Capítulo II

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-¿Porqué carajos debía venir contigo?

-L-lo lamento mucho Kacchan...

-¡Que lo lamento ni que mierda! ¡Esto ocurre porque eres un jodido idiota que no sabe andar solo!

Decir que el cenizo estaba enojado era poco, a simple vista se miraba que estaba listo para saltar encima del pobre pecoso y matarlo, la razón de la irá del oji-rubí era su acompañante, Midoriya Izuku su gran y "querido" amigo, Katsuki estaba realmente molesto, en esta ocasión no fue por algo que el peliverde haya hecho; conscientemente claro está, su madre lo había obligado a pasar el día con Izuku.

¿La razón?

Ambos debían ir al callejón Diagon para comprar los útiles que necesitaban para ir a Hogwarts así es, el peliverde iba a asistir, su madre lo iba a dejar, pero el problema no era ese, Katsuki hubiera entendido que ambos fueran, después de todo quedaba poco tiempo y ambos necesitaban las mismas cosas, lo que al menor de los Bakugo lo saco de sus casillas fue que su querida madre lo denomino como la "niñera" del pecoso, desde que Izuku se perdió camino a la herbolaría su madre lo había regañado después de llorar, su progenitora no lo dejaba salir solo de casa, siempre debía ir con ella o con el cenizo.

Ser el niñero del peliverde no era algo que le agradara del todo, ya suficiente tenía con tenerlo pegado todo el tiempo como una garrapata para que, su "querida madre", lo obligara a estar con él para cuidarlo, eso era lo que lo tenía molesto, él no era una maldita niñera, además que sabía que su "amigo" no era tan idiota como aparentaba, sabía que se podía cuidar solo aunque lo negara, para él era estúpido que lo pusieran como el guardián del menor, era más probable que él lo matara a que alguien desconocido lo hiciera, realmente estaba molesto pero poco podía hacer.

En parte sabía que no era culpa del peliverde, él era sumamente distraído y era lo suficientemente idiota como para distraerse y terminar perdido en el proceso, sin más tuvo que aceptar cuidar el pecoso, su padre le había dicho que fueran a comprar sus varitas así avanzaban, esto no le sorprendió a Bakugo, en numerables ocasiones sus padres lo habían dejado solo o le mandaban a ciertos lugares, sus padres estaban convencidos que no le pasaría nada aunque varias veces Massuru protesto por esto, puesto que para él no era correcto dejarlo a su suerte pero no pudo hacer nada, su mujer era una persona demasiado terca después de todo, a los ojos de Mitsuki, su hijo era lo suficientemente capaz de defenderse y arreglárselas por sí mismo si algo malo sucedía, sin protestar a la orden de su padre Katsuki y Izuku fueron a la tienda de varitas, la cuál era la mejor del lugar según había escuchado Katsuki.

Le Torinos

Según había escuchado de su madre esa era el nombre de la mejor tienda para comprar varitas, grandes brujas y magos habían comprado en esa tienda sus varitas, algunos ejemplos eran Endeavor y All might.

Sin perder más tiempo ambos niños habían caminado a dicha tienda, Izuku estaba emocionado pero aterrado al mismo tiempo, el jamás había estado en una tienda que no sea la herbolaría, está nervioso, Katsuki por su parte se mostraba relajado pero internamente estaba emocionado Izuku noto el brillo en su mirada pero prefirió no decir nada al respecto, quería ver que varita le tocaría.

El pecoso estaba asustado y eso el mayor lo podía notar suspiró resignado, si bien no soportaba al peliverde no era tan desgraciado como para dejar que sufriera un ataque de pánico en medio del callejón, así que reuniendo toda la paciencia que podía llegar a tener, tomo la mano del menor y lo jalo hacía la tienda, esta acción sorprendió a Izuku mas no dijo nada, solo se dejó arrastrar por su amigo, gracias a ese pequeño gesto dejo de temblar y sonrió más tranquilo, realmente Katsuki sabía cómo calmarlo.

ʙᴏᴋᴜ ɴᴏ ʜᴏɢᴡᴀʀᴛꜱDonde viven las historias. Descúbrelo ahora