capítulo 27

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     Noveno día:

     A la mañana siguiente Hera abrió los ojos y estaba de espaldas a Dylan, ella levantó la vista y vio la mano de él en su cintura, noto como se despertó y la quitó, Hera aprovecho para levantarse.

     —Buenos días —saludó Dylan.
     —Buenos días, no quería despertarte.
     —Tranquila ya es hora de levantarse.
     —¿Te apetece desayunar en la terraza? hace un día precioso —preguntó Hera.
     —Claro.
     —Voy a llamar, para que suban el desayuno, voy al baño si tocan a la puerta abre por favor —pasaron quince minutos.
     —Ya está aquí el desayuno. —Dylan alzó la voz par que lo escuchara.
     —Ya salgo.

     Se sentaron a desayunar, con el mar de frente y esa brisas que les daba en la cara, olía a sal, los dos se miraban y hablaban, llevaban un rato en la terraza, ella se acercó a la barandilla y Dylan se acercó por detrás, Hera llevaba solamente un jersey, Dylan se acerco a su oído y le susurro, que se estaba enamorando de ella le bajo el jersey un poco dejando el hombro al descubierto y observo su piel suave al tacto y una marca de nacimiento en forma de luna, le acarició con sus dedos y el pelo de ella se erizo.

     —Hera me estoy enamorando de ti —le dijo abrazándola por la cintura.
     —Y yo de ti, pero me da miedo —soltó dándose la vuelta.
     —Dejémonos llevar. —Se besaron, un beso dulce y pasional, se fundieron en uno, ella lo tenía sujeto por la cintura y él cogía la cara de ella para no soltarla, si no hubiera sido por qué el teléfono sonó hubieran seguido así un raro más.
     —Lo siento —ambos sonrieron—. Tengo que cogerlo.
     —Claro.
     —¿Bisa, eres tú?
     —Hola cariño, ¿te pillo en mal momento?
     —Para nada ¿dime?.
     —Nada es que estaba preocupada, ayer hablé con Prieto, ya me dijo que su hijo sabe lo tuyo.
     —Si, la verdad que está familia suceden unas cosas.
     —Solo quiero que tengáis los ojos bien abiertos, últimamente siento como si alguien os observara, ya sabes lo que te digo, intenta no ir sola, si vas a sitios donde hay mucha gente, tengo un mal presentimiento, solo quería decírtelo, además cualquier cosa haz el conjuro de protección, tienes el colgante, eso te ayudará.
     —Vale Bisa, estaré alerta y en cuanto pueda voy a verte y tú no molestas nunca puedes llamarme las veces que quieras.
     —Una cosa más, cuanto antes habla con tu madre, necesita saber por ti misma lo que puedes hacer,  hasta pronto cariño.
     —Hasta pronto.
     —¿Ha pasado algo? —preguntó Dylan preocupado.
     —No se, me ha dejado un poco preocupada, me ha dicho que intente no estar sola y que hablara con mi madre, yo creo que mi bisabuela Soffie intuye o sabe algo más, tengo que hacer mi hechizo de protección.
     —¿Necesitas que me vaya?
     —¿Qué? No, lo haré después, para que nos proteja a los dos.
     —Vale. —Dylan beso de nuevo a Hera y le dijo de salir a comer fuera y seguir visitando Mónaco ya que en unos días se iría a ver a su bisabuela como así había decidido y a conocer Italia.

***
     Una furgoneta estaba aparcada a dos calles del hotel donde estaba Hera, estaban vigilando cada movimiento, y en cuanto pudiera iría a por ella, una vez que la tuviera se vengaría, esta vez le tendría que salir bien, después de haber estado un tiempo en la cárcel por posesión de arma y de a ver disparado a una civil, se escapó cuando entro en el hospital por un paro cardíaco provocado, pero esa gente para la que trabajaba estaban preparados para cualquier cosa y ella tendría que responderle.
Arrancó y le siguió, estaba esperando, solo necesitaba tiempo no podía echarlo todo a perder, aunque se jugará su vida, entonces llegó el momento.

***

     Hera salió sola un momento, Dylan la espero dentro, cuando Hera salió una persona la atacó por detrás le inyectó algo, Hera callo y la sujetaron antes de caer al suelo, y sin pausa la metieron en la parte de atrás de la furgoneta, arrancó y se marchó a toda prisa. Una persona que los vio grito. Dylan salió corriendo y vio de lejos una furgoneta salía derrapando y cogió la matrícula.

     —Muchacho llama a la policía, se acaban de llevar a una  chica no me ha dado tiempo a echarme encima solo pude gritar.
     —Señora y no vio como era la persona.
     —Era una mujer de unos cuarenta y tantos años diría yo, morena y el conductor era un hombre pero no pude ver más.
     —¡joder! Estoy no puede estar pasando.

***
    Hera se despertó aturdida, estaba dentro de una furgoneta por lo que veía estaba parada, estaba sola, no tenía su bolso, quien la rapto se lo tuvo que haber llevado, pero ella llevaba un móvil pequeño en el tobillo, un truco que su madre le enseñó, era un móvil de tarjeta, saco las manos que llevaba atadas por detrás, cogió el móvil hizo unas fotos a la furgoneta por dentro y se las mando a Dylan diciéndole que rastrearan la ubicación y tuvo que colgar y meterse el móvil otra vez en el tobillo y colocarse las manos por detrás, entonces la puerta se abrió.

     —¿Que haces?
     —¿Qué quieres de mí?
     —Vaya, mucho es lo que quiero, serás mi moneda de cambio.
     —No seré nada, por qué no tengo nada.
     —No quiero dinero, solo vengarme, no te lo imaginas, seguro que tu madre nunca te hablo de mi.
     —¿Mi madre, que tiene que ver ella en esto?
     —Si tú madre, solo la quiero a ella, y cuando le diga que te tengo no tardará en coger un avión y venir, eso sí te quiere con vida.
     —Estás loca. —Y la mujer se le acercó y la cogió del cuello.
     —No te permito que me llames así.
     —¿Qué problema es el que tienes?
     —Tu madre es mi problema, durante veintidós años esperando un momento como este.
     —¿Ainhoa?
    —Vaya, veo que si te han hablado de mí.
     —Ella no... —su madre nunca le contó nada, pero si lo vio.
     —Toma dile a tu madre lo que quiero. —Y marco en su móvil el número y se lo dio.
     —No le diré nada.
     —Esta bien lo haré yo.

***
     Dylan fue en busca de su padre, le contó que Hera lo había llamado que estaba atada, la habían raptado y necesitaba que rastrearan ese número de teléfono para saber dónde estaba, el padre llamo algunos contacto y en menos de media hora sabrían donde estaría.

Magia y DESTINODonde viven las historias. Descúbrelo ahora