños, pero eso no es una confirmación a cien por cien. Pero además cuando la conocí ya te dije que parecía ella pero está muy cambiada, han pasado trece años.
     —Estuve investigando años, sobre lo que pasó, no he encontrado nada fuera de lo normal, pero si es verdad eso que nos has contado la pillaremos y pagarán mucho por ella, lo único que se es que está viviendo con sus abuelos aquí, ya que sus padres murieron y su abuela desapareció.
     —Quiero vengarme.
     —Todo llega Ainhoa, todo llega, pero primero habrá un precio que pagar.
     —Pues espero que llegue pronto el momento.

***

     Zoe llegó a casa comiéndose la cabeza, apenas ceno y tuvo una pesadilla con Ainhoa su amiga de la infancia, cuando llegó al trabajo y la vio se dijo.

     —No, no puede ser.

***
     Doce años antes:

     Emmy ya lo tenía decidido, pero su esposo Gael no estaba de acuerdo, le llevo dos semanas, esas dos semanas que Zoe no había ido al colegio, de todas formas ya no volvería alli, no quería arriesgar sus vidas.

     —¿Emmy no cree que eso es demasiado?
     —Para nada, se llevará a cabo, ella tiene que irse si le pasa algo no me lo perdonaré en la vida, y estará mejor sin nosotros.
     —Pero cómo puedes pensar que una niña de ocho años estará mejor sin sus padres.
     —Mira Gael, pues yo pienso que sí y está decidido, tengo que hablar con ella.
     —Tu dices que está decidido, pero yo no lo veo así, acaso no piensas en ella.
     —Pues claro que pienso en ella, pero ya sabes de dónde procede mi familia y lo que no quiero es que la busquen, me la quiten y hagan con ella lo que quieran, prefiero ocultarla con tus padres lejos de aquí y que haga su vida.
     —Se que si hacemos esto nada será igual, te lo advierto.

     Emmy subió a la habitación de su hija.

     —¿Zoe cariño, puedo entrar?
     —¿Si mamá?
     —Tengo que hablar contigo.
     —¿Que pasa?
     —Papá y yo hemos decidido...
     —No Emmy a mi no me metas, tú has decidido —dijo su padre desde la puerta.
     —Bueno, yo he decidido que te vas a ir un tiempo con los abuelos.
     —¿Con los abuelos?
     —Si hija si, un tiempo.
     —Jo mamá pero si solo los he visto tres veces.
     —Pues mira que mejor razón para que pases un tiempo con ellos y te conozcan más, ya que por teléfono habláis mucho, no querías visitar su casa, pues esta es una buena oportunidad.
     —¿Y no puedo quedarme aquí?, es que no es lo mismo de visita que vivir con ellos.
     —No Zoe, será solo un tiempo vale. —Zoe lloraba en silenció.
     —¿Emmy estás segura? —preguntó Gael.
     —Si, es mejor así.
     —Le vas a causar un trauma.
     —No le voy a causar ningún trauma, se hará más fuerte, además lo que tiene proviene de mi familia.
     —Es nuestra hija, y pienso que algún día te arrepentirás.
     —Mira Gael piensa en lo bueno, estará con tus padres y estará muy bien. —Gael se dio la vuelta y se marcho, aunque sabía que estaría bien, tardaría mucho en perdonar a su esposa por esto.

***
     A la mañana siguiente se dirigían al aeropuerto, Zoe estaba triste y su padre preocupado, su madre había sacado los billetes de avión.
Italia – Granada
Granada – Almería

     Tuvo una pequeña conversación con su madre más bien eran unas normas, unas que durante muchos años no llego a comprender.

***
     Primer año viviendo con sus abuelos.
     El cumpleaños de Zoe fue increíble aunque llevaba poco tiempo en su nuevo colegio había hecho muy buenas amigas y no faltó casi nadie de su clase, la única persona que faltaban y que echaba mucho de menos era sus padres y su abuela materna.

