capítulo 15

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     Noa pensó en todo lo que una niña de su edad podía hacer y ella ahora tenia opción de elegir no sabía que su hermana tenía ese tipo de don por eso no querían que le contara nada pero tocaba pensar en ella en no tener que tomar más medicación ni más pruebas médicas, así que decidió.

     —Vale si, quiero ser como las demás —soltó entre lágrimas.
     —Esta bien, ahora déjame a mi.

      Zoe la tumbó y cerró la puerta del baño, se colocó a su lado y puso sus manos sobre ella, solo pensó en curarla y así fue, una luz salía de sus manos y atravesó el cuerpo de Zoe, cuando terminó Zoe se desvaneció, Noa se levantó se sentía fuerte la cogió y apoyo su cabeza sobre sus piernas.

     —Zoe por favor, despierta, que te pasa, no me hagas esto —pasaron cinco minutos los más largo para Noa.
     —Noa estoy bien, tranquila no llores más.
     —Por fin, que mal lo he pasado. ¿Estás bien?
     —Si, algo cansada pero bien, ayúdame a levantarme.
     —Claro que sí.
     —Espera me echare agua en la cara.
     —Noa, ¿Estáis en casa? —preguntó su padre.
     —Si papá, ya bajamos.
     —Estaba en la cochera y no os escuchaba.
     —Es que le estaba enseñando a Zoe mi cuarto y estábamos hablando.
     —Me parece muy bien.
     —Estas un poco pálida —le dijo Ares a Zoe en voz baja nada más verla.
     —Tranquilo estoy bien.
     —Ya estoy en casa —dijo Gina cuando entro—. He traído comida, he pasado por la pizzería me apeteció y me pare a comprar, ir preparando la mesa.
     —Vale mamá —soltó Noa.
     —¿Bueno qué tal habéis pasado la mañana?
     —Bien.
     —¿Solo bien?
     —Si, que quieres que te diga mamá, si no hemos salido de aquí.
     —Pues yo que se, supongo que os habéis puesto al día las dos, a eso me refería.
     —Nosotros nos iremos esta tarde —enunció Zoe.
     —Si, como prefieras —dijo su madre—. Pero yo pensaba que estaríais algunos días más.
     —Eso pensaba yo también —soltó su padre.
     —A mi también me hubiera gustado que estuvieras más tiempo aquí —dijo Noa.
     —No, creo que nos iremos, tengo que ir a un sitio y después puedo volver, de todas formas no creo que vuelva a España por un tiempo, y Ares trabaja en Florencia así que no estaré muy lejos, y necesito solucionar algo que por lo que me acabo de dar cuenta no me vais a poder solucionar ni ayudar.
     —Y porque no pruebas a preguntar —dijo su padre.
     —Zoe no estarás pensando en eso —soltó su madre algo cabreada.
     —Pues si, solo quiero verla.
     —Yo no se dónde está, me reprocha que te dejará con tus abuelos en vez de con ella, así que no quiso saber nada de mí.
     —Y con razón —le soltó Zoe.
     —Así que ve olvidándola.
     —Bueno ese fue tu problema, el mío es buscarla.
     —Noa donde están… ya sabes.
     —El que mamá.
     —Tus botes.
     —Pues no sé estarán arriba.
     —No, imposible, me lo dejé anoche aquí.
     —A cual te refieres, ¿A este? —Zoe saco el bote de pastillas que Noa tenía que tomar diariamente, y lo puso encima de la mesa.
     —Si, ¿por qué lo tienes tú?
     —Nada lo cogí para ver lo que era, estuve leyendo le pregunté a Noa por qué las tomaba.
     —¿Y por qué a ella?, podían ser mías o de tu padre.
     —Si pero a la que vi buscándola fue a ella además estaba mal y me la llevé arriba.
     —¿Cómo arriba?
    —Si mamá arriba —soltó Noa algo cabreada por tanta pregunta—.  Estaba muy mal, no te alegras, tu hija está curada, piensa en lo positivo, a mi ya no me harán más pruebas médicas ni tendré que soportar el tomar tanta medicación.
     —Zoe tu se ve que sigues sin entender las cosas.
     —No, la que no lo entiendes ere tú, ella podrá jugar con los demás niños, saltar, correr sin tener que preocuparse.
     —Pues yo estoy feliz por eso, porque hemos sufrido mucho.
     —Gracias alguien que lo entiende, pero a ella no le entra, ni lo va a soportar nunca.
     —Si mamá yo también estoy feliz, sobre todo por qué me dijeron que no llegaría a la adolescencia y le he dado permiso para que me curara.
     —Dios de verdad Zoe cada vez que lo usas cambias todo, el universo actúa de otra manera, cuando lo usaste para ti, pasó lo mismo,  y ahora volviéndolo a usar, y ahora a ella, claro que me alegro de que este bien pero ahora los médicos se preguntarán cómo y los milagros para ellos no existen y no quiero que mi hija sea un conejillo de India, la gente se preguntará cosas... a caso como cuando huiste el día que te disparó tu compañera de trabajo que para colmo era Ainhoa a saber dios lo que volverá hacer y a decir, la gente se preguntará y ya no ellos la policía, y los que no son policías, yo solo espero que no te encuentren, por eso no debes ni debías usar tus poderes, porque no es bueno ahora ti.
     —Pero porque siempre andas así, de verías de alegrarte por lo que tengo a lo demás ya me enfrentaré yo.

     Ares se sentó en el sofá con Phillips, el cual no entendía la razón que podía tener su mujer respecto a lo de su hija, Zoe se quedó sola unos minutos en la cocina mientras su madre subía arriba con su hija Noa, no podía comprender el miedo que tenía su madre, fue a levantarse pero no lo consigo y acabó en el suelo. 

     Escucharon el ruido y Ares salió corriendo hacia la cocina, cuando la vio tirada en el suelo, se asustó.

     —Zoe! —grito Ares, que fue directo hacia la cocina.    
     —Esta muy caliente y pálida —dijo su padre.
     —Voy a llevarla al sofá, tengo que llamar a mi abuela —siguió diciendo Ares.
     —A tu abuela Ares ¿Para qué? ¿Qué pinta tu abuela aquí?
     —Es un poco largo de contar, pero mi abuela conoce a su madre, lo que pasa que mañana íbamos a encontrarnos con ella por qué por teléfono no quiere....
     —¿Ella sabe dónde está mi madre? —preguntó sorprendía la madre de Zoe al escuchar lo que decía Área.
     —Pues no lo sé, pero si es así, nos tendrá que llevar con ella, antes de que se ponga peor, creo que le está pasando algo a Zoe, pero no estoy seguro, ella la puede ayudar.
     —Acaso...
     —O no, mi abuela no es como ella —dijo sin dejarla terminar de hablar
     —¿Se puede saber qué es lo que podemos hacer?—preguntó su madre.
     —De momento esperar y vigilar que no se ponga peor, ahora vengo voy hacer una llamada.

     Zoe seguía inconsciente, Ares salió a llamar a su abuela, Phillips (Gael), Gina (Emmy) y Noa no se fueron de su lado, estuvieron un rato en silencio, luego Gina no pudo evitar el andar de un lado a otro de la casa, estaba algo nerviosa, Noa no se despegó de Zoe en ningún momento, le tocaba la frente de vez y notaba que seguía muy caliente.

Magia y DESTINODonde viven las historias. Descúbrelo ahora