ﾟ᩿ ⪩ UNA LLEGADA INESPERADA ⪨ 𓈒 ˚𝗠𝗜𝗡𝗟𝗜𝗫

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Felix reía por las cosquillas que ocasionaban los pequeños besos que MinHo le daba en todo su rostro. No se molestaba en apartarlo, aun cuando las personas los miraban curiosos, ni mucho menos cuando se topó con la mirada fría de Giselle, porqué amaba los besos que MinHo le proporcionaba. Y es que en algún momento de su vida había dicho que odiaba a las personas cursis y empalagosas, al igual que también les había desesperado cuando sus antiguas parejas se ponían en plan cursi, pero MinHo tenía algo que hacía que adorara cada cosa que le decía o hacía. MinHo rompía esa barrera.

—¡Basta!—ahueco las mejillas del castaño para dejar un dulce beso—, me estas llenando de baba.

—Lo siento. —se alejó a la vez que acomodaba su cabello—. ¿Qué te parece si luego de la Universidad vamos a mi departamento y te hago algo rico de almorzar?

—Eso me parece bien. —asintió. Miró de reojo a Giselle, quien no quitaba su vista de ellos. Los miraba con repulsión—. Ya no aguanto la mirada de Giselle, nos mira con asco, no soporto su mirada sobre nosotros y menos de la forma en que nos mira.

MinHo desvió la mirada hacía Giselle que los miraba con asco, como si lo que estaban haciendo estuviera mal y no se sorprendía porque Giselle era una persona con la mente cerrada.

—No te preocupes. —tomó las manos del castaño entre las suyas. No le importaba en lo absoluto que la mirada de Giselle estuviera sobre ellos—, solo falta unas semanas para terminar la Universidad y ya no tendrás que volver a verla.

—Tienes razón. Es solo que no soporto la forma en que nos ve ¿entiendes? —preguntó. El rizado asintió—. Se ha vuelto más insoportable cuando empezamos a salir—sonrió—, pero no me importa porque te tengo a ti y pronto a nuestra bebé.

MinHo se mordió el labio inferior tratando de reprimir una sonrisa, pero a los pocos segundos sonrió con todo.

—Tampoco me importa entonces. —dijo para luego dejarle un beso en su nariz—. Bueno yo estoy tranquilo porque San no ha vuelto a hablarte.

—No me lo recuerdes, me hace sentir un poco culpable. —soltó con sinceridad—. Le grité mucho ¿crees que fui duro con él? No pude reprimir lo molesto que estaba.

—Estabas en todo tu derecho en molestarte, no podía besarte sin tu consentimiento: —explicó—, además él sabía que tú y yo teníamos algo y aun así te besó y-

—MinHo. —hablo con una pizca de diversión en su voz—, te estas poniendo celoso de nuevo.

El castaño no lo negó, era muy celoso cuando se trataba de Felix porque cuando caminaban por los pasillos con las manos entrelazadas y veían a San cerca él rizado tomaba a Felix de los hombros y le daba la vuelta para volver. Para que al final Felix terminara molesto y le gritara lo cansado que se encontraba y lo que tanto que odiaba que lo hiciera