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Habían estado melosos media hora atrás y románticos en medio de besos, sin embargo, MinHo se alejó cuando los besos se tornaron intensos y Felix se sintió mareado, así que MinHo pensó que era buen momento de invitarlo a una cita, Felix aceptó con ...

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Habían estado melosos media hora atrás y románticos en medio de besos, sin embargo, MinHo se alejó cuando los besos se tornaron intensos y Felix se sintió mareado, así que MinHo pensó que era buen momento de invitarlo a una cita, Felix aceptó con la condición de que fuera Chan. Al final tuvo que asentir aun cuando las protestas y pucheros se hicieron presentes. No quería una nueva pelea con el peligris, no cuando hace media hora atrás se decían lo enamorados que se sentían por el otro. No podía discutir con el peligris, no cuando lo besaba y le susurraba mil veces lo enamorado que estaba por él.

Levantó la vista de su teléfono cuando escuchó bufidos molestos, se encontró con una situación algo graciosa y tierna. Felix intentaba pasar sus pantalones apretados y se quejaba cuando no le entraban por completo. Se rindió y se lo quitó tirándolos en el closet con fuerza. MinHo no podía despegar la vista de ese voluptuoso y redondo trasero que se cargaba Felix.

—¡MinHo!—se quejó—, no me entra el pantalón, ya nada me queda.

El castaño lo recibió en sus brazos cuando el peligris buscaba cariño por parte de él.

—No me queda—dijo con la voz quebrada—. Ese hacía lucir mi bello trasero.

Enterró su rostro en el cuello del castaño mientras las lágrimas caían por sus mejillas. Se sentía gordo, ya nada le quedaba. Tenía que usar sus pantalones de pijamas que se amoldaban a su cuerpo sin lastimarlo.

—No lo necesitas—MinHo se aventuró a llevar sus manos al redondo trasero de Felix—, aún se lucen. Joder, se verían mejor sin ropa encima.

—Lee MonHo, quita tus manos de mi trasero si no quieres morir—amenazó mirando al castaño con las mejillas rojas.

—Okey—alejó sus manos pero las mantuvo en la cintura del castaño— nadie tiene que verte el trasero solo yo puedo.

—Deja de ser celoso—le dejó un pequeño beso en los labios. MinHo sonrió por eso—. ¿MinHo, tu crees qué soy lindo?

MinHo sinceramente se había ofendido con esa pregunta. ¿Cómo podía preguntarle eso? ¿Es que acaso no se daba cuenta de los murmuros de las chicas y chicos de la Universidad? ¿No se daba cuenta de sus miradas?

—Bebé, tú eres realmente hermoso— notó mientras acariciaba las facciones del peligris —, y no lo digo porque estoy loco por ti. Me llamaste la atención desde siempre, solo que te odié porque solo me dejaste ver tu lado gruñón, pero Felix tu eres hermoso. Me gustan tus ojos, me gusta perderme en ellos y adoro las arrugitas que se forman al hacerlo. Tus piernas y déjame decirte que tengo una obsesión con tu trasero— llevó de nuevo sus manos a estas apretándolas—. No sabes como me gustaría morderlas y dejarlas rojas.

—¡MinHo!—se quejó sintiendo sus mejillas calientes—. Eres un pervertido, pero te quiero así.

Se dejó caer en el regazo del castaño mientras este le daba suaves caricias a su vientre. Solo esperaba que la bebé no empezara a moverse porque se encontraba cansado. Por alguna razón a la bebé le gustaba cuando MinHo hablaba con ella y dejaba besos por todo su vientre. Dios, no dejaba de pensar en lo pequeña y rosadita que estará cuando este en sus brazos y los lloriqueos en medio de la noche. Ya estaba deseando tenerla entre sus brazos, besarla y sobre todo cuidarla.

—Los quiero—dejó un beso en la frente de Felix—. Ya quiero tenerla en nuestros brazos.

—Igual yo—acarició las mejillas del castaño —. ¿Puedes creer qué no hemos buscado un nombre para nuestra bebé? Somos unos malos padres.

—No lo somos—informó. Ya habían comprado juguetes, ropa, pañales entre otras cosas. Solo no habían discutido el hecho de donde sería la habitación de su hija, ya que ellos no vivían juntos—. Solo somos nuevos en esto, creo que lo estamos llevando bien.

—Creo lo mismo—asintió alegre—. He rebajado los pastelitos diarios ha seis y he estado comiendo cosas saludables—hizo un puchero—, pero aún extraño las hamburguesas y nuggets.

—Solo porque me perdonaste vamos a comer hamburguesas, pero dame un beso.

—¡Yey!—tomó el rostro del castaño y dejó repetidos besos haciendo sonreír al mayor.

—Tu invitas ¿cierto?—preguntó Chan mirando a MinHo con los ojos entrecerrados

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—Tu invitas ¿cierto?—preguntó Chan mirando a MinHo con los ojos entrecerrados.

—Sí, pide lo que quieras—rodó los ojos cuando Chan sonrió victorioso.

—Buenos días—dijo la mesara amablemente—, ¿qué desean pedir?

—Yo quiero la hamburguesa suprema con papas fritas y refresco—dijo el peligris mirando el menú—. ¿Le pueden agregar unas nuggets?— levantó la mirada. La mesera asintió.

—Lo mismo que él—respondió MinHo cuando la mesera le preguntó su orden. Miró a ver al peligris cuando lo mesera se fue—. ¿No crees qué es mucho lo que pediste?

—No—negó acercándose al castaño para darle un rápido beso—. Tu me prometiste pedir lo que quiera.

MinHo gruño acercándose a Felix tomandolo de la barbilla mientras lo besaba lentamente. Se alejaron escucharon las quejas de asco por parte de Chan y se alejaron a regañadientes.

—Me gusta ver que se aman—hablo divertido—, pero no coman en frente de los pobres.

Luego de minutos sus pedidos llegaron y Felix intentaba llegar a la bandeja donde estaba sus nuggets, pero su enorme vientre no lo dejaba, aun si estiraba sus manos. MinHo negó riendo y se las acercó al pecoso.

—Gracias—dijo tímido empezando a comer.

—Te amo comida—exclamó Chan cuando la comida tocó su paladar.

—Con cuidado, Chan no querras atrangantarte—dijo divertido por la forma desperada en que se llevaba los alimentos a la boca.

—Habla por tu novio—mencionó. Llevo su vista a Felix, quien se llevaba las cosas al mismo tiempo.

—Amor—tomó una servilleta y limpió la comisura de los labios del peligris—, no comas rápido, podrías atragantarte.

Felix llevó sus manos al plato de nuggets del castaño.

—Felix, no puedes comer más— reprendió ganándose una mirada molesta. Joder, como odiaba no tener la fuerza de prohibirle algo a ese bonito castaño—. Bien, pero nada de postre ni antojos.

Al final él castaño tuvo que ir por unas fresas con crema para el peligris. Estaba seguro que no podía negarse a nada, no cuando Felix sonreía en grande y lo besaba mucho para que pudiera ir por sus fresas.

 Estaba seguro que no podía negarse a nada, no cuando Felix sonreía en grande y lo besaba mucho para que pudiera ir por sus fresas

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 ゚᩿ ⪩ UNA LLEGADA INESPERADA   ⪨ 𓈒 ˚𝗠𝗜𝗡𝗟𝗜𝗫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora