- ¡Vamos Juvia, date prisa! – Gritaba Lucy mientras se giraba para ver a su amiga que iba nadando por detrás de ella.
Juvia era la única Síren a la que Lucy consideraba una verdadera amiga. Llevaban juntas desde que se conocieron en las clases de control de agua. Juvia había sido la única que no se había reído de ella por no poder controlarlo a pesar de que ella podía hacerlo sin problemas. Se habían hecho inseparables desde entonces y eran imprescindibles la una para la otra. Juvia tenía el pelo largo y azul, al igual que su cola y sus escamas, aunque éstas eran ligeramente más oscuras que su pelo.
- ¿Pero por qué tanta prisa, Lucy? ¿Nos persigue alguien y aún no me lo has dicho? - Nadaba detrás de Lucy con el asombro pintado en su cara. Creía que su amiga se había vuelto loca de una vez por todas.
Lucy dejo escapar una carcajada antes de contestar. - ¡No te lo vas a creer cuando te lo cuente! Al lugar de siempre. ¡Vamos en ráfaga! – Y dicho se dio la vuelta para mirar hacia delante y se impulsó todo lo que era capaz.
Únicamente se detuvo cuando alcanzaron los jardines de Acalypha. O más bien debería decir llegó, ya que Juvia la alcanzo algunos segundos después. Aquellos jardines eran el lugar favorito de ambas, siempre iban allí y se pasaban horas hablando y descansado sobre el pasto marino.
-Y pensar que antes no podías ni hacer una burbuja... Eres de las Sírens más rápidas que hay. – Juvia movía la cabeza divertida mientras se tumbaba a su lado en el pasto. -Pero bueno, ¿me vas a contar ya que es lo que pasa?
Lucy le hizo un gesto para que bajara la voz y se acercó a ella para poder hablar en un murmullo antes de comenzar. – He visto a uno. -Empezó a contarle a su amiga que la miraba sin entender nada. -He visto a un habitante de Crocus, Juvia. – Y a su amiga se le abrieron los ojos tanto que parecía que se le iban a salir de sus órbitas. -No te asustes. No me ha visto. Pero estaba aquí. -Hizo un gesto de nerviosismo con las manos antes de continuar. -Bueno, no aquí, aquí. Estaba en la superficie. Pero estaba en Hargeon. Aunque por lo que pude escuchar tan solo estaban de paso. Parecía que sabían lo de la prohibición. – Lucy le contó los detalles de lo que había escuchado y le especificó donde lo había visto y lo que pasó antes de que se fuera.
-Y, ¿cómo era? -Juvia tenía los ojos brillando por la emoción antes la historia. Las dos eran unas soñadoras y, desde que habían escuchado la leyenda que explicaba por qué estaba prohibido qué Hargeon y Crocus se relacionasen, habían deseado poder verlos, saber cómo eran.
- ¡Ni te lo imaginas Juvia! Estaba cubierto de escamas rojas y...- Lucy le relató con todo lujo de detalles como era aquella criatura de Crocus. Aunque, por alguna razón, lo único que no le dijo fue que sabía su nombre. Decidió guardárselo para ella. – Y unos ojos. Nunca has visto un verde igual Juvia, nunca.
- Increíble... Aunque ha sido una suerte que no te haya visto. Nunca se sabe si es de los buenos o de los malos. -Juvia dejó escapar un largo suspiro y se recostó de espaldas en el pasto- ¿Serán todos así? O quizás sea como aquí y hay diferentes especies.
-Sí, tienes razón. Aunque ha sido una suerte. Estoy segura que no veré a ningún otro en toda mi vida. -Lucy dejó escapar un suspiro mientras pensaba que en realidad era una pena. Desearía poder verlo de nuevo.
En ese momento, Lucy se irguió y utilizó su klísi para llamar a su hipocampo. Klísi era como llamaban al sonido que emitían las Sírens para llamar a sus hipocampos. Cada klísi era diferente, no había uno igual. Sin embargo, no todas las Sírens tenían su propio hipocampo. Los hipocampos eran considerados compañeros, y solamente si encontraban a su compañero tendrían uno. Había Sírens que encontraban a su compañero cuando ya eran mayores, otras al poco de nacer, otras nunca lo hacían. Pero una vez que se encontraban, era un vínculo indestructible.
Pui, así se llamaba el suyo. Y era precioso. Era un hipocampo imponente, con sus escamas azul plateado, mezcladas con algunas rojizas en el vientre y en la cola, rematado por unas aletas doradas, tanto en el lomo como en las patas y la cola.
Necesitó menos de un minuto para presentarse al lado de Lucy, quién lo acarició con cariño a modo de saludo. -Yo tengo que irme ya, Juvia. ¿Nos vemos mañana?