    Un día en el colegio jugando a trepar un árbol resbaló y cayó con la mano por delante y como el crujir de una rama de árbol sonó en su cuerpo, fue tanto el dolor que dio un grito y se marchó al baño sujetándose el brazo.

     Lloraba con ganas el dolor no desaparecía y notaba como le colgaba el brazo, en ese momento contuvo el grito y cerró los ojos. La profesora que vio como lloraba salió tras ella, en el baño la escuchó sollozar, ella sabía que Zoe se había hecho algo si no porque iba a llorar de esa manera tan desesperada.

     —¿Zoe estas aquí?, sal soy tu profesora, ¿que te pasa? —Zoe no hablo—. ¿Zoe que te pasa?
     —Nada
     Zoe salió.
     —Como que nada, si te he escuchado llorar.
     —Si porque me dolía mucho, pero ya no me duele.
     —Estas segura, a ver que te mire —cuando le miró el brazo vio que no tenía ningún rasguño—. Pero si te escuché llorar de dolor.
     —Si, mucho pero ya no me duele.
     —Bueno vamos a clase —la profesora vio raro que no tuviera ningún rasguño y como no quedo muy convencida, cuando termino el día espero con ella a que su abuela llegara a recogerla—. Buenas tardes, soy la señorita Martina profesora de su nieta.
     —Hola yo soy Rouse, encantada.
     —Igualmente. Tenia ganas de conocerla cuando matriculo a Zoe no tuve el placer, bueno lo que quería decirle primero pedirle disculpas porque tenia que haber estado más atenta a Zoe, estaba jugando en el patio cuando de repente se calló de un árbol y se fue llorando y…
     —Pero por Dios señorita, le ha pasado algo. —Zoe se fue al coche, sabia que se lo iba a contar y temía que todo volviera a empezar de nuevo.
     —Espere un momento, no tiene nada, es que su nieta al resbalar callo al suelo y se fue llorando al baño sujetándose el brazo
     —¿Pero se ha hecho algo?, no se debería de a ver subido al árbol, es que aquí no estáis pendiente de los niños —hizo el gesto de ir a buscarla.
     —Si por esa parte le pido disculpas, pero lo extraño es que no se ha hecho nada, pero llorar a llorado un rato para no tiene ni un arañazo solo le digo que la vigile por si tuviera el daño por dentro.
     —No se preocupe lo haré.
     —También quiero que piense que puede estar llamando la atención, dese cuenta que solo vive con sus abuelos y hecha de menos a sus padres.
     —No se preocupe por eso hablaré con ella.
     —Adios y espero que no sea nada.

     En el coche no se dirigieron la palabra, cuando llegaron a casa Zoe se fue directamente a su cuarto.

     —Isaac tenemos que hablar de lo que ha pasado.
     —Tranquila, no te pongas tan tensa.
     —Cuando he ido al colegio a recoger a Zoe la profesora me estaba esperando con ella y hemos estado hablando, como ya te he dicho antes, pero me ha dicho que Zoe se había … —le contó todo lo sucedido a su esposo ya que no quería hablar en el coche delante de Zoe.
     —¿Y que me quieres decir con esto?
     —Pues que se había hecho algo y no tiene nada.
     —Mira Rouse los niños juegan se caen se hacen daño y nada más.
     —No lo entiendes verdad Isaac.
     —¿El que?
     —El qué lo haya vuelto hacer.
     —Ya nos contó nuestro hijo lo que le pasaba, nosotros aceptamos cuidarla y protegerla.
        —Pues por eso mismo no le des más vueltas, es una chica lista.

       Dejaron la conversación, Rouse subió al cuarto a ver a su nieta cuando entro la vio tumbada en su camita con aquel peluche que le regalo su abuela de pequeña y que no soltó nunca.

     —Yo también los echo de menos, pero debe ser así —le dijo a su nieta.

     Cuando Zoe tenía diez años lo utilizo para ella misma, aquel día comprendió que era una niña especial como le dijo su abuela materna y su padre, le contaron que nunca debía de tener miedo pero si control.

Magia y DESTINODonde viven las historias. Descúbrelo ahora