-Si claro, vete corriendo a ese lugar tan secreto tuyo. – Juvia rodó los ojos y se puso en pie para llamar a su hipocampo. – Mañana te veo.
Ya habían pasado dos semanas desde que había visto a aquel habitante de Crocus. Y todos y cada uno los días siguiente hasta ahora había ido a su escondite. Eso lo llevaba haciendo años. Pero ahora, se tumbaba en la roca boca arriba, mirando al cielo, con la absurda esperanza de que volviera a aparecer. Pero, evidentemente, eso no iba a pasar. Aunque no podía evitarlo.
Y eso hacía en aquel momento. Descansar con a luz del sol en su cara, atenta a cualquier ruido proveniente de la superficie. A pesar de todo, era relajante. También frustrante porque sabía que nada pasaría. Pero era lo que había. Se incorporó hasta encontrarse sentada y se estiró. Fue en ese preciso instante cuando se produjo un fuerte sonido a su derecha que la sobresaltó y se zambulló en el agua lo más rápido que pudo. Se quedó sumergida, escondida detrás de la roca y no se movió ni un milímetro. Estaba asustada. A su derecha no había nada. Ni a su derecha ni a su izquierda. Ni en ningún lado. No había nada alrededor de aquella laguna. Solo roca. Fue entonces cuando lo oyó.
¿Hay alguien? -Preguntó una voz profunda. Una voz que ya había oído antes, solo una vez. ¿Cómo había llego hasta allí?, ¿Había otra entrada?
-Sé que alguien ahí. He visto el agua salpicar al moverte. -Su voz, aunque ligeramente distorsionada ya que él se encontraba en la superficie, se le calaba en los huesos una vez más. Era penetrante. Pero si no se movía se iría. Aunque sabía que había alguien antes, no podía tener la certeza de que seguía allí. ¿O sí?
-No voy a hacerte nada. De verdad. Lo prometo. -Aquella voz lo volvió a intentar después de un rato en silencio. Sonaba ligeramente frustrado. - ¡Me siento como un idiota hablando solo! Una señal o algo me vendría de perlas en este momento.
Lucy sabía que estaba mal. Estaba prohibido. Pero la curiosidad era más de lo que podía manejar. Sin embargo, no podía descubrirse. Pero, una señal. Haría una señal con el agua. No, eso no era buena idea. Si no sabía mucho de los habitantes de Hargeon, solo sabría lo básico sobre su control del agua. En caso de que fuera necesario usarlos para escapar, mejor si tenía la oportunidad de sorprenderlo. Entonces Lucy, todavía sumergida y oculta por la roca, movió su mano hasta que quedo a la vista. La mantuvo ahí por unos segundos antes devolver a esconderla.
-Vale, bien. No era lo que me esperaba, pero lo acepto. Mejor que nada... -Lo dijo en voz baja, casi un susurro, para él mismo. Pero aun así Lucy pudo escucharlo. Sentía que el corazón le martilleaba contra las costillas de la emoción y el miedo de lo que estaba haciendo. Entonces aquella criatura carraspeó. – Vale, bien. Sé que está prohibido que este aquí. Pero de verdad no voy a hacerte nada. Solo tengo curiosidad. Nunca he visto a nadie de Hargeon. Quiero ver como son los habitantes de aquí.
En ese momento, supo que estaba a punto de cometer una locura. Pero su oportunidad había llegado, y sabía que no tendría otra. Pero sería precavida. Se acercaría bajo el agua y se mostraría al final. Tendría que estar alerta todo el tiempo. Cerró los ojos, cogió fuerzas. Y lentamente nadó hacia donde se encontraba aquel misterioso habitante de Crocus. Mientras avanzaba pudo oír a lo lejos como seguía hablando.
- ¿Sigues ahí? Oye, de verdad que no voy a hacerte nada. Solo hablar. Si es que hablas mi idioma. Quizás te comunicas de otra manera. Ah, no, pero entendiste lo que dije hace un rato. ¿Hola...? – Entonces dejo de hablar. Ahora se le escuchaba nervioso. - ¡Mierda, ahora se ha asustado!
Y, justo en ese momento, Lucy llegó hasta la orilla y sacó la cabeza a la superficie.
___________________________________________________________
Hasta aquí llegamos por hoy! Todas opiniones y sugerencias serán bienvenidas!
Espero que les guste y nos vemos en la siguiente actualización!
:)
ESTÁS LEYENDO
Criaturas
FanfictionFiore es un mundo dividido en cuatro reinos. Las criaturas que habitan estos reinos poseen capacidades muy distintas y desde hace años han encontrado la manera de convivir. Sin embargo, un accidente sucedió hace tiempo que puso una barrera entre dos